Los historiadores ubican el inicio de la segunda guerra mundial
en setiembre de 1939 cuando la Alemania de Hitler invade Polonia.
La guerra se extendería por todo el orbe y aquel conflicto mundial
tendría un capitulo en Costa Rica, específicamente el 31 de marzo de
1941.
Con el inicio de la guerra, los barcos mercantes de los países
involucrados buscaron refugio en puertos neutrales para evitar
agresiones, dos de ellos el alemán Eisenach y el italiano Fella.
El carguero Eisenach al mando del capitán Gerhard Loers Struck arribó
el primero de setiembre de 1939 cargado de cemento y máquinas.
La embarcación en algún momento sirvió a los intereses de Franco
durante la Guerra Civil Española al llevar armamento desde Alemania a la
nación ibérica según narra Guillermo Villegas en su libro "La Guerra de
Figueres: Crónica de 8 años".
El Fella llegaría el 5 de junio de 1940 capitaneado por Gabriel Locatelli Gabrielli con pasajeros, mercadería y mármol.
El gobierno del presidente Cortés ordenó desmantelar los radios de
las embarcaciones para no comprometer la neutralidad de nuestro país en
aquel momento.
Los 100 tripulantes de las naves podían bajar a tierra y regresar a
bordo por las noches pero con el paso de los meses su permanencia se
complicó al no tener suministros.
Además el gobierno del recién electo doctor Rafael Ángel Calderón
recibía las presiones de los ciudadanos alemanes e italianos
establecidos en el país, con el fin de que dejaran en paz a sus
coterráneos.
Los rumores de espionaje comenzaron a correr y la tensión crecía con los barcos anclados en Puntarenas.
Francisco Calderón Guardia, hermano del entonces presidente y
secretario de seguridad pública declararía ante un juez que el gobierno
recibió denuncias de que los barcos cargaban explosivos. Además de que
los aparatos de radio habían sido reinstalados y que algunos de los
tripulantes viajaron dentro del país sin autorización correspondiente.
Además el Gobierno Británico exigía al costarricense desarmar los
barcos pese a que los navíos no traían armas consigo; de lo contrario
bloquearían el puerto del pacífico.
Con ese panorama fue que el gobierno de Calderón Guardia planeó tomar las naves con el apoyo de los Estados Unidos.
A la media noche del 31 de marzo salió de San José un tren con el
secretario de seguridad en él y cuarenta policías armados que tenían
como objetivo abordar los buques en cuestión; a su llegada a Puntarenas,
este fue el panorama que encontraron.
La información sobre la toma de los barcos se filtró y las
tripulaciones tanto del Eisenach y el Fella hicieron lo imposible para
que las naves no fueran tomadas.
Los medios de la época hicieron eco de lo ocurrido y daban a conocer a sus lectores la noticia.
La Tribuna informó que un buque norteamericano interceptó
comunicaciones desde San José de anunciaban la toma de las naves, por su
parte el Diario de Costa Rica rescataba en sus páginas que había sido
el primero en informar del suceso.
Las autoridades costarricenses detuvieron a las tripulaciones de las
naves, las trasladaron a San José y las recluyeron en la penitenciaría
capitalina.
Dos meses después el gobierno de Calderón indulta a las tripulaciones
y las envía a la zona del canal, bajo el control de los Estados Unidos.
En ese punto se les pierde la pista al ser trasladados a los Estados Unidos para ser sometidos a interrogatorios.
Años después el Eisenach sería recuperado de las aguas de Puntarenas y
puesto en operación mientras que esta boya frente al paseo de los
turistas marca donde están los restos del Fella ya declarado patrimonio
histórico de Costa Rica.
Vía| Teletica
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