La Fiscalía de Stuttgart anunció la detención de un ex trabajador del
campo de exterminio nazi de Auschwitz, de 93 años, por su presunta
complicidad en las muertes de los allí confinados. La fiscalía asegura tener "fuertes sospechas" de que el hombre, lituano de nacimiento y residente en Alemania desde hace 30 años, pudo haber trabajado como capataz en Auschwitz (en territorio polaco) entre 1941 y el momento en el que los aliados desmantelaron el campo de exterminio, a principios de 1945.
El detenido, en la lista de los diez criminales nazis más buscados, había reconocido anteriormente su presencia en el campo, pero exclusivamente como cocinero. No obstante, la Oficina Central Investigadora de los Crímenes del Nacionalsocialismo en Alemania ha obtenido en el último año dos importantes indicios en su contra, según la fiscalía. En consecuencia, la fiscalía está en la actualidad preparando una acusación formal contra el sospechoso por un presunto delito de complicidad en la muerte de los confinados en el campo. Según la información difundida en varios medios, el arrestado pertenecía a la división de las tropas de asalto SS destinada a la vigilancia de los campos de concentración y exterminio nazis.
En 1956, el arrestado emigró a Estados Unidos, en donde trabajó en una empresa que fabricaba guitarras hasta que en 1982 le fue denegado el permiso de residencia tras descubrirse su pasado nazi. A continuación se trasladó a Aalen (suroeste de Alemania) en donde ha residido hasta la fecha.
El detenido es uno de los aproximadamente 50 nonagenarios que la Oficina Central Investigadora de los Crímenes del Nacionalsocialismo en Alemania se propone llevar ante la Justicia por presunta complicidad con el régimen nazi en su calidad de vigilantes del campo de exterminio de Auschwitz. Este organismo quiere seguir en este procedimiento el modelo del proceso judicial seguido entre 2010 y 2011 contra el ucraniano John Demjanjuk. Tras un largo proceso, Demjanjuk, que vivía en Canadá desde hacía décadas, fue extraditado a Alemania y condenado a cinco años de cárcel por complicidad en la muerte de casi 30.000 judíos en el campo de exterminio de Sobibor, en la Polonia ocupada.
El juicio contra Demjanjuk, muerto unos meses después de escuchar sentencia, estuvo lastrado por el estado de salud del procesado, quien asistió a las vistas en silla de ruedas o en una camilla y se pronunció sobre los cargos imputados a través de sus abogados. Según los historiadores, en el campo de exterminio de Auschwitz fueron asesinados unos dos millones de personas, en su mayoría judíos.
El detenido, en la lista de los diez criminales nazis más buscados, había reconocido anteriormente su presencia en el campo, pero exclusivamente como cocinero. No obstante, la Oficina Central Investigadora de los Crímenes del Nacionalsocialismo en Alemania ha obtenido en el último año dos importantes indicios en su contra, según la fiscalía. En consecuencia, la fiscalía está en la actualidad preparando una acusación formal contra el sospechoso por un presunto delito de complicidad en la muerte de los confinados en el campo. Según la información difundida en varios medios, el arrestado pertenecía a la división de las tropas de asalto SS destinada a la vigilancia de los campos de concentración y exterminio nazis.
En 1956, el arrestado emigró a Estados Unidos, en donde trabajó en una empresa que fabricaba guitarras hasta que en 1982 le fue denegado el permiso de residencia tras descubrirse su pasado nazi. A continuación se trasladó a Aalen (suroeste de Alemania) en donde ha residido hasta la fecha.
El detenido es uno de los aproximadamente 50 nonagenarios que la Oficina Central Investigadora de los Crímenes del Nacionalsocialismo en Alemania se propone llevar ante la Justicia por presunta complicidad con el régimen nazi en su calidad de vigilantes del campo de exterminio de Auschwitz. Este organismo quiere seguir en este procedimiento el modelo del proceso judicial seguido entre 2010 y 2011 contra el ucraniano John Demjanjuk. Tras un largo proceso, Demjanjuk, que vivía en Canadá desde hacía décadas, fue extraditado a Alemania y condenado a cinco años de cárcel por complicidad en la muerte de casi 30.000 judíos en el campo de exterminio de Sobibor, en la Polonia ocupada.
El juicio contra Demjanjuk, muerto unos meses después de escuchar sentencia, estuvo lastrado por el estado de salud del procesado, quien asistió a las vistas en silla de ruedas o en una camilla y se pronunció sobre los cargos imputados a través de sus abogados. Según los historiadores, en el campo de exterminio de Auschwitz fueron asesinados unos dos millones de personas, en su mayoría judíos.
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