El campo de concentración nazi Oflag 17A, en Austria y cerca de la frontera con Checoslovaquia, tenía como prisioneros a 5.000 oficiales franceses en 1940. Según una investigación de la cadena BBC, el lugar había sido construido para tropas que realizaban ejercicios militares.
Allí ingresó un grupo de prisioneros aliados en la II Guerra Mundial tras ser derrotados en la Batalla de Francia. Había 40 barracas, 20 a cada lado de un pasillo central. El terreno estaba rodeado por dos líneas de alambre de púas y el perímetro estaba iluminado por focos.
Escapar parecía casi imposible. Pero gracias a un ingenio y astucia inimaginable, los hombres lograron eludir la seguridad y filmaron su hazaña. Incluso ese material de archivo es tan profesional que la primera vez que se observa puede confundirse con una reconstrucción de posguerra.
La filmación es un documental de 30 minutos llamado “Cladestinamente”, que fue filmado en secreto por los propios presos y divulgado por primera vez en 1946. Arriesgando sus vidas, lo grabaron con una cámara secreta que construyeron a partir de piezas que ingresaron ocultas en salchichas.
Después de armarla, guardaron la cámara en un diccionario ahuecado en la biblioteca del campo. Los rollos de 8mm los llevaban ocultos en los tacones de los zapatos.
El 17 de septiembre de 1943 los hombres estaban listos para partir a través de un túnel que construyeron día a día bajo las narices de los guardias. Los alemanes habían cancelado la rutina de pasar lista. Un grupo grande se fue la primera noche. La desaparición pasó desapercibida, así que la noche siguiente fue otro grupo.
“La corta longitud del túnel y el número de personas en el interior hacía que tuviéramos que estar en posición fetal”, dijo uno de los exprisioneros. “Había tan poco aire. Algunos de los hombres se desmayaron. Esperamos casi 10 horas para salir, todo el tiempo imaginando lo peor: un pelotón de fusilamiento alemán esperando al final del túnel”.
Una vez que salieron, cada uno recibió la instrucción de no viajar juntos y de hacerlo en diferentes direcciones. Veinte años después, esa epopeya sería retratada en la famosa película “El Gran Escape”, con Steve McQueen y Charles Bronson.
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