El escritor polaco Marek Bienczyk, uno de los más importantes de su país, llega por primera vez a las librerías españolas con su novela "Tworki", una obra ambientada al final de la Segunda Guerra Mundial en un gran hospital psiquiátrico, en la que se reflexiona sobre la experiencia del dolor y la pérdida.
"Esta novela está destinada a personas con una cierta sensibilidad y fue escrita con auténtica hambre de sentimientos", decía hoy Bienczyk al presentar su libro, que acaba de publicar la editorial Acantilado, en el Instituto Polaco de Cultura, acompañado por el editor, Jaume Vallcorba, y por su traductora, María del Pilar Lema Quintana, entre otros.
A caballo entre la lírica y la épica, "Tworki (El manicomio)" es, según Vallcorba, una novela "muy singular" en la que tan importante es lo que se dice como lo que se oculta, y que introduce al lector en un mundo "muy especial, que toca lo más profundo del alma humana".
Nacido en 1956, Bienczyk se enfrenta en esta novela, publicada en Polonia en 1999, a un mundo "enormemente trágico, en el que los seres humanos buscan su plenitud que les es constantemente negada por las circunstancias históricas y por las limitaciones del alma", señaló el editor.
Bienczyk se sentía hoy feliz de que un libro suyo se haya publicado por fin en español, una lengua que aprendió de joven, aunque la ha olvidado en parte, y que admira desde que en los setenta leyó a los grandes escritores latinoamericanos.
El gran poder poético que hay en "Tworki" sedujo al escritor Milan Kundera, para quien "esta novela no se parece a ninguna otra", pero le ha ocasionado más de un problema a Marek Bienczyk a la hora de ser traducida a otras lenguas, por ejemplo, al alemán: el editor rechazó la traducción que se le ofrecía porque no captaba el lirismo de la obra.
"Para un lector polaco tampoco es fácil leer este libro, porque requiere bastante atención y una cierta sumisión para dejarse llevar por este tipo de lenguaje", explicó hoy Bienczyk.
La dificultad, prosiguió el autor polaco, estriba en que, con ese lenguaje, él busca "un modo de expresión que haga honor al hecho que describe y que arranca con la decisión de una joven judía de veinte años que se entrega a la policía alemana en la Segunda Guerra Mundial y que deja una carta de despedida".
Esa carta "existió en realidad" y por carambolas del destino llegó a manos de Marek Bienczyk, como también llegó un anillo que llevaba grabados los nombres de una de una pareja judía "y un símbolo de amor. Fue muy conmovedor", aseguró el escritor.
En Polonia, tras la Segunda Guerra Mundial, han aparecido numerosos objetos de este tipo, a partir de los cuales "se ha podido ir recreando la historia de aquellos años", comentó el novelista, cuyo ensayo "Melancholia. De los que han perdido aquello que nunca se encuentra" será publicado próximamente en España por Acantilado.
También existe el hospital psiquiátrico Tworki, situado a veinte kilómetros de Varsolvia y que Bienczyk convierte en su novela "en un espacio idílico, alejado del sufrimiento del mundo externo". Crea así "una imagen bucólica" donde predomina el sentimiento por encima de los hechos históricos.
"Siempre creo oasis en mis novelas, enclaves donde el hombre puede escapar de la maldición de la Historia", afirmó el escritor para añadir a renglón seguido que los enfermos mentales de "Tworki" revelan "la verdad sobre el mundo, que no es demasiado alegre".
En un gesto irónico, el escritor le ha puesto a algunos personajes nombres de grandes representantes de la cultura europea, como Goethe, Rubens o Durero. Es su forma de "saldar" sus deudas "con la cultura europea".
En el futuro, bromeó, "esos locos serían reemplazados por otros que se llamarían John Lennon o Mick Jagger".
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