viernes, 30 de noviembre de 2012

LAs 5 superarmas nazis que podrían haber dado la victoria a Hitler

De ciencia ficción. Quizás estas sean las palabras que mejor definan el súper armamento que los científicos nazis trataron de crear durante toda la Segunda Guerra Mundial y que, de haberse fabricado varios meses antes, podría haber inclinado la balanza del lado de Hitler
Desde cañones que trataban de usar la energía de los elementos naturales para acabar con los enemigos del Führer hasta máquinas con tecnología punta y en las cuáles está basado una gran parte del armamento actual. Los nazis, dedicaron durante años gran parte de sus recursos a tratar de fabricar armas que les dieran la victoria sin apenas sufrir bajas en el campo de batalla.
«Todos los expertos en armamento del III Reich han destacado un hecho evidente: si la investigación se hubiese adelantado tan sólo un año, el resultado de la contienda podía haber sido muy distinto», afirma el escritor José Lesta en su libro «El enigma nazi» (editado por Edaf). «Sin embargo, el propio sistema nazi propició también el derrumbe final del Régimen bajo el peso de los abultados y multimillonarios gastos destinados a las revolucionarias ‘armas maravillosas’», sentencia.
Y es que, el desarrollo de estas armas revolucionarias también costó una auténtica fortuna a los seguidores de Hitler, aún cuando algunas no podían fabricarse más que en la imaginación. Sin embargo, tampoco se puede negar que, gracias a estos «sueños», Alemania se adelantó varios años a la capacidad tecnológica de su época.

Las «armas limpias»

De entre todos los inventos que los nazis idearon para la guerra, los que más destacan por su originalidad son las denominadas «armas limpias», llamadas así debido a que utilizaban la energía del medio ambiente para funcionar. 

1 - La primera de ellas es el «cañón de viento», un artefacto ideado para lanzar rayos de aire. «Diseñado en Stuttgart durante la guerra, era un tipo de arma que podía emitir un flujo pulsante de aire comprimido. Feo y grotesco en apariencia, estaba construido con un gran caño curvo con un codo en forma de giba», determina el experto.

Este cañón funcionaba presuntamente con oxígeno e hidrógeno en proporciones moleculares, los cuales, al unirse, creaban una mezcla mortal que se podía llegar a disparar. «Lanzaba, tras una violenta detonación, un proyectil ‘de viento’, una especie de golpe de aire comprimido y vapor de agua que tenía un efecto similar al de una granada», explica Lesta.

Al parecer, y según determina el escritor: «Las pruebas se realizaron en Hillersleben, y se logró destruir planchas de madera de 2,5 centímetros de grosor a 183 metros de distancia». En palabras de Lesta, un prototipo de este cañón fue instalado sobre un puente sobre el río Elba para su protección, pero nunca fue utilizado.

2 - Otra «arma limpia», según determina Lesta, fue el «cañón sónico», creado en los años 40 por el doctor Richard Wallauschek. «Estaba formada por dos reflectores parabólicos conectados por varios tubos que formaban una cámara de disparo. A través de los tubos entraba en la cámara una mezcla de oxígeno y metano que era detonada de forma cíclica», explica el experto.

«Las ondas de sonido producidas por los explosivos, por reflexión, generaban una onda de choque de gran intensidad que creaba un rayo sónico de enorme amplitud. La nota aguda que enviaba superaba los 1.000 milibares a casi 50 metros. A esta distancia, medio minuto de exposición mataría a cualquiera que se encontrara cerca, y a 250 metros seguiría produciendo un dolor insoportable», determina Lesta.
A pesar de que el «cañón sónico» podría haber revolucionado el mundo armamentístico de la II Guerra Mundial, finalmente no se llegó a utilizar debido a su gran tamaño (pues, al parecer, una de sus piezas medía más de tres metros). Sin embargo, algunos documentos afirman que llegó a probarse contra animales.

3 – El tercer artefacto con el que se hicieron pruebas fue la conocida como «arma vórtice», el cual tenía la finalidad de crear torbellinos para derribar a los aviones aliados. «Se construyó en el Instituto Experimental de Lofer, en el Tirol austríaco. Diseñada por el doctor Zippermeyer, tenía como base un mortero de gran calibre que se hundía en el suelo y disparaba proyectiles cargados de carbón pulverizado y un explosivo de acción lenta», sentencia Lesta.

Al parecer, el objetivo que se buscaba con este curioso invento era derribar a los aeroplanos enemigos en el momento en que explotase la mezcla. Este revolucionario artefacto, sin embargo, no surtió efecto en sus primeras pruebas, por lo que se intentó mejorar.

«Se llegó a la conclusión de que se podrían producir oscuros y enormes torbellinos a base de polvo de carbón con la potencia suficiente para romper las alas y la estructura de los aviones aliados. El alcance del arma se cifró en unos 150 metros», explica el experto en su libro. Según parece, este original cañón no llegó a utilizarse nunca como tal, pero sí algunas armas basadas en el viento.

4 – Finalmente, y dentro del armamento climatológico, destacó el «cañón solar», el cual utilizaba la energía de este astro para lanzar un gigantesco rayo de calor sobre los aviones enemigos. «Los bocetos iníciales mostraban un gigantesco reflector que, a modo de espejo, debía captar una gran cantidad de rayos solares focalizándolos en una zona determinada», aclara Lesta.

Sin embargo, y a pesar de que presuntamente se construyó un modelo inicial de este aparato, tampoco se llegó a utilizar en combate debido a que el prototipo fue robado por los americanos casi al final de la guerra. «Nunca se volvió a saber nada más acerca del mismo», finaliza el experto.

Una bomba revolucionaria

5 - Finalmente, la última de estas curiosas armas fue la llamada «bomba endotérmica». «Se trataba de explosivos que serían lanzados por aviones de gran radio de acción y con capacidad para, al detonar, crear una zona de intenso frío que congelaría en un radio de un kilómetro toda forma de vida de manera temporal. Es uno de los ingenios de los que menos información se dispone», sentencia el escritor.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Guardianas nazis: arcángeles del terror


El MAL, con estas aterradoras mayúsculas, existe, late perverso entre nosotros, palpita cruelmente en los genes de la especie, dormita en hogares entrañables donde se cobija la alimaña. Seres, más o menos humanos, más o menos corrientes, se convirtieron en la Europa de los años treinta, en asesinos despiadados, impávidos torturadores, bestias sin límite, en el Gulag, y en los campos de exterminio nazi.
Golpeaban, mutilaban, asesinaban, lanzaban perros furiosos contra los prisioneros, destrozaban los pechos de las detenidas a latigazos, colaboraban en los planes de selección del Dr. Mengele, el Dr. Muerte para sus dantescos experimentos, eliminaban a los niños enfermos, las mascotas, se paseaban a caballo entre los presos desnudos exhibiendo su crueldad, inoculaban enfermedades a los reclusos para observar su comportamiento.... Así se extendió la historia más universal de la infamia en los campos de exterminio.

Terror global nazi

Era el terror global nazi, la solución final, la carnicería sistemática. Pero no era un terror anónimo. Detrás de los asesinatos y martirios sin número se escondían nombres propios, apellidos, biografías casi siempre bordadas a las calaveras de las SS. Y entre esos nombres, tantos, muchísimos, hasta casi cuatro mil de mujeres. 

Estos dantescos testimonios son recogidos en «Guardianas nazis. El lado femenino del mal» (Edaf), excelente libro de Mónica González Álvarez (con prólogo del forense José Cabrera), en la mejor tradición de los historiadores británicos que no solo aportan hechos y documentación, sino también sensaciones y emociones.
Aquí no hay generalizaciones, aquí hay diecinueves caras dantescas, ejemplos del terror, porque como la misma escritora explica «es como debería de ser siempre. Conocer no solo la identidad de las víctimas sino también la de sus verdugos. Casos como estos no deberían de ocultarse jamás. Estas guardianas fueron muchísimo más crueles que sus camaradas masculinos. Fueron el brazo ejecutor de los peores crímenes que ha dado la Humanidad. Por ejemplo, "la Bestia de Auschwitz" torturó y mató a más de 500.000 "mascotas" judías. Así denominaba a sus víctimas. La Binz mataba a hachazos a mujeres embarazadas. O la popular “Zorra de Buchenwald” que ordenaba extirpar piel humana tatuada para fabricar lámparas de decoración».

Educadas para el odio

No eran casos aislados, esta gente recibía formación, instrucción y educación para hacer lo que hacían. Ése era el primer paso a seguir para formar parte del personal de las Waffen-SS. El destino inicial era Ravensbrück, también conocido como "Puente de los Cuervos", el principal campo de instrucción nazi. Allí ingresaron más de 3.600 mujeres entre 1936 y 1945. Durante las largas horas de entrenamiento aprendían a impartir dolor extremo, a golpear y apalear con toda clase de instrumentos, a practicar sacrificios, a seleccionar a niños y mujeres, o a realizar los famosos pases de revista donde obligaban a los reclusos a desnudarse y permanecer de pie durante horas. Una vez completada la instrucción eran enviadas a los múltiples campamentos de concentración y exterminio». 

Cuando dejaban el «trabajo», la mayoría llevaba una vida «normal» con marido e hijos. «Así es -continúa la historiadora-. Eran mujeres corrientes, insignificantes desde un punto de vista laboral, porque hasta que no se alistaron en la Liga Alemana de Mujeres no tuvieron un especial protagonismo, eran mediocres. Eran analfabetas y la mayoría no había ido ni a la escuela. Y si lo pensamos bien, cualquiera podría haber sido nuestra vecina porque, aparentemente, eran personas normales. Hasta que un buen día se toparon con los ideales promulgados por un Hitler hipnótico que les hizo caer en sus redes. Ilse Koch tuvo tres hijos y aún así disfrutaba fustigando con su látigo a criaturas y bebés hasta la muerte». 


Mónica González Álvarez las ha clasificado en arcángeles y apóstoles. La denominación merece una explicación: «Ambos vocablos reflejan a la perfección quiénes fueron estas mujeres. Para aquellos que puedan pensar que hay un significado religioso detrás me temo que no lo encontrarán. La palabra "arcángel" representa un "espíritu bienaventurado" de orden medio entre los ángeles y los principados. Por lo que si buscamos una similitud con el caso de las siete supervisoras germanas nos encontramos con unos seres "venerados" por su régimen y que se encontraban entre Hitler (su Dios) y las SS (los principados). Ahora bien, las auxiliares restantes a las que describo como "Las 12 Apóstoles del Reich", serían aquellas que predicaron y difundieron entre sus más fieles seguidores la semilla de la doctrina aria. Sin ellas la figura del Führer jamás se hubiera podido perpetrar un exterminio tan devastador».

Un plan asesino

Más terrible que el sadismo y la crueldad aterra pensar que la mayoría no estaban locas, sino que seguían un plan. «Después de leer las actas de los juicios, una se da cuenta que no solo ellas, sino todos los miembros que componían el Reich, creían fervientemente que no estaban haciendo nada malo, que todo era por el bien de la Humanidad. Limpiar el mundo de la lacra semita les hacía sentirse invencibles. Eran conscientes de la atrocidad y la consternación pero en ningún momento creyeron que estaban cometiendo crimen alguno. De hecho, ninguna se arrepintió de su comportamiento en los campos de concentración, todo lo contrario, se sentían de lo más orgullosas. Imagínese cuando algunas de ellas quedaron en libertad…». 

Tal era su comportamiento aterrador, que sus compañeros, curtidos nazis «les tenían miedo. Su sola presencia infundía pavor. Imaginémonos a las típicas mujeres de belleza aria, atractivas incluso, pero de talante rudo y mirada sádica, vestidas con botas altas negras y portando látigos, fustas o pistolas. Cuando caminaban por el campamento lo hacían buscando presas a las que torturar y eso se respiraba en el ambiente. Los prisioneros preferían morir en la cámara de gas que cruzar una sola palabra con cualquiera de ellas. Por eso sus camaradas preferían no llevarles la contraria y sus jefes intentaban mantenerlas contentas. Al fin y al cabo, ellas eran las dueñas y señoras de todo aquel horror. Si la Maldad existe, estas guardianas fueron sus principales representantes en la Tierra».