Enfrentarse a la memoria histórica no es precisamente lo que mejor se le da al poder actual en Rusia. Por eso el gesto de Vladimir Putin ayer en el bosque de Katyn, a las afueras de la ciudad rusa de Smolensk, tiene doble valor. El primer ministro ruso y su homólogo polaco, Donald Tusk, rindieron homenaje a los oficiales polacos fusilados a sangre fría hace 70 años por orden de los servicios secretos soviéticos.
El NKVD, el antecesor de la KGB, eliminó en 1940 a casi 22.000 mandos del ejército polaco, cuyos restos están sepultados en Katyn y otros campos de concentración de la antigua URSS. Después de que en 1939 el ejército alemán ocupase Polonia, la URSS cumplió su parte del pacto Molotov-Ribbentrop y entró en la zona oriental del país.
Los prisioneros fueron repartidos en varios lugares, pero el bosque de Katyn, a unos 400 kilómetros al oeste de Moscú, se ha convertido en la principal referencia de lo sucedido. "Es un símbolo de la Polonia independiente", dijo Tusk.
Vía| La Vanguardia
El NKVD, el antecesor de la KGB, eliminó en 1940 a casi 22.000 mandos del ejército polaco, cuyos restos están sepultados en Katyn y otros campos de concentración de la antigua URSS. Después de que en 1939 el ejército alemán ocupase Polonia, la URSS cumplió su parte del pacto Molotov-Ribbentrop y entró en la zona oriental del país.
Los prisioneros fueron repartidos en varios lugares, pero el bosque de Katyn, a unos 400 kilómetros al oeste de Moscú, se ha convertido en la principal referencia de lo sucedido. "Es un símbolo de la Polonia independiente", dijo Tusk.
Vía| La Vanguardia
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