A continuación os transcribo la interesante entrevista que
ABC le ha realizado a Max Hastings a colación de su último libro "La Guerra Secreta. Espías, códigos y guerrillas: 1939-1945"
La imagen que han dado las novelas de los servicios de inteligencia de la Segunda Guerra Mundial es la de unas organizaciones capaces de hacer temblar los cimientos del poder. Sin embargo, la realidad es que, aunque fueron determinantes durante la contienda, su eficacia siempre estuvo supeditada al uso que los líderes de las grandes potencias hicieran de ellas. Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado el historiador británico Max Hastings en su nueva obra, «La guerra secreta. Espías, códigos y guerrillas. 1939-1945» (Crítica). Una investigación en la que analiza la importancia real que el espionaje tuvo en la guerra.
A pesar de que en la obra explica pormenorizadamente la repercusión de cada uno de los servicios de inteligencia que participaron en la guerra, Hastings (antiguo director del «Daily Telegraph» y el «Evening Standard») dedica una buena parte de su libro a arrojar luz sobre la turbulenta relación de Stalin con los servicios secretos de la URSS. El historiador afirma, concretamente, que el soviético era un paranoico que únicamente hacía caso de us espías cuando le informaban de la existencia de algún complot contra su persona.
A su vez, el británico dedica un capítulo a analizar la «Operación Marte». En esta cruel misión -una carga suicida sucedida en noviembre de 1942- el líder soviético obligó a 77.000 soldados a sacrificarse para distraer a los nazis. Su objetivo era que el Ejército Rojo aislado en Stalingrado pudiese hacer un movimiento de pinza y atacar por la retaguardia a los alemanes cuando estos se hubiesen desplazado para repeler a las fuerzas de «Marte». Fue una masacre y, curiosamente, se llevó a cabo con la colaboración de un agente doble ruso, «Max». Este ofreció -por orden de Stalin- todos los datos sobre las maniobras a los germanos para que enviasen a todas las unidades que pudiesen hasta la zona y se aflojase la presión sobre la ciudad.
1-¿Cuál fue la importancia real de los servicios de inteligencia durante la IIGM?
Los servicios de inteligencia fueron muy importantes durante la guerra en muchos aspectos. A los británicos, por ejemplo, les permitieron localizar multitud de submarinos nazis en el Atlántico. Los americanos, por su parte, pudieron saber gracias a ellos que los japoneses se dirigían a Midway en 1942.
Pero el espionaje fue muy importante también por las cosas que no hizo. Es casi increíble que Hitler invadiese la URSS sin permitir ni autorizar ningún análisis de la capacidad de resistir del Ejército Rojo. Igualmente, los japoneses entraron en guerra sin asumir -como les habían dicho sus espías- que la capacidad de los americanos de generar acero era 20 veces superior a la suya. Así que se puede aprender mucho de las cosas que hicieron, pero también de las que no hicieron.