La guerra soviético-finlandesa, que empezó el 30 de noviembre de 1939 y terminó el 13 de marzo de 1940, se convirtió en una campaña mucho más dura de lo que se había planificado. En vez de ejecutar una guerra rápida y triunfal el Ejército Rojo aprendió muchas lecciones.
El 26 de noviembre de 1939 en la frontera entre la URSS y Finlandia retumbaron los disparos. Murieron cuatro soldados rusos y nueve quedaron heridos como resultado del fuego proveniente de territorio finlandés. El 29 de noviembre la URSS rompió las relaciones diplomáticas con ese país.
Este conflicto fue resultado de los siguientes acontecimientos previos: El 23 de agosto de 1939 la Unión Soviética y Alemania firmaron el Pacto Molotov-Ribbentrop de no agresión entre los dos países. Por una cláusula secreta del Pacto, Finlandia junto con los países bálticos, quedó en la esfera de influencia soviética. En octubre de 1939 la Unión Soviética demandó a Finlandia que trasladara la frontera más lejos de Leningrado (actualmente San Petersburgo) y permitiera establecer una base naval soviética en la península de Hanko. A cambio, la URSS ofrecía un territorio en Carelia mucho más extenso y menos desarrollado. El trato no fue aceptado.
La ofensiva de las fuerzas armadas soviéticas en el territorio de Finlandia empezó a las 8 horas de la mañana del 30 de noviembre de 1939. El conflicto, según lo previsto por los jefes militares soviéticos, duraría no más de 10 a 12 días. Inesperadamente, y fuera de toda previsión, el Ejército Rojo se enfrentó a una resistencia sorprendentemente fuerte. Los finlandeses se apoyaban en las posiciones defensivas de la así llamada "línea Mannerheim", un sistema de fortificaciones a lo largo del Istmo de Carelia.
Para un Ejército no preparado para las condiciones subárticas los combates resultaron ser extremadamente duros, especialmente cuando empezó el invierno. Los militares morían no sólo a causa de las balas, sino también del frío (que alcanzaba incluso los 45 grados centígrados bajo cero). Por el contrario, las unidades finlandesas se prepararon para una guerra dura y prolongada, los soldados sabían tácticas de guerrilla y conocían bien la geografía en dónde se desenvolvió el conflicto. Vestidos con trajes blancos, utilizaban esquíes para desplazarse y surgían como si de ninguna parte, abriendo fuego sobre las tropas enemigas y desapareciendo rápidamente.
Por más férrea que fuera la defensa de los finlandeses, las tropas rusas —cuyas tácticas ya habían sido adaptadas a las condiciones del teatro de guerra— por fin lograron romper la línea Mannerheim y penetrar en cuña unos 25–65 kilómetros dentro del territorio de Finlandia.
Al llegar la primavera Finlandia ya no tenía muchas oportunidades de resistencia contra el Ejército Rojo que contaba con millones de efectivos y miles de tanques y aviones. El 13 de marzo de 1940 en Moscú fue firmado el tratado de paz, según el cual Finlandia perdió extensos territorios en el Sureste y Este (un 10% del total del país); unas de las ciudades más grandes y las islas orientales del Golfo de Finlandia.
Mientras las pérdidas finesas en la Guerra de Invierno fueron unas 25 000 personas, las pérdidas soviéticas, según las listas oficiales, alcanzaron las 127 000 almas. En resumidas cuentas, en esta guerra la Unión Soviética resguardó los territorios que quedaban cerca de la frontera con Finlandia y obtuvo experiencia en llevar a cabo acciones armadas en condiciones no favorables. El país también probó su capacidad para lograr mejores resultados en conflictos futuros.
Los resultados de la guerra soviético-finlandesa precipitaron el inicio de la Gran Guerra Patria en contra de invasión nazi de 1941 - 1945 que se hizo el frente más sangriento e importante de la Segunda Guerra Mundial.
El 26 de noviembre de 1939 en la frontera entre la URSS y Finlandia retumbaron los disparos. Murieron cuatro soldados rusos y nueve quedaron heridos como resultado del fuego proveniente de territorio finlandés. El 29 de noviembre la URSS rompió las relaciones diplomáticas con ese país.
Este conflicto fue resultado de los siguientes acontecimientos previos: El 23 de agosto de 1939 la Unión Soviética y Alemania firmaron el Pacto Molotov-Ribbentrop de no agresión entre los dos países. Por una cláusula secreta del Pacto, Finlandia junto con los países bálticos, quedó en la esfera de influencia soviética. En octubre de 1939 la Unión Soviética demandó a Finlandia que trasladara la frontera más lejos de Leningrado (actualmente San Petersburgo) y permitiera establecer una base naval soviética en la península de Hanko. A cambio, la URSS ofrecía un territorio en Carelia mucho más extenso y menos desarrollado. El trato no fue aceptado.
La ofensiva de las fuerzas armadas soviéticas en el territorio de Finlandia empezó a las 8 horas de la mañana del 30 de noviembre de 1939. El conflicto, según lo previsto por los jefes militares soviéticos, duraría no más de 10 a 12 días. Inesperadamente, y fuera de toda previsión, el Ejército Rojo se enfrentó a una resistencia sorprendentemente fuerte. Los finlandeses se apoyaban en las posiciones defensivas de la así llamada "línea Mannerheim", un sistema de fortificaciones a lo largo del Istmo de Carelia.
Para un Ejército no preparado para las condiciones subárticas los combates resultaron ser extremadamente duros, especialmente cuando empezó el invierno. Los militares morían no sólo a causa de las balas, sino también del frío (que alcanzaba incluso los 45 grados centígrados bajo cero). Por el contrario, las unidades finlandesas se prepararon para una guerra dura y prolongada, los soldados sabían tácticas de guerrilla y conocían bien la geografía en dónde se desenvolvió el conflicto. Vestidos con trajes blancos, utilizaban esquíes para desplazarse y surgían como si de ninguna parte, abriendo fuego sobre las tropas enemigas y desapareciendo rápidamente.
Por más férrea que fuera la defensa de los finlandeses, las tropas rusas —cuyas tácticas ya habían sido adaptadas a las condiciones del teatro de guerra— por fin lograron romper la línea Mannerheim y penetrar en cuña unos 25–65 kilómetros dentro del territorio de Finlandia.
Al llegar la primavera Finlandia ya no tenía muchas oportunidades de resistencia contra el Ejército Rojo que contaba con millones de efectivos y miles de tanques y aviones. El 13 de marzo de 1940 en Moscú fue firmado el tratado de paz, según el cual Finlandia perdió extensos territorios en el Sureste y Este (un 10% del total del país); unas de las ciudades más grandes y las islas orientales del Golfo de Finlandia.
Mientras las pérdidas finesas en la Guerra de Invierno fueron unas 25 000 personas, las pérdidas soviéticas, según las listas oficiales, alcanzaron las 127 000 almas. En resumidas cuentas, en esta guerra la Unión Soviética resguardó los territorios que quedaban cerca de la frontera con Finlandia y obtuvo experiencia en llevar a cabo acciones armadas en condiciones no favorables. El país también probó su capacidad para lograr mejores resultados en conflictos futuros.
Los resultados de la guerra soviético-finlandesa precipitaron el inicio de la Gran Guerra Patria en contra de invasión nazi de 1941 - 1945 que se hizo el frente más sangriento e importante de la Segunda Guerra Mundial.
La guerra con Finlandia mostró varias cosas:
ResponderEliminar1.ª No hay que menospreciar la capacidad del enemigo aunque parezca pequeño.
2ª Rusia seguirá atacando aunque sus bajas sean enormes. La gente importa poco. Esto se verá al final del conflicto mundial: Rusia sale vencedora a pesar de poner más muertos que nadie sobre la mesa
3ª El único agresor en la guerra mundial no fue Alemania. El vergonzoso pacto de no agresión firmado por Molotov y Ribbentrop fue testigo del reparto entre las dos poderosas naciones.
Un saludo.
Efectivamente, la Guerra de Invierno es una guerra olvidada, incluso para sus protagonistas. En Rusia, no quieren hablar de una guerra a todas luces imperialista y que supuso una humillación a sus ejércitos. En Finlandia, hasta hace muy poco hubo una especie de verguenza nacional a hablar de un conflicto asociado, erroneamente, al nazismo y al fascismo.
ResponderEliminarRespecto a lo que dice Cayetano, totalmente de acuerdo, especialmente en el punto 3. Tan culpable fue Hitler, quien atacó, como Stalin, que le dio los medios.
Un saludo