viernes, 25 de julio de 2008

Tratado de Múnich de 1938 llegó a Praga por primera vez


Para Checoslovaquia significó una desilusión total. El 29 de septiembre de 1938 sus aliados Gran Bretaña y Francia suscribieron en la ciudad bávara de Múnich con la Alemania nazi y la Italia fascista el acuerdo a raíz del cual la joven República checoslovaca perdió una tercera parte de su territorio, el 40 por ciento de su industria y casi cinco millones de habitantes. En las negociaciones no participó ningún representante checo.

Este martes, el presidente del Senado checo, Přemysl Sobotka, recibió del director del Instituto Histórico Militar, Aleš Knížek, una copia fiel del Tratado de Múnich.
“Queremos recordar ese acontecimiento con el cual se le derrumbó a Checoslovaquia el mundo. El documento será expuesto en el palacio Kolovrat, en que sesionaba el gobierno de la primera República Checoslovaca antes de la Segunda Guerra Mundial, así como el posterior gobierno del Protectorado de Bohemia y Moravia”, dijo Sobotka.

En el salón Verde del palacio Kolovrat, al lado de la actual sede de la Cámara Alta checa, los ministros checoslovacos esperaban en 1938 los resultados de las negociaciones en Múnich. Desde entonces se usa el dicho «acerca de nosotros, pero sin nosotros». El gobierno checoslovaco nunca obtuvo el documento, llegó únicamente una lista de las exigencias que debía cumplir.

A partir del 28 de octubre, día del 90 aniversario del surgimiento del Estado checoslovaco independiente, el Tratado de Múnich será presentado en una exposición en el Museo Nacional, dedicada al período de la primera República entre 1918 y 1938, apuntó Aleš Knížek.

“Deseamos para la exposición el original del Tratado de Múnich, pero hasta el momento el archivo alemán no nos lo quiere prestar”, indicó Knížek.
Los historiadores checos se esforzaron por conseguir en Alemania el Tratado de Múnich, llamado también la Traición de Múnich, desde el año 2006. Sus originales se encuentran todavía en los archivos de Gran Bretaña, Francia e Italia. El documento de cuatro páginas fue escrito en una máquina especial con letras grandes para que lo pudiera leer Adolfo Hitler, que rechazaba llevar gafas en público.

Los checos lo pueden ver en ocasión de las jornadas abiertas en el Palacio Kolovrat en la Ciudad Pequeña de Praga donde la copia del Tratado de Múnich quedará expuesta permanentemente.

Vía| Radio CZ

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