El servicio de inteligencia MI6 del Reino Unido sobornó a altos mandos militares españoles para intentar evitar que España se uniera al bando alemán
en la II Guerra Mundial, según documentos oficiales británicos ahora
desclasificados. El Reino Unido destinó durante la contienda hasta 14
millones de dólares, equivalentes a 200 millones de dólares actuales (155 millones de euros), tanto a militares pertenecientes al círculo de Francisco Franco como a armadores y a espías españoles.
La información, desclasificada por los Archivos Nacionales y recogida por los periódicos The Guardian y The Times, revela que el dinero se envió desde una cuenta de un banco suizo en Nueva York a iniciativa del embajador británico en Madrid, Samuel Hoare. Los pagos se gestionaron a través del empresario español Juan March, que había trabajado como agente doble británico durante la I Guerra Mundial, y se destinaron, entre otros, al hermano del dictador español, el oficial de la marina Nicolás Franco.
Hoare demandó, en junio de 1940, un primer pago de un millón de dólares "sin retraso" al Ministerio de Exteriores británico (Foreign Office), al que instaba a hablar con el primer ministro, Winston Churchill, en caso de duda. La urgencia de Hoare respondía a su convencimiento de que, si no se enviaba el dinero, habría un peligro real e inmediato de que España dejara de lado su posición neutral y Franco decidiera alinearse con las fuerzas de la Alemania nazi. "La entrada de España en la guerra dependerá de la rapidez de nuestra acción", se lee en uno de los telegramas en los que el diplomático insistía en el carácter "crítico" de la situación y advertía: "No puedo malgastar tiempo en explicar la posición con detalle".
Según los documentos desclasificados, Hoare aseguraba que con el dinero británico se había procedido también a arrestar a personas que conspiraban para persuadir a Franco de participar en la guerra al lado de los alemanes. Pese a que algunos oficiales británicos manifestaron sus dudas ante la operación, como el entonces ministro de Guerra y futuro primer ministro Anthony Eden, finalmente Hoare consiguió convencer a Churchill y al Gobierno en Londres.
Asimismo, la información desclasificada incluye un mensaje confidencial del entonces ministro de Exteriores, lord Halifax, en el que da cuenta de la existencia de contactos con "guerrillas" por si España sufría una invasión por parte de Alemania. "Por favor, quema esta carta cuando la hayas leído", indicaba el titular de Exteriores a Hoare, algo que finalmente no sucedió. Más tarde, los agentes británicos harían contacto en Lisboa con republicanos españoles (llamados "rojos" en los documentos), una decisión que preocuparía tanto a Churchill como a su ministro de Economía de Guerra, Hugh Dalton.
La información, desclasificada por los Archivos Nacionales y recogida por los periódicos The Guardian y The Times, revela que el dinero se envió desde una cuenta de un banco suizo en Nueva York a iniciativa del embajador británico en Madrid, Samuel Hoare. Los pagos se gestionaron a través del empresario español Juan March, que había trabajado como agente doble británico durante la I Guerra Mundial, y se destinaron, entre otros, al hermano del dictador español, el oficial de la marina Nicolás Franco.
Hoare demandó, en junio de 1940, un primer pago de un millón de dólares "sin retraso" al Ministerio de Exteriores británico (Foreign Office), al que instaba a hablar con el primer ministro, Winston Churchill, en caso de duda. La urgencia de Hoare respondía a su convencimiento de que, si no se enviaba el dinero, habría un peligro real e inmediato de que España dejara de lado su posición neutral y Franco decidiera alinearse con las fuerzas de la Alemania nazi. "La entrada de España en la guerra dependerá de la rapidez de nuestra acción", se lee en uno de los telegramas en los que el diplomático insistía en el carácter "crítico" de la situación y advertía: "No puedo malgastar tiempo en explicar la posición con detalle".
Según los documentos desclasificados, Hoare aseguraba que con el dinero británico se había procedido también a arrestar a personas que conspiraban para persuadir a Franco de participar en la guerra al lado de los alemanes. Pese a que algunos oficiales británicos manifestaron sus dudas ante la operación, como el entonces ministro de Guerra y futuro primer ministro Anthony Eden, finalmente Hoare consiguió convencer a Churchill y al Gobierno en Londres.
Asimismo, la información desclasificada incluye un mensaje confidencial del entonces ministro de Exteriores, lord Halifax, en el que da cuenta de la existencia de contactos con "guerrillas" por si España sufría una invasión por parte de Alemania. "Por favor, quema esta carta cuando la hayas leído", indicaba el titular de Exteriores a Hoare, algo que finalmente no sucedió. Más tarde, los agentes británicos harían contacto en Lisboa con republicanos españoles (llamados "rojos" en los documentos), una decisión que preocuparía tanto a Churchill como a su ministro de Economía de Guerra, Hugh Dalton.
Vía| Diario de Sevilla
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