Un nuevo proyecto intenta dar otra vuelta de tuerca a uno de los mayores éxitos televisivos alemanes de los últimos tiempos, el de la serie Unsere Mütter, unsere Väter (Los hijos del Tercer Reich), que abordaba el nazismo desde las vivencias personales de cinco amigos alemanes y que, tras 10 años de trabajo, ha supuesto un punto de inflexión en la cultura televisiva alemana y logró en su primera emisión la friolera de siete millones de espectadores.
Uno de sus productores, Nico Hofmann, se lanza ahora junto a Jan Mojto a la realización de una nueva serie que recreará la juventud de Hitler y que ha sido ya aprobada por los responsables de la cadena privada de televisión alemana RTL, según ha confirmado su jefe de programación Frank Hoffmann. El proyecto está solo comenzando a andar y su emisión está prevista para 2016, pero la opinión pública alemana ya está reaccionando con cierta alarma.
Si bien la figura de Hitler ha ido llegando a la gran pantalla, no sin ciertas dificultades, la televisión alemana se resiste a tratar un asunto de irresoluble complejo en el subconsciente colectivo alemán. Existen sólo escasos y tímidos precedentes, que comenzaron con la adaptación de la película Guardaron el cerebro de Hitler (1966), que llegó a los hogares germanos bajo el título Locos de Mandoras, con aportaciones adicionales de los estudiantes de la UCLA.
Los productores de esta nueva serie de la RTL llevan ya dos años peleando por el proyecto, como sus productores revelaron en Cannes, pero sólo la acogida que Los hijos del Tercer Reich ha tenido por parte del público alemán ha convencido a una cadena para asumir el riesgo. "Creo que ha llegado el momento de rodar desde Alemania una serie para el mundo, en inglés y con capacidad de llegar al público internacional", ha dicho Mojto.
"Bueno, hasta los medios más serios en Alemania reconocen que hay dos temas de éxito asegurado: Hitler y el sexo", expone el analista de Die Zeit, Jens Jessen, que previene que "Hitler puede convertirse en una droga intelectual en el mercado del entretenimiento". Los productores aseguran que basarán su serie en las últimas investigaciones del historiador Thomas Weber, pero Jessen previene que "lo atractivo para el gran público no son esas aportaciones, sino la familiaridad con el personaje"
Y un elemento que no se menciona de forma explícita en esta polémica, que ocupa ya a la opinión pública alemana, es el daño que este tipo de serie puede hacer a la imagen de Alemania en el mundo, profundizando en el surco de la asociación de los alemanes con los nazis. El poeta estadounidense CK Willians ya señaló en un ensayo publicado en la revista Time que "el Holocausto no solamente convirtió al judío en un pueblo asociado al concepto de víctima, sino que también condenó al alemán a la irremediable asociación simbólica con los asesinos, de forma que en vano anhelan los alemanes la normalidad en la opinión pública internacional hacia ellos". Williams advertía que, en ese sentido "seguirán siendo eternamente nazis", una condena a la que añaden leña series como esta.
Para las generaciones más jóvenes de alemanas, sin embargo, deja de ser un tabú el hecho de que la industria del entretenimiento se beneficie de la distancia histórica que el paso de las décadas proporciona respecto a la figura de Adolf Hitler, convertido en una especie de icono pop del horror, la dictadura y la violencia. "La nueva generación de alemanes tiene una relación de soberanía con el pasado de este país", argumenta Mojto, mientras que Hoffmann justifica que "entre otras cosas, queremos analizar los años 20 y demostrar que en la vida de Hitler hubo una continuidad en la mentira".
Una de las principales críticas a la realización de esta serie se basa en que la RTL es una cadena de televisión más conocida por sus provocadores realities que por su interés en temas históricos. Actualmente lidera las audiencias con un programa sobre famosos de cuarta fila que sobreviven en la selva sometidos a pruebas diseñadas para generar asco. Hasta ahora eran los canales de televisión públicos alemanes los que abordaban este tipo de proyectos de carácter histórico, sometidos a comisiones de supervisión famosas por su rigor. Hoffmann, sin embargo, confió en que su canal esté a la altura del tema: "Sólo se puede hablar de Hitler con una gran precisión y muy cerca de la verdad histórica. Y eso es lo que haremos", ha dicho en declaraciones a Der Spiegel.
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