jueves, 27 de octubre de 2011

Roland Freisler. Probablemente el peor juez de la historia.

¿Te imaginas que, antes de la vista oral en la que te juegas una más que segura condena a muerte, el juez te ordena que te quites el cinturón para que durante la misma se te caigan los pantalones y seas el hazmerreír de la sala? Bien, pues este era el más benévolo de los preceptos del ‘método sumarial Freisner’, el oxímoron de la disciplina judicial. Roland Freisler, su creador, fue el peor juez en la peor época posible. Presidente del Tribunal Popular de la Alemania nazi. Este era su modelo idílico de justicia.


Nada más ganar las elecciones en 1933, el ‘insigne’ Adolf Hitler vació el aparato judicial no afín al régimen y deconstruyó todo el estado de derecho cargándose la federación judicial; rellenando los huecos con grandes dosis de ‘vitamina aria’. Lo más curioso de la meteórica carrera de Roland Freisler, es que no contaba con las simpatías del Führer por su pasado bolchevique. El señor Freisler había abrazado el marxismo durante su cautiverio ruso en la primera guerra mundial. Le llamaban ‘El Comunista’. Es quizás esta muesca de su pasado ideológico la que construyó su agrio temperamento a la cabeza de la justicia nazi. Como queriendo dar prueba constante de su adhesión pública al régimen más extremista.

Apadrinado por el santo Goebbels fue recomendado como cabeza del Ministerio Prusiano de Justicia del Reich y con las reticencias del gran dictador accedió al cargo en 1933. La campaña de propaganda tenía ahora su mejor estilete.

Roland y su mecanismo para crear jurisprudencia

Todos los juicios de Freisler eran una pantomima al servicio de la propaganda de la ‘Solución Final’, el exterminio de los judíos. Su única misión era embrutecer la aplicación de la doctrina nazi contra los traidores al estado Nacional-Socialista para prevenir a futuros infractores, hasta tal punto que el sector más moderado del partido criticó una y otra vez sus métodos. Para ello creó en 1934 el temido tribunal popular Volksgerichtshof, órgano judicial del partido con más de 200 jueces inquisidores a su servicio y con más de 5000 ejecuciones sumarias a sus espaldas.

El tribunal repartía condenas de muerte por delitos de ofensa al régimen, como escuchar radios extranjeras o criticar al Führer incluso en círculos privados; basándose siempre en el “Decreto contra los parásitos nacionales” documento redactado por el mismo Freisler e incluyendo en él los atenuantes raciales y biológicos. El 90% de sus sentencias eran a muerte.

Uno de sus nuevos instrumentos jurídicos ‘inventados’ por Freiser fue el ‘decreto contra criminales juveniles precoces’ que incluían la pena de muerte a menores de edad que repartían, como Boy Scouts, panfletos antibélicos por la capital. Así fueron sentenciados Helmuth Hübener y 71 niños más.

Durante el juicio al Mariscal de Campo Von Witzleben, uno de los responsables del atentado fallido a Hitler, buscó la humillación constante impidiendo al acusado declarar con su dentadura postiza amén de sin el consabido cinturón (ver vídeo). Fue condenado ese mismo día y ahorcado desnudo con una cuerda de piano en en la prisión de Plötzensee. Más tarde y por orden expresa de Freisler se recuperarían viejos modelo de ajusticiamiento; como la guillotina utilizada para la ejecución de los jóvenes de la organización disidente “Rosa Blanca”





Otro de los documentos que quedan para la historia del ‘método Freisler’ es el vídeo del juicio al Ulrich Wilhelm Graf Schwerin von Schwanenfeld, perteneciente a la resistencia alemana y responsable también del complot para matar a Hitler. Basta ver el documento y leer la transcripción para entender el grado de humillación y sometimiento que exigía para con el sistema. Hasta los ingenieros de sonido tenían problemas con el micrófono debido a la vehemencia vocal del juez. Vean el vídeo:



Schwerin: “yo habría guardado silencio a pesar de los numerosos asesinatos…”

Freisler: (gritando) “¿asesinatos?”

Schwerin: “… tanto dentro como fuera de Alemania”

Freisler: “¡es usted un canalla miserable!. ¿Se arruga usted ante la chusma?. ¡Sí o no!, ¿se arruga usted ante ella?”

Schwerin: “Señor Presidente…”

Freisler: “¿Sí o no?; ¡quiero una respuesta clara!”

Schwerin: “No”

Freisler: “¡No; efectivamente, usted ya no puede arrugarse más porque usted no representa más que un montón de miseria que no tiene la más mínima dignidad!”.

Durante una vista oral en Berlín, el 3 de febrero de 1945, el juez Freisler recibió una intimidación por parte del procesado, el teniente Fabian von Schlabrendorff. El juez acusó al teniente de “perpretador” y que si de él dependiera… “lo fusilaría y lo mandaría directo al infierno“, a lo que el teniente le replicó que “con sumo gusto le cedía el paso”. Minutos después una bomba destruía la audiencia. Tras el polvo, confusión y desalojo se encontró al juez, fiscal y benefactor de la ‘ecuanimidad’ nazi, muerto bajo una columna dórica y con el expediente Schlabrendorff aún en la mano. Hitler ordenó que no se rindieran funerales de estado. Para él siempre sería “El comunista”

miércoles, 19 de octubre de 2011

Arte de campamento de concentración nazi en el museo de Auschwitz


Fotos de 20 dibujos y otros artefactos clandestinos realizados por los reclusos en los campamentos de exterminio nazi durante la Segunda Guerra Mundial se exhiben en el museo de Auschwitz y viajarán luego a Estados Unidos, dijo el martes un funcionario.

Un vocero del museo, Pawel Sawicki, dijo que la exhibición "Arte prohibida" está ubicada en el antiguo campamento de exterminio de Auschwitz I, en lo que fueron los baños, parte del conjunto Auschwitz-Birkenau.

Grandes fotos a color muestran dibujos y esculturas hechas por los internos de Auschwitz, Buchenwald y Ravensbrueck, los campamentos de concentración organizados por los nazis.

Más de un millón de personas, en su mayor parte judías, murieron en Auschwitz, un campamento regentado por los nazis en Polonia de 1940 a 1945. En Ravensbrueck, al norte de Alemania, la mayor parte de los 130.000 recluidos de toda Europa eran polacos. Apenas sobrevivieron 32.000. Al parecer unos 56.000 internados murieron en Buchenwald, en el centro de Alemania.

Los dibujos muestran la suerte de los reclusos, escenas de la vida cotidiana y retratos. Incluyen además parte de los cuentos de hadas que algunos reclusos escribieron para sus hijos que dejaron atrás, dijo Sawicki.

Otros objetos son un figurín de madera y un brazalete de metal con escenas de Auschwitz, encontrado cerca de un crematorio en Birkenau, poco después de ser liberado por el ejército soviético en enero de 1945, y un crucifijo procedente de un campamento de mujeres en Ravensbrueck.

Cada foto va acompañada por una breve descripción y algunas con unos pocos datos biográficos del artista.

"El arte era la fuga de los internos de la brutal realidad", dijo Sawicki.

Los objetos son mostrados en fotos para permitir mayor movilidad de exhibición y proteger los originales.

"Las fotos de alta calidad son un compromiso que nos permite contar la historia de estos objetos de arte sin exponerlos al peligro y estrés de largos viajes", dijo Sawicki. "Será una exhibición itinerante".

La exhibición durará hasta noviembre, cuando viajará a Washington y Detroit. Los originales siguen almacenados en Auschwitz.

lunes, 17 de octubre de 2011

"Hemos hallado al piloto que derribó a Saint-Exupéry"

Al piloto alemán que derribó el avión de su tío abuelo, Antoine de Saint-Exupéry, le han acusado de falsario. ¿Qué últimas noticias tienen ustedes de esa revelación?

-Cada año hay un nuevo descubrimiento; hemos hallado al piloto alemán que abatió el avión de Saint-Exupéry, y hablado con él.

-¿Cómo han contactado con él?

-Secretamente. Un tío mío, que tiene más o menos la misma edad que el piloto alemán, lo ha encontrado y se ha entrevistado con él. Ha sido un encuentro muy simbólico entre dos soldados de la Segunda Guerra Mundial.

Horst Rippert se llama el piloto alemán que aseguró haber derribado el avión de Antoine de Saint-Exupéry en el tardoverano de 1944. Rippert, de niño, se aventuraba en la lectura de Saint-Exupéry y se dedicó a la aviación por él, deslumbrado por el coraje del autor. Leer a Saint-Exupéry le llevó a aprender a volar... y a derribar a su héroe.

-Parece una historia sacada de uno de los maravillosos relatos de Saint-Exupéry.

-Este hombre, a sus 88 años, tuvo la valentía de contar esta historia, algo que no le debe haber dejado dormir muchas noches. Hizo su trabajo y no sabía quién pilotaba el otro avión.

-Aviador, pensador, filósofo... ¿qué fue en realidad Antoine de Saint Exupéry?

-Un humanista; es el mensaje de «El Principito».


El resto de la entrevista no guarda relación con ningún aspecto de la Segunda Guerra Mundial, aún así no deja de ser bastante interesante. Podéis leerla al completo AQUÍ.

jueves, 13 de octubre de 2011

Subastan en 14.000 dólares carta de Einstein sobre el "peligro" nazi

Una carta de Albert Einstein de 1939, advirtiendo del "calamitoso peligro" de los nazis para los judíos en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, fue rematada el martes en Estados Unidos en casi 14.000 dólares, el doble de lo estimado, informó la casa de subastas.

El físico ganador del Premio Nobel escribió a un empresario de Nueva York, Hyman Zinn, alabándolo por ayudar a los refugiados judíos que huían de la persecución en la Alemania de Adolf Hitler.

"Debe ser una fuente de profunda satisfacción para usted estar haciendo una contribución tan importante para rescatar a nuestros perseguidos compañeros judíos de su calamitoso peligro y conduciéndolos hacia un futuro mejor", escribió Einstein.

La carta escrita a máquina, en papel membretado de Einstein de la Universidad de Princeton, con el sobre de correo original y descripta como en "estado muy bueno a excelente", fue vendida por 13.936 dólares, incluyendo la prima del comprador, dijo la casa de subastas Nate D. Sanders.

El precio mínimo de base era de entre 5.000 y 7.000 dólares.

En la carta fechada el 10 de junio de 1939, Einstein, que huyó de Alemania a Estados Unidos cuando Hitler llegó al poder en 1933, decía que los judíos debían ayudarse unos a otros como lo habían hecho por generaciones.

"El poder de la resistencia que ha permitido al pueblo judío sobrevivir durante miles de años se basó en gran medida en la tradición de ayuda mutua", dijo Einstein, autor de la teoría de la relatividad general.

"En estos años de angustia nuestra disposición a ayudarnos los unos a los otros está siendo puesta a prueba de manera especialmente severa. Podemos soportar esta prueba, así como lo hicieron nuestros padres antes que nosotros", escribió.

Y agregó: "No tenemos otro medio de autodefensa más que nuestra solidaridad y nuestro conocimiento de que la causa por la cual estamos sufriendo es una causa trascendental y sagrada".

domingo, 9 de octubre de 2011

Espía leonés al servicio inglés


Fue el 1 de abril de 1939 cuando en España sonaron los últimos bombardeos de la Guerra Civil Española, una contienda que marcó enormemente a un país que quedó totalmente destruido y que, desde ese momento, contó con la figura de Francisco Franco como jefe del Estado. Apenas unos meses más tarde, la ofensiva de Adolf Hitler sobre Polonia provocaba el estallido de la Segunda Guerra Mundial. La España de Franco optó por mantener una postura de aparente neutralidad en este conflicto bélico internacional, en el que se optó por no posicionarse en contra de Alemania e Italia, debido a la afinidad política con estos países y al apoyo recibido por su parte en la guerra española.

En medio de este panorama político internacional, en León se fraguaban los primeros pasos de lo que sería una red de espionaje al servicio de Gran Bretaña. Su núcleo logístico estuvo registrado en diferentes enclaves de la ciudad, donde comenzó la actuación de Lorenzo Sanmiguel Martínez, también conocido con el nombre falso de Juan Martínez Martínez, jefe de esta organización de espionaje.

De antecedentes izquierdistas, ideales comunistas y mala conducta, Lorenzo Sanmiguel regresó a España desde México en 1935, y tras participar como voluntario en el Regimiento de Infantería número 31 de Astorga (León), fue detenido y procesado por sedición, acusado de la distribución de hojas de propaganda subversiva redactadas en el interior del cuartel. Tras el golpe franquista, consiguió escapar y se trasladó a Asturias, donde se ocultó hasta el año 1939.

Fue en ese momento cuando, vestido de mujer, viajó a León para esconderse en el domicilio de sus padres, donde permaneció hasta el año 1941, cuando cruzó clandestinamente la frontera de Portugal para viajar a Lisboa y visitar las Embajadas de Gran Bretaña, México y Cuba e informar de su posición en beneficio de la Causa roja. De nuevo en España, entró en contacto con la Embajada inglesa en Madrid y comenzó a dirigir una red de espionaje en el norte de España.

Contó con 36 agentes y numerosos colaboradores que el jefe de la red reclutaba entre sus familiares y amigos, o bien por recomendaciones. Manejaban información tanto de fuerzas militares, como de enclaves y lugares de interés. Cada agente disponía de una contraseña. La información facilitada incluía distribución de fuerzas, defensa de costas, actos de sabotaje, entre otras muchas materias.

Descubiertos

El 16 de octubre de 1943, un trabajador de la Fábrica de Cañones de Trubia, en Asturias, llamado Libertario García, fue detenido por la Guardia Civil, para quien no había pasado desapercibido el elevado nivel de vida que mantenía. Reconoció que vendía información a un tal Juan Martínez. La investigación llevó a la Guardia Civil a un piso del paseo de la Condesa de Sagasta de León, donde Juan tenía una habitación arrendada.

En el tiroteo que se produjo, Juan Martínez falleció. En su habitación se encontraron armas, dinero, fotografías y planos y una agenda con los nombres de sus 56 colaboradores o agentes. El Consejo de Guerra ordinario se reunió en Oviedo el 16 de marzo de 1944. La sentencia recogió la absolución de doce de los acusados, pero también la pena de muerte para cuatro más y diferentes condenas para el resto. Fue el final del sueño de Lorenzo, que relacionó el triunfo aliado en Europa con la caída de Franco en España.