Olivier Ducastel y Jacques Martineau, autores de Jeanne y el chico formidable, han comparecido en rueda de prensa esta mañana para presentar la película de clausura del Festival, L’arbre et la fôret, sobre la deportación de homosexuales durante la Segunda Guerra Mundial. El tándem de directores franceses ha sido merecedor del premio Luna de Valencia en esta XXV edición del Festival Internacional de Cine Cinema Jove, organizado por la Conselleria de Cultura y Deporte a través del Instituto Valenciano del Audiovisual y la Cinematografía, y con el patrocinio del IVAJ.
Desde que se conocieron en 1995, Olivier Ducastel y Jacques Martineau no han dejado de trabajar juntos en el guión y la dirección de sus películas. La ópera prima de esta pareja de cineastas franceses, Jeanne et le garçon formidable (Jeanne y el chico formidable, 1998), fue presentada en la Berlinale y es, hasta la fecha, la única película de los directores estrenada comercialmente en nuestro país.
Ducastel y Martineau han afirmado en la rueda de prensa que sin duda su cine es “comprometido y ha sido así desde el principio. Sólo entendemos el cine hablando de la sociedad, del mundo actual. Por eso hablamos también de política, aunque con cierta militancia que toleramos”.
El tándem galo ha realizado media docena de filmes respaldados por actores como Jean-Marc Barr, Laetitia Casta, Valeria Bruni-Tedeschi o Virginie Ledoyen (homenajeada por Cinema Jove en 2006) y premiados en Milán, Toronto y Berlín, entre otras citas de la cinematografía. De hecho, los dos directores han comentado la importancia de mover sus trabajos por festivales de todo el mundo, ya que consideran que son una “opción muy válida frente a las escasas facilidades” a la hora de distribuir sus películas. “Por ello –continúa Martineau- esperamos que la participación en Cinema Jove nos abra las puertas de los cines españoles”. Entre risas, Ducastel corrobora: “hacemos cine no comercial, pero tenemos muchos gastos, obviamente”.
Las películas de Ducastel y Martineau abordan con ternura y desenfado las conflictivas relaciones entre padres e hijos, el paso de la adolescencia a la edad adulta o la dificultad de convivir con el fantasma del SIDA. Del mismo modo, a través de filmes como Drôle de Felix (2000) y Crustacés et Coquillages (2005), o la citada Jeanne y el chico formidable, Ducastel y Martineau dan cuenta de una “homosexualidad tranquila y asumida”, atestigua Alain Brassart, autor de L’homosexualité dans le cinéma français.
Cinema Jove ha presentado, en primicia en España, la filmografía completa de los directores galos, incluyendo el estreno en nuestro país de su último trabajo, L’arbre et la forêt (2010), gestado a lo largo de más de 10 años y que se proyectará durante la ceremonia de clausura.
Al ser preguntados sobre el significado del árbol que da título al filme, los cineastas franceses han comentado que “para nosotros es un símbolo, pero para Frédéric no es un símbolo, es un ser real, un ser vivo, con una dimensión paradójica: ha sido plantado para conjurar el olvido, pero el árbol crece demasiado cerca de la casa, al tiempo que lo hace el secreto que guarda. Al cabo de 60 años, el secreto amenaza, al igual que el árbol, los cimientos de la casa, de la familia”.
La película aborda por primera vez en Francia, la transmisión de un acontecimiento traumático que ha permanecido largo tiempo silenciado en el país galo: la deportación de homosexuales durante la Segunda Guerra Mundial. En palabras de Ducastel, “sin restarle importancia al hecho de proclamar que se deportó a personas únicamente por su orientación sexual, quisimos articular nuestro relato en torno a la cuestión del silencio, el secreto y sus consecuencias”.
Porque no sólo fueron los judíos los deportados, sino en general todos los considerados "diferentes", tanto por razones étnicas, como políticas o, en este caso, de orientación sexual. Me aterra ver en la actualidad gente homosexual que justifica totalitarismos de cualquier especie.
ResponderEliminarUn saludo.