miércoles, 24 de febrero de 2010

Breve vistazo a los juicios de Nuremberg


La Segunda Guerra Mundial, que culminó en 1945, con el triunfo de los aliados, dejó como secuela un profundo sentimiento de ansias de justicia, contra los crímenes cometidos por el régimen nazi.

Ese mismo año, las naciones vencedoras, impulsaron la iniciación de procesos jurídicos contra los principales líderes del genocidio que terminó con la vida de millones de judíos. Hitler, ya se había suicidado junto Eva Braun, ante su inminente derrota. Fue la primera vez en la historia en que una nación vencida fue juzgada por un tribunal internacional, por sus acciones de guerra, pero también fue la primera vez en la historia que una nación cometió genocidio semejante.

Conocidos los hechos aberrantes cometidos por el gobierno alemán del III Reich, ya desde 1941, se fue gestando la idea de que sus responsables merecían un castigo ejemplar, que trascendiera los órganos judiciales de su propio país. Así, Churchill, sostuvo que al término del conflicto bélico los líderes de esa masacre debían ser juzgados.

En 1942 ya comenzó a confeccionarse una nómina de los candidatos a ser juzgados.

El proceso de mayor gravedad, pues los procesados fueron los máximos responsables, tuvo lugar en Núremberg (Alemania) contra 24 supervivientes del nazismo, a partir del 20 de noviembre de 1945. Como encargados de dirigir el juicio y dictar Sentencia, se estableció un Tribunal Militar Internacional, creado por la Carta de Londres, que se integró con los siguientes jueces titulares: Geoffrey Lawrence, por el Reino Unido, Francis Biddle, por Estados Unidos, Henri Donnedieu de Vabres, por Francia, e Iona Nikitchenko, por la Unión Soviética. Cada uno de ellos contaba con un suplente. El jefe de fiscales fue Robert H. Jackson, juez norteamericano.


Esos cuatro países (Estados Unidos, la Unión Soviética, Gran Bretaña y Francia), fueron los primeros suscriptores del Acuerdo de Londres del 8 de agosto de 1945, al que luego se sumaron 19 estados.

Tras las 216 sesiones que se sucedieron desde la primera, ocurrida el 1 de octubre de 1946, durante más de diez meses, donde se usaron como pruebas documentos y películas, se concluyó con la siguiente Sentencia:

De los 24 juzgados, tres fueron absueltos: el Ministro y Vicecanciller, Franz von Papen, Hans Fitzsche, quien había participado en la propaganda nazi, y el ex presidente del Reichsbank, Hjalmar Schacht.

El Ministro de Armas Albert Speer, se mostró arrepentido y fue condenado a veinte años de prisión. Lo mismo sucedió con el Líder de las Juventudes Hitlerianas, Baldur von Schirach. El gobernador de la Polonia ocupada, también se expresó arrepentido, pero aún así, su condena fue capital. También fueron condenados a muerte, el secretario del partido nazi, Martin Bormann que según luego se supo, ya había fallecido, durante la caída de Berlín (se lo juzgó en ausencia) y el Ministro del Interior, Wilhelm Frick, entre otros.

Rudolph Hess, quien fue condenado a cadena perpetua, se mostró orgulloso de haber servido a Hitler, aunque su comportamiento en el proceso hizo dudar sobre su salud mental.

Hermann Göring, el segundo líder (después de Hitler) Ministro de aviación, y fundador de la Gestapo, sentenciado a la horca, también mostró una actitud desafiante, criticando a sus compañeros nazis por no asumir sus actitudes y defender sus ideologías.

La ejecución de los once condenados a muerte, fue cumplida por ahorcamiento, el 16 de octubre de 1946. Dos de ellos se suicidaron antes,Hermann Göring y Robert Ley.

Los delitos que se les imputaron fueron catalogados como crímenes contra la humanidad, pues además de los crímenes de guerra, caracterizados por la realización de actos violatorios a las leyes de guerra, como torturas y asesinatos, que no corresponden a enfrentamientos a armados, y de población civil, se sumó la muerte de conjuntos de personas por motivos raciales.
En total fueron cuatro los cargos imputados: Crímenes contra la paz (Fueron los nazis los que planificaron e iniciaron el sangriento conflicto) contra la humanidad (genocidio, persecución racial, torturas) de guerra (sustracción de bienes, matanza de rehenes, torturas, etc) y conspiración (para cometer los delitos anteriores).

Si bien la mayoría de las voces se alzaron apoyando estos procesos hubo algunas opiniones aisladas que criticaron el modo de llevarse a cabo los juicios y sobre todo, la imparcialidad de los juzgadores, que eran los vencedores de la guerra en la que los procesados habían resultado vencidos. De todos modos, significó un corolario donde se intentó poner un manto de justicia ante el horror que nunca más la humanidad merece vivir.

La defensa de los imputados alegó que se estaban aplicando leyes penales con efecto retroactivo, ya que tales leyes internacionales no existían al momento de cometidos los hechos cuestionados. Presentó 2700 documentos, algo más de los que expuso la defensa.

El Tribunal Militar de los Estados Unidos, llevó a cabo otros doce procesos, entre los cuales se hallan, los denominados Juicio de los doctores y Juicio de los jueces, donde se juzgaron a 199 personas, de las cuales 36 fueron condenadas a muerte. De ellas, en 18 casos se cumplió la ejecución.

La importancia jurídica de este proceso, además de su sentido de justicia y como promotor de paz, es que fue el origen del actual Derecho PenalInternacional.

Los esfuerzos de los cazadores de nazis (como Simon Wiesenthal y Beate Klarsfeld) llevaron a la captura, la extradición, y el juicio de varios nazis que se habían escapado de Alemania después de la guerra. El proceso de Adolf Eichmann, celebrado en Jerusalén, capturó la atención del mundo entero.

Muchos criminales de guerra, sin embargo, no fueron nunca procesados ni castigados. La busca de criminales de guerra nazis continua hasta hoy.

1 comentario :

  1. Vaya por delante que hay que hacer una distinción entre lo que era moralmente obligatorio y lo legalmente posible. Respecto a lo moralmente obligatorio, hay que decir que los juicios de Nuremberg eran la expresión de los aliados de que no sólo no podía quedar sin castigo un genocidio como el nazi sino que su juicio y veredictos debían servir como ejemplo ante las consecuencias de una vuelta al nazismo,y ante eso, pocos argumentos caben, como no sean de ideología nazi o antijudía.

    Otro cantar es lo legalmente posible, y desgraciadamente, desde un punto de vista procesal, los tribunales de Nuremberg fueron una farsa. Eran tribunales especiales, formados por un jurado militar juzgando en muchos casos a civiles, rompiendo el principio de legalidad imperante en EEUU y gran bretaña conforme se ha de ser juzgado acorde a una ley en vigor anteriormente a los hechos juzgados. No admitian presunción de inocencia, la carga de la prueba estaba sobre el acusado, no sobre el fiscal, no admitían apelación a órgano jurisdiccional alguno, ni atenuantes, ni remisión de condena o libertad condicional. Se privó a los acusados de los derechos que sí estaban en vigor en los países acusadores-excepto la Unión Soviética, que de ser por ellos,se habrían saltado el juicio o hubieran hecho la instrucción del mismo con un martillo,unas tenazas y un cable electrificado, como en las purgas. De haber sido realizado en tiempo de paz, el juicio habría sido considerado nulo. Además, sentó la base de los tribunales especiales que han juzgado y condenado a muchos "residentes"de Guantánamo. Hay que señalar que el fiscal Biddle fue fiscal en otro caso en que siete alemanes calificados de terroristas-pese a que no cometieron antentado alguno- y los familiares de algunos que se encontraban en EEUU fueron juzgados y cinco de ellos ejecutados, en 1942 por orden de Roosevelt, que llegó a amenazar con fusilarlos sin juicio. Otro gallo nos hubiera cantado si en vez de hacerlo como lo hicieron hubieran acusado al gobierno alemán y a los militares implicados de seis millones de asesinatos en primer grado, intento de asesinato de otros nueve millones, delitos continuados de apropiación indebida, detención ilegal, esclavitud...todos ellos delitos vigentes durante la comisión de los mismos,y el resultado no habría sido muy diferente, incluso más severo. Luego ya podían instaurar el delito de genocidio para las generaciones venideras, pero el resultado en Nuremberg fue que, procesalmente hablando, es una de las mayores aberraciones jurídicas que se han cometido en occidente, cuya herencia se deja sentir hoy mismo en las cárceles de Bagram o Guantánamo.

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