Robert y Esther Westlake eran un matrimonio de clase humilde que vivía
en un barrio obrero de Toronto. Tuvieron ocho hijos, todos varones,
aunque tres de ellos murieron siendo niños.
La década de los 30 fueron años difíciles para los Westlake. El sueldo
de Robert, empleado en una fábrica de chocolate, apenas llegaba para
mantener a la familia. En 1933 Esther fue ingresada en un hospital
psiquiátrico, cuando el hijo mayor, Edward, tenía 22 años y el menor,
George, 12. Allí permanecería hasta su muerte en 1945. En 1936 Robert
murió de un ataque al corazón. La familia quedó a cargo de los hermanos
mayores, Edward y Tommy (que con 19 años ya llevaba dos o tres
trabajando de camionero), y de una tía suya que vivía en el centro de la
ciudad. Todos los hermanos tuvieron que comenzar a trabajar muy
jóvenes, y ninguno pudo estudiar más allá de la escuela primaria. Era la
época de la Gran Depresión, no tenían dinero y era difícil encontrar
empleo, pero ayudándose entre ellos todos lograron salir adelante. Eran
jóvenes trabajadores, muy aficionados a los deportes y que no se metían
en líos. Lo que se dice unos buenos chicos.
Canadá, aunque seguía siendo un Dominio de la Commonwealth, funcionaba
ya de hecho como un estado independiente. Cuando comenzó la Segunda
Guerra Mundial en 1939 su gobierno declaró la guerra a Alemania y envió
tropas a Inglaterra para defenderla de una posible invasión. Y poco más
podían hacer. En esos momentos las fuerzas armadas canadienses eran casi
inexistentes. Iban a necesitar de un periodo de movilización,
equipación y adiestramiento que les llevaría años. Además, tras la
conquista de Francia los teatros de operaciones en los que podían
intervenir eran de tamaño limitado. No hubo canadienses combatiendo
junto a los demás países de la Commonwealth en el norte de África ni
Extremo Oriente (con la excepción de dos batallones que se enviaron para
la defensa de la indefendible Hong Kong). La única acción destacada en
la que participaron tropas canadienses en esos primeros años fue el
desastroso ataque al puerto francés de Dieppe, en 1942. Hasta que la
guerra llegó de verdad a Europa (con la invasión de Sicilia en 1943) los
canadienses no se metieron de lleno en el conflicto.
Así que aún pasaron unos años desde que Canadá entró en guerra hasta que
el primero de los hermanos Westlake se alistó en las Fuerzas Armadas. Y
ese fue curiosamente el benjamín, George, a pesar de que estaba ya
comprometido con Vera, su novia de toda la vida, y de que tenía un buen
trabajo en un matadero. George se alistó en el regimiento de los North Nova Scotia Highlanders
en julio de 1942, en octubre se casó con Vera, y en el verano siguiente
embarcó con su unidad hacia Inglaterra. En agosto de 1942 Tommy, el
camionero, se alistó en los Queen’s Own Rifles of Canada. El
tercero y último de los hermanos Westlake que ingresó en las Fuerzas
Armadas fue Albert, que por entonces tenía 24 años y trabajaba en una
fábrica de conservas de carne. Albert siguió los pasos de su hermano
Tommy, que fue quien le convenció para que se alistase, y en abril de
1943 ingresó también en los Queen’s Own Rifles of Canada. Aunque
compartían regimiento, se habían alistado por separado y fueron
destinados a compañías diferentes. Su regimiento también partió a
Inglaterra, donde 150.000 soldados canadienses estaban preparándose para
el asalto a Europa. Los otros dos hermanos, John y Edward, no se
alistaron.
Tommy Westlake, el mayor de los tres hermanos que se alistaron en el Ejército:
Albert de uniforme:
Y George con su mujer Vera:
Los
dos regimientos en los que estaban destinados los tres hermanos
Westlake estaban integrados en la 3ª División de Infantería canadiense,
que en Normandía tendría como objetivo la playa conocida en clave como
Juno. Varias semanas antes del Día D los tres hermanos coincidieron en
Southampton, donde se concentraron las tropas canadienses que iban a
desembarcar en Francia, pero probablemente no llegaron a verse. Los
Queen’s Own Rifles
de Tommy y Albert formaban parte de la 8ª Brigada canadiense, al mando
del general Blackader, que desembarcarían en la primera oleada de asalto
en el sector
Nan White a partir de las 7:55 del 6 de junio. Por su parte los
North Nova Scotia Highlanders
de George estaban integrados en la 9ª Brigada del general Keller, una
fuerza de reserva que tenía previsto desembarcar en el mismo sector
varias horas más tarde, a partir de las 11:40 de la mañana.
No se sabe cómo, el 5 de junio, en el último momento, Albert logró que
le trasladasen a la compañía D, la de Thomas. Los dos hermanos irían
juntos a la batalla.
Al amanecer del 6 de junio Albert y Thomas desembarcaron con su
regimiento en la playa Juno. Dentro de la zona asignada a los
británico-canadienses ese fue el sector donde los atacantes tuvieron más
problemas. El mal estado de la mar hizo que desembarco comenzase con
retraso sobre el horario previsto. La marea ya estaba bastante alta y
ocultaba los obstáculos sumergidos, y a pesar del buen trabajo de las
unidades de zapadores varias lanchas se hundieron o resultaron dañadas
después de chocar contra ellos. Muchos canadienses murieron también a
consecuencia de las minas enterradas en la playa. Además el bombardeo
naval pasó por encima de las defensas costeras sin destruirlas. Pese a
todo, a las dos horas de iniciados los desembarcos la resistencia
enemiga en las playas había cesado totalmente (las fuerzas alemanas que
defendían Juno, de la 716ª División de Infantería, eran tropas de mala
calidad, formadas en parte por "voluntarios" polacos y rusos).
Cuando desembarcó George al son de las gaitas escocesas, cerca del
mediodía, la playa estaba ya mucho más tranquila. El problema que tuvo
su brigada fue que se quedó atrapada en un descomunal atasco en las
estrechas calles del pueblo de Bernières-sur-Mer que retrasó su avance
hacia el interior. Al fin, por la tarde, la
North Nova logró
reorganizarse e iniciar su avance. Después de una serie de escaramuzas y
de la captura de varios cañones antitanque y morteros, los
North Nova Scotia Highlanders
se hicieron fuertes en el sector de Villons-les-Buissons,
principalmente en torno al castillo de la localidad, y se prepararon
para pasar su primera noche en suelo francés. Ante ellos se encontraban
elementos de la 21ª División Panzer.
Mientras tanto, los
Queen’s Own Rifles de Tommy y Albert se
habían repuesto del castigo sufrido en Juno y habían continuado
avanzando hacia el interior. Al llegar la noche se encontraban al sur de
la carretera entre Anguerny y Anisy. A pesar de no haber conseguido
alcanzar todos sus objetivos previstos, en la noche del 6 de junio los
canadienses habían logrado consolidar su cabeza de puente y habían
avanzado hasta seis kilómetros tierra adentro.
Esa noche la
12ª SS Panzerdivision Hitlerjugend recibió orden de
dirigirse hacia el sector defendido por la 3ª División canadiense para
lanzar un contraataque que empujase a los aliados de vuelta al Canal. La
Hitlerjugend estaba formada por soldados muy jóvenes, reclutados
en su mayoría entre los miembros de las Juventudes Hitlerianas. Los
canadienses pronto descubrirían que aquellos muchachos eran temibles
enemigos: valientes, fanáticos y despiadados.
Al día siguiente la 3ª División canadiense reanudó su ofensiva hacia Caen. Los
North Nova Scotia Higlanders
iban en vanguardia, cubriendo el flanco izquierdo del avance con el
apoyo de los tanques del regimiento de Fusileros de Sherbrooke. Cuando
la
North Nova alcanzó la población de Authie se quedó bloqueada
por un bombardeo masivo de la artillería alemana. Fue el momento elegido
por Kurt Meyer, comandante del 25º Regimiento de
Panzergrenadier SS, para lanzar el contraataque. Con un fuerte apoyo artillero, dos batallones de
panzegrenadier
y tres compañías de tanques se lanzaron contra Authie, expulsaron a los
canadienses del pueblo y les empujaron hasta las alturas de Les
Buissons. La compañía A de la
North Nova, la de George, se
atrincheró en un terreno vallado cerca de Authie, inmovilizada por una
lluvia de fuego de artillería y morteros. Acosados por todos lados,
resistieron mientras pudieron los repetidos ataques de los tanques y la
infantería alemanes, hasta que, hacia las cinco de la tarde, con las
municiones agotadas, los supervivientes se vieron obligados a rendirse.
George, el pequeño de los hermanos Westlake, murió allí, al parecer en
un combate cuerpo a cuerpo. Tenía 23 años.
Probablemente Albert y Tommy nunca llegaron a saber que su hermano George había muerto en combate. El contraataque de la
Hitlerjugend
obligó a los canadienses a retirarse y el norte de Caen quedó en manos
alemanas. Comenzaba así la sangrienta batalla por Caen. En los días
siguientes, todos los intentos anglo-canadienses por reabrir el camino
hacia la ciudad acabaron en fracaso.
El domingo 11 de junio, en una operación planificada apresuradamente y mal preparada, los
Queen’s Own Rifles,
apoyados por los tanques del 1º de Húsares, iniciaron un avance contra
Mesnil-Patry, al noroeste de Caen. Los hombres de la compañía D, la de
Tommy y Albert, abrían la marcha subidos a los Shermans del Escuadrón B
del 1º de Húsares. El oficial al mando de los tanques les hizo progresar
demasiado rápido, sin preocuparse por mantener la coordinación con las
unidades de apoyo. Cuando llegaron a las afueras del pueblo, los
canadienses no iban a poder contar con cobertura de la artillería ni
ningún tipo de ayuda. Un terrible error, porque gracias a los códigos de
radio recuperados de un tanque canadiense destruido el día 9, los
alemanes habían podido conocer los planes enemigos. En Mesnil-Patry les
estaban esperando ocultos los
panzergrenadiers de la
Hitlerjugend.
La emboscada fue casi perfecta. Los alemanes abrieron fuego cuando la
columna canadiense atravesaba un campo de trigo. En cuestión de minutos
diecinueve de los veintiún tanques canadienses fueron destruídos por los
cañones antitanque y las armas anticarro ligeras (
panzerfaust y
panzerschrecks).
Las tropas de infantería, sorprendidas en campo abierto, fueron
acribilladas por las ametralladoras alemanas. La compañía D de los
Queen’s Own
fue aniquilada: 55 hombres resultaron muertos, 44 heridos y 11
prisioneros (incluido el mayor Elliot Dalton, el comandante de la
compañía, herido en una pierna). Solo tres hombres consiguieron escapar
de la trampa. Los Húsares por su parte tuvieron 59 muertos y 21 heridos.
Los cuerpos de Albert y Thomas Westlake fueron encontrados uno junto al
otro, al lado de su ametralladora Bren, con una bala en la cabeza cada
uno, lo que hace pensar que fueron ejecutados después de rendirse. En un
plazo de cuatro días, los tres hermanos Westlake habían perdido la vida
en la lucha por una ciudad francesa de la que seguramente nadie de su
familia había oído hablar hasta entonces.
Mesnil-Patry no caería en poder de los aliados hasta el 25 de junio, en
el transcurso de la Operación Epsom. Caen, cuya conquista estaba
prevista en los planes aliados en el mismo día de los desembarcos, no
sería ocupada hasta el 20 de julio, seis semanas después del Día D.
Muchas gracias a nuestro amigo
Nonsei que es quién nos ha permitido reproducir aquí esta interesantísima historia, publicada originalmente en su blog "
Historias de la Segunda guerra Mundial".