sábado, 5 de marzo de 2016

El joven espía que logró salvar la vida a Churchill, Roosevelt y Stalin



En 1943, Hitler planeó el golpe perfecto que le daría el triunfo definitivo en la Segunda Guerra Mundial. Todo estaba calculado milimétricamente y debía de llevarse a cabo durante la última semana del mes de noviembre de ese mismo año en Teherán, durante la cumbre que reuniría a los máximos dirigentes de las fuerzas aliadas: Churchill, Roosevelt y Stalin. El plan llevaba como nombre "Operación salto de longitud".

Con tan solo 19 años, Gevork Vartanian, un joven espía a las órdenes del gobierno soviético, desbarató los planes del Führer y logró salvar la vida de los tres mandatarios.

Llevaba trabajando para la NKVD desde los 16 años, edad en la que fue introducido en el servicio secreto soviético por su propio padre, quien también trabajaba como espía para el Gobierno de Moscú desde su camuflada vida como rico comerciante armenio en Persia (actual Irán). A tan temprana edad, ya había ayudado a descubrir a más de 400 espías nazis que se camuflaban entre el numerosísimo grupo de alemanes que residían en Irán.

A pesar de su juventud, Gevork Vartanian fue capaz de interceptar una señal radiofónica en la que detectó los mensajes que se intercambiaban entre el mando del Tercer Reich y seis paracaidistas alemanes que habían sido lanzados sobre suelo iraní para llevar a cabo el triple magnicidio.






El joven espía había recibido el alias 'Amir' seudónimo por el que tenía que ser conocido en sus conexiones con el resto de miembros de la "caballería ligera", el grupo de jóvenes espías soviéticos que estaban operando desde el país persa. Amir había interceptado el mensaje en el que quedaba al descubierto el plan de Hitler por aniquilar a sus grandes enemigos, ahora sólo quedaba averiguar cuál de los cuatro días se realizaría el atentado, ya que la 'Conferencia de Teherán' tendría lugar entre el 28 de noviembre y el 1 de diciembre, fecha que no se había hecho pública hasta muy poco tiempo antes de celebrarse dicho encuentro por motivos de seguridad.

El plan alemán para sabotear la conferencia se puso en conocimiento de los servicios de inteligencia soviéticos, ya que eran los responsables de controlar y garantizar la seguridad en suelo iraní, debido al Tratado de amistad entre Rusia y Persia que se había firmado en 1921.

Irán, a pesar de haber sido declarado terreno neutral, tenía viviendo en sus ciudades más de 20.000 alemanes que habían huido de su patria con la idea de seguir con sus negocios y empresas, lo que hacía sospechar que entre la marabunta germana podrían camuflarse muy fácilmente los comandos nazis entrenados para cometer el atentado.

La idea principal era asesinar a Stalin y Churchill y coger como rehén a Roosevelt para poder pactar condiciones en caso de hacerle falta a Hitler. A la desesperada, tenían autorización para acabar también con la vida del mandatario norteamericano.

Gevork y sus compañeros de equipo debían peinar todo Teherán en busca de la emisora de radio alemana que recibía las consignas desde el mando del ejército nazi. Sus jornadas se alargaban hasta 18 horas diarias, pero no dejaban ni un palmo de terreno de la ciudad sin inspeccionar, lo que hacía que los enviados para llevar a cabo el complot se sintiesen cada vez más acorralados, produciéndose varias detenciones de colaboradores con la causa alemana y dejando inoperativo el plan tramado.



Vía| Yahoo Noticias

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