sábado, 30 de junio de 2012

¿Por qué los nazis llevaban un tatuaje en la axila?

Las Waffen-SS fueron el cuerpo de combate de las SS (Schutzstaffel). Dirigidas por Heinrich Himmler, las Waffen-SS se crearon como unidad de protección del Partido Nazi para, más tarde, convertirse en fuerzas de combate durante la Segunda Guerra Mundial.

WaffenSS

La mayoría de miembros de las Waffen-SS llevaban un pequeño tatuaje en la axila del brazo izquierdo con el tipo de sangre (A, B, AB y O). Así, se podría identificar rápidamente el tipo de sangre en caso de tener que hacer una transfusión a un soldado inconsciente o que no llevase su chapa identificativa (Erkennungsmarke).

Tatuaje-A

Lo que en la batalla era una ventaja, acabo siendo un inconveniente cuando terminó la guerra. Los aliados utilizaron los tatuajes para localizar, y juzgar, a los miembros de la Wafen-SS. Algunos intentaron “borrar las huellas del delito” quemándose el tatuaje pero, al final, resultaba ser más evidente que una “confesión jurada”.

Visto en el blog "Historias de la Historia".

jueves, 28 de junio de 2012

Los hermanos Westlake

Robert y Esther Westlake eran un matrimonio de clase humilde que vivía en un barrio obrero de Toronto. Tuvieron ocho hijos, todos varones, aunque tres de ellos murieron siendo niños.

La década de los 30 fueron años difíciles para los Westlake. El sueldo de Robert, empleado en una fábrica de chocolate, apenas llegaba para mantener a la familia. En 1933 Esther fue ingresada en un hospital psiquiátrico, cuando el hijo mayor, Edward, tenía 22 años y el menor, George, 12. Allí permanecería hasta su muerte en 1945. En 1936 Robert murió de un ataque al corazón. La familia quedó a cargo de los hermanos mayores, Edward y Tommy (que con 19 años ya llevaba dos o tres trabajando de camionero), y de una tía suya que vivía en el centro de la ciudad. Todos los hermanos tuvieron que comenzar a trabajar muy jóvenes, y ninguno pudo estudiar más allá de la escuela primaria. Era la época de la Gran Depresión, no tenían dinero y era difícil encontrar empleo, pero ayudándose entre ellos todos lograron salir adelante. Eran jóvenes trabajadores, muy aficionados a los deportes y que no se metían en líos. Lo que se dice unos buenos chicos.

Canadá, aunque seguía siendo un Dominio de la Commonwealth, funcionaba ya de hecho como un estado independiente. Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial en 1939 su gobierno declaró la guerra a Alemania y envió tropas a Inglaterra para defenderla de una posible invasión. Y poco más podían hacer. En esos momentos las fuerzas armadas canadienses eran casi inexistentes. Iban a necesitar de un periodo de movilización, equipación y adiestramiento que les llevaría años. Además, tras la conquista de Francia los teatros de operaciones en los que podían intervenir eran de tamaño limitado. No hubo canadienses combatiendo junto a los demás países de la Commonwealth en el norte de África ni Extremo Oriente (con la excepción de dos batallones que se enviaron para la defensa de la indefendible Hong Kong). La única acción destacada en la que participaron tropas canadienses en esos primeros años fue el desastroso ataque al puerto francés de Dieppe, en 1942. Hasta que la guerra llegó de verdad a Europa (con la invasión de Sicilia en 1943) los canadienses no se metieron de lleno en el conflicto.

Así que aún pasaron unos años desde que Canadá entró en guerra hasta que el primero de los hermanos Westlake se alistó en las Fuerzas Armadas. Y ese fue curiosamente el benjamín, George, a pesar de que estaba ya comprometido con Vera, su novia de toda la vida, y de que tenía un buen trabajo en un matadero. George se alistó en el regimiento de los North Nova Scotia Highlanders en julio de 1942, en octubre se casó con Vera, y en el verano siguiente embarcó con su unidad hacia Inglaterra. En agosto de 1942 Tommy, el camionero, se alistó en los Queen’s Own Rifles of Canada. El tercero y último de los hermanos Westlake que ingresó en las Fuerzas Armadas fue Albert, que por entonces tenía 24 años y trabajaba en una fábrica de conservas de carne. Albert siguió los pasos de su hermano Tommy, que fue quien le convenció para que se alistase, y en abril de 1943 ingresó también en los Queen’s Own Rifles of Canada. Aunque compartían regimiento, se habían alistado por separado y fueron destinados a compañías diferentes. Su regimiento también partió a Inglaterra, donde 150.000 soldados canadienses estaban preparándose para el asalto a Europa. Los otros dos hermanos, John y Edward, no se alistaron.

Tommy Westlake, el mayor de los tres hermanos que se alistaron en el Ejército:

Albert de uniforme:
Y George con su mujer Vera:
Los dos regimientos en los que estaban destinados los tres hermanos Westlake estaban integrados en la 3ª División de Infantería canadiense, que en Normandía tendría como objetivo la playa conocida en clave como Juno. Varias semanas antes del Día D los tres hermanos coincidieron en Southampton, donde se concentraron las tropas canadienses que iban a desembarcar en Francia, pero probablemente no llegaron a verse. Los Queen’s Own Rifles de Tommy y Albert formaban parte de la 8ª Brigada canadiense, al mando del general Blackader, que desembarcarían en la primera oleada de asalto en el sector Nan White a partir de las 7:55 del 6 de junio. Por su parte los North Nova Scotia Highlanders de George estaban integrados en la 9ª Brigada del general Keller, una fuerza de reserva que tenía previsto desembarcar en el mismo sector varias horas más tarde, a partir de las 11:40 de la mañana.

No se sabe cómo, el 5 de junio, en el último momento, Albert logró que le trasladasen a la compañía D, la de Thomas. Los dos hermanos irían juntos a la batalla.

Al amanecer del 6 de junio Albert y Thomas desembarcaron con su regimiento en la playa Juno. Dentro de la zona asignada a los británico-canadienses ese fue el sector donde los atacantes tuvieron más problemas. El mal estado de la mar hizo que desembarco comenzase con retraso sobre el horario previsto. La marea ya estaba bastante alta y ocultaba los obstáculos sumergidos, y a pesar del buen trabajo de las unidades de zapadores varias lanchas se hundieron o resultaron dañadas después de chocar contra ellos. Muchos canadienses murieron también a consecuencia de las minas enterradas en la playa. Además el bombardeo naval pasó por encima de las defensas costeras sin destruirlas. Pese a todo, a las dos horas de iniciados los desembarcos la resistencia enemiga en las playas había cesado totalmente (las fuerzas alemanas que defendían Juno, de la 716ª División de Infantería, eran tropas de mala calidad, formadas en parte por "voluntarios" polacos y rusos).

Cuando desembarcó George al son de las gaitas escocesas, cerca del mediodía, la playa estaba ya mucho más tranquila. El problema que tuvo su brigada fue que se quedó atrapada en un descomunal atasco en las estrechas calles del pueblo de Bernières-sur-Mer que retrasó su avance hacia el interior. Al fin, por la tarde, la North Nova logró reorganizarse e iniciar su avance. Después de una serie de escaramuzas y de la captura de varios cañones antitanque y morteros, los North Nova Scotia Highlanders se hicieron fuertes en el sector de Villons-les-Buissons, principalmente en torno al castillo de la localidad, y se prepararon para pasar su primera noche en suelo francés. Ante ellos se encontraban elementos de la 21ª División Panzer.

Mientras tanto, los Queen’s Own Rifles de Tommy y Albert se habían repuesto del castigo sufrido en Juno y habían continuado avanzando hacia el interior. Al llegar la noche se encontraban al sur de la carretera entre Anguerny y Anisy. A pesar de no haber conseguido alcanzar todos sus objetivos previstos, en la noche del 6 de junio los canadienses habían logrado consolidar su cabeza de puente y habían avanzado hasta seis kilómetros tierra adentro.

Esa noche la 12ª SS Panzerdivision Hitlerjugend recibió orden de dirigirse hacia el sector defendido por la 3ª División canadiense para lanzar un contraataque que empujase a los aliados de vuelta al Canal. La Hitlerjugend estaba formada por soldados muy jóvenes, reclutados en su mayoría entre los miembros de las Juventudes Hitlerianas. Los canadienses pronto descubrirían que aquellos muchachos eran temibles enemigos: valientes, fanáticos y despiadados.

Al día siguiente la 3ª División canadiense reanudó su ofensiva hacia Caen. Los North Nova Scotia Higlanders iban en vanguardia, cubriendo el flanco izquierdo del avance con el apoyo de los tanques del regimiento de Fusileros de Sherbrooke. Cuando la North Nova alcanzó la población de Authie se quedó bloqueada por un bombardeo masivo de la artillería alemana. Fue el momento elegido por Kurt Meyer, comandante del 25º Regimiento de Panzergrenadier SS, para lanzar el contraataque. Con un fuerte apoyo artillero, dos batallones de panzegrenadier y tres compañías de tanques se lanzaron contra Authie, expulsaron a los canadienses del pueblo y les empujaron hasta las alturas de Les Buissons. La compañía A de la North Nova, la de George, se atrincheró en un terreno vallado cerca de Authie, inmovilizada por una lluvia de fuego de artillería y morteros. Acosados por todos lados, resistieron mientras pudieron los repetidos ataques de los tanques y la infantería alemanes, hasta que, hacia las cinco de la tarde, con las municiones agotadas, los supervivientes se vieron obligados a rendirse. George, el pequeño de los hermanos Westlake, murió allí, al parecer en un combate cuerpo a cuerpo. Tenía 23 años.

Probablemente Albert y Tommy nunca llegaron a saber que su hermano George había muerto en combate. El contraataque de la Hitlerjugend obligó a los canadienses a retirarse y el norte de Caen quedó en manos alemanas. Comenzaba así la sangrienta batalla por Caen. En los días siguientes, todos los intentos anglo-canadienses por reabrir el camino hacia la ciudad acabaron en fracaso.

El domingo 11 de junio, en una operación planificada apresuradamente y mal preparada, los Queen’s Own Rifles, apoyados por los tanques del 1º de Húsares, iniciaron un avance contra Mesnil-Patry, al noroeste de Caen. Los hombres de la compañía D, la de Tommy y Albert, abrían la marcha subidos a los Shermans del Escuadrón B del 1º de Húsares. El oficial al mando de los tanques les hizo progresar demasiado rápido, sin preocuparse por mantener la coordinación con las unidades de apoyo. Cuando llegaron a las afueras del pueblo, los canadienses no iban a poder contar con cobertura de la artillería ni ningún tipo de ayuda. Un terrible error, porque gracias a los códigos de radio recuperados de un tanque canadiense destruido el día 9, los alemanes habían podido conocer los planes enemigos. En Mesnil-Patry les estaban esperando ocultos los panzergrenadiers de la Hitlerjugend. La emboscada fue casi perfecta. Los alemanes abrieron fuego cuando la columna canadiense atravesaba un campo de trigo. En cuestión de minutos diecinueve de los veintiún tanques canadienses fueron destruídos por los cañones antitanque y las armas anticarro ligeras (panzerfaust y panzerschrecks). Las tropas de infantería, sorprendidas en campo abierto, fueron acribilladas por las ametralladoras alemanas. La compañía D de los Queen’s Own fue aniquilada: 55 hombres resultaron muertos, 44 heridos y 11 prisioneros (incluido el mayor Elliot Dalton, el comandante de la compañía, herido en una pierna). Solo tres hombres consiguieron escapar de la trampa. Los Húsares por su parte tuvieron 59 muertos y 21 heridos. Los cuerpos de Albert y Thomas Westlake fueron encontrados uno junto al otro, al lado de su ametralladora Bren, con una bala en la cabeza cada uno, lo que hace pensar que fueron ejecutados después de rendirse. En un plazo de cuatro días, los tres hermanos Westlake habían perdido la vida en la lucha por una ciudad francesa de la que seguramente nadie de su familia había oído hablar hasta entonces.

Mesnil-Patry no caería en poder de los aliados hasta el 25 de junio, en el transcurso de la Operación Epsom. Caen, cuya conquista estaba prevista en los planes aliados en el mismo día de los desembarcos, no sería ocupada hasta el 20 de julio, seis semanas después del Día D.

Muchas gracias a nuestro amigo Nonsei que es quién nos ha permitido reproducir aquí esta interesantísima historia, publicada originalmente en su blog "Historias de la Segunda guerra Mundial".

lunes, 25 de junio de 2012

Nueva biografía de Goebbles por Peter Longerich






Goebbles, con solo pronunciar este apellido la Historia se tambalea, crujen los cimientos del género humano, se lanzan al galope los negros corceles de la barbarie.

Siempre se ha pensado que en el retorcido cerebro de este hombre (pequeño, atormentado por un terrible dolor en el pie, fruto de la polio) se estructuraba toda la geometría demoníaca del régimen nazi, que él era el arquitecto de aquel templo del odio y el terror cuya siniestra imagen eran Hitler y el olor a carne quemada en media Europa.
Pero este individuo, también conocido como el enano venenoso, o el carnero por sus muchas amantes, se pasaba el día como la reina de Blancanieves: «Espejito, espejito, quién es el nazi más listo, el más entregado, el más trabajador, el verdadero entre los verdaderos?». Y el espejito despejaba sus dudas: «Tú, Paul Joseph Goebbels, tú, tú».

Hitler no daba palmaditas en el hombro

Pero el verdadero espejo del que Goebbels necesitaba aquiescencia era otro y tenía nombre propio: Adolf Hitler. Porque toda la vida del todopoderoso y omnipresente Ministro de Propaganda nazi estuvo dirigida, pensada y planeada para que el Führer le diera una palmadita en el hombro, lo que no ocurría tan a menudo como Goebbels quisiera. 

Estos son algunos de los reveladores detalles de «Goebbels» (RBA) la reciente biografía del ministro nacionalsocialista, magna obra (cerca de mil páginas) elaborada por el experto Peter Longerich (autor también de la biografía de Himmler, otra rata convenientemente diseccionada por Longerich) a partir de los treinta y dos tomos de los diarios que Goebbels escribió durante casi veinticinco años hasta su suicidio en 1945 en el Führerbúnker en el que pocas horas antes Adolf Hitler había hecho lo propio. Acto supremo de lealtad al Jefe, en el que Goebbels además se llevó por delante a su esposa Marga, y a sus seis hijos.  

Del libro de Longerich se desprende que cualquier psicólogo habría descrito el comportamiento de Goebbels como una «patología narcisista», tal era su deseo de ser admirado. De hecho, cuando ya era amo y señor del aparato propagandístico nazi, Goebbels disfrutaba como un niño con zapatos nuevos cuando la Prensa elogiaba sus discursos o sus ideas, Prensa que evidentemente él controlaba hasta la última coma.

Crónica oficial del nazismo

En 1923, Goebbels empieza a escribir estos diarios que en su megalomanía quería que fuesen la crónica oficial del nazismo. De hecho, con el tiempo se los vendió a la propia editorial del partido, la de Max Amann. Nos descubren también a un tipo que se dibujaba a si mismo como alguien que había triunfado viniendo desde abajo y sin ayuda, alguien capaz de limpiar el Berlín Rojo al final de los años 20 y primeros 30, al que supo unir a las masas sin discusión en torno al líder, al preboste que al principio no era muy partidario de la Guerra Mundial, al escritor frustrado, al poeta que «veneraba» a Rusia a través de su pasión por Dostoyevski, pero también al amante incansable, obseso, grimoso pero infatigable, al esposo infiel, como en el episodio de la actriz checa Lida Baarová (jugaba con ventaja, los estudios cinematográficos nazis,UFA, dependían también de él), una relación que el propio Hitler tuvo que disolver ante las quejas de Marga Goebbels y que llevaron al preboste a un intento de suicidio. ¿Marga, Joseph y Adolfo, algo más que amigos?

Sentimental y cursi

Un tipo sentimental, incluso cursi, que en alguna ocasión escribe: «Benditos días. Sólo el amor. Tal vez el momento más feliz de mi vida» o que se autocompadece: «A mi vida le falta el amor, por eso dedico todo mi amor a la gran causa», o echa pestes de dos novelitas cortas escritas cuando era estudiante: «Soy un escolar peregrino, un alma solitaria» y «Los que aman el sol».
Y, sobre todo, desenmascaran a un tipo que jamás pintó nada en las grandes decisiones del Reich (de hecho nadie pintaba, Hitler se lo guisaba y comía el solito), pero que fue capaz de inventarse una genial película de su vida. Un criminal al que sus camaradas tomaban por el pito del sereno. Cuando Hitler se suicidó en el Führerbunker, el espejito de Goebbels también se hizo añicos. Para paz y sosiego de los hombres de bien.

miércoles, 20 de junio de 2012

La ruta de la sangre atravesó Suecia durante la II Guerra Mundial

Aunque Suecia, en teoría, se mantuvo neutral en la II Guerra Mundial, el caso es que la industria bélica alemana dependía del mineral de hierro extraído en Suecia. Durante el verano, no había problemas en embarcar el mineral en el puerto sueco de Lulea pero en invierno las aguas del Golfo de Botnia se congelaban y gran parte del mineral debía embarcarse por Narvik (Noruega). Además, Narvik se encontraba unido por tren a Suecia, pero no así al resto del sistema ferroviario noruego. Por lo tanto, Narvik servía como puerta de entrada a las minas de hierro suecas y los Aliados entendieron que debían controlar aquel punto estratégico.

Durante la Campaña de Noruega (1940) se libraron tres batallas entre las fuerzas Aliadas y Alemania en Narvik. Hitler solicitó permiso al primer ministro sueco, Per Albin Hansson, para que tres trenes con 30 ó 40 vagones cada uno atravesasen el territorio sueco hasta Narvik. En teoría, aquello vagones sólo iban a transportar médicos, medicinas y alimentos. Tan convencido estaba Per Albin Hansson, o tanto miedo tenía a Hitler, que incluso se puso en contacto con Johan Nygaardsvold, el primer ministro noruego en el exilio, para asegurarle que aquellos trenes nunca transportarían tropas alemanas. La realidad, ahora sacada a la luz por Espen Eidum en Blodsporet, fue muy distinta… aquellos trenes llevaban tropas alemanas – algunos soldados iban disfrazados de médicos -, armamento y munición hasta Narvik para volver cargados con soldados heridos y con prisioneros noruegos que acabarían en los campos de concentración.

 
 
Aquellos tres trenes se convirtieron en un acuerdo de tránsito que se disolvería el 15 de agosto de 1943, habiendo transportado más de dos millones de pasajeros entre noruegos y militares alemanes.

viernes, 15 de junio de 2012

El Reino Unido cuelga en Internet 2.000 carteles de propaganda de la II Guerra Mundial


"En Alemania alguien tiene el mismo trabajo que tú. ¡Sé mejor que él!"; "¡Mantente firme!"; "Depende de ti"; "Echa una mano en el campo". En cada mensajes hay un reto personal. Los dibujos tienen la sencillez del icono y el gancho de la publicidad.

Los Archivos Nacionales del Reino Unido (The National Archives) se han asociado con Wikimedia Commons —el archivo de imágenes libres de derechos de la Fundación Wikimedia— para ofrecer con licencia Creative Commons cientos de carteles, pinturas, caricaturas y dibujos de propaganda relacionada con el Ministerio de Información en la II Guerra Mundial.

El espíritu de hermandad contra la desesperación

Los afiches se distribuían en lugares públicos y arengaban a la población a permanecer unida ante el enemigo y a apoyar a las tropas ahorrando energía, haciendo trabajos de voluntariado o evitando abrir la boca más de lo debido. En el Reino Unido, el espíritu de hermandad era fundamental para evitar la desesperación y la desmoralización que producían vivir en un país bombardeado con dureza en los años cuarenta por la aviación nazi.

Disponible en alta resolución para el disfrute de quien lo desee, la colección cuenta de momento con 362 piezas escaneadas y esperan digitalizar casi 2.000 de estos testimonios artísticos en los próximos meses.

Los autores eran en su mayoría ilustradores anónimos, pero en algunos casos se reconoce el nombre de artistas conocidos, como la pintora Laura Knight (1877-1970) (célebre por sus obras relacionadas con el baile y el teatro) o el pintor Terence Cuneo (1907-1996), que pintó una poderosa escena del asesinato en 1942 de Reinhard Heydrich —ideólogo de los campos de concentración— por parte de comandos checos y eslovacos entrenados por el Ejército Británico, una de las obras destacadas entre los archivos.

La princesa Isabel, vestida de obrera

Los motivos son en muchos casos luminosos y positivos. Un retrato de la reina Isabel II —entonces una joven princesa— protagoniza  uno de los carteles, mostrándola vestida de uniforme. Un grupo de amas de casa decididas separan con diligencia papel, metal y huesos para que el ejército los recicle fabricando armamento.

Entre los mensajes, también los hay amenazantes, como el que ilustra un gato con una pupila dilatada y otra no, que sirve para alertar sobre la falta de iluminación en las calles ("Hasta que tus ojos se aconstumbren a la oscuridad, tómatelo con calma") o la amplia colección de pósters que alertan sobre chivatos, espías y rumores. En uno de ellos, una atractiva telefonista silva pretendiendo no haber prestado atención a un comunicado secreto. Bajo la imagen, una frase que, sacada de contexto, se torna orwelliana: "Ahora más que nunca, olvida lo que has escuchado".

lunes, 11 de junio de 2012

La Marina alemana recupera en el Báltico un "Stuka" de la II Guerra Mundial

Submarinistas de la Marina alemana han iniciado los trabajos de recuperación en aguas del mar Báltico de un avión de combate de la Luftwaffe del tipo "Stuka" que participó en la Segunda Guerra Mundial.
Un portavoz militar informó hoy de que los submarinistas de la Marina han logrado ya desenterrar del fondo marino, frente a las costas de la isla de Rügen, prácticamente la totalidad del aparato del que se ha recuperado el motor y se ha sacado a la luz la cabina del piloto.

El equipo de especialistas trabaja desde el remolcador de altura "Spiekerog" y se sumerge a una profundidad de 18 metros para realizar las labores de recuperación.

El portavoz señaló que en el avión no se han encontrado hasta el momento ni armas ni munición y que se desconocen las causas de su caída al mar hace más de 65 años, así como el destino del piloto que viajaba a bordo.

El avión, un "Sturzkampfflufzeug" (caza de vuelo en picado) o "Stuka" del tipo JU-87, será restaurado tras su recuperación para ser expuesto posteriormente en el Museo Histórico Militar de Aviación de Berlín-Gatow, en el antiguo aeródromo militar en el sector británico de la capital alemana durante su división.

Aunque entre 1937 y 1944 la Alemania nazi fabricó mas de 5.000 "Stukas", en todo el mundo solo se encuentran expuestos tres ejemplares en museos de Chicago, Londres y la localidad alemana de Sinsheim.

sábado, 9 de junio de 2012

Así buscó Hitler el Santo Grial en España

Las investigaciones que llevó a cabo la Ahnenerbe recuerdan al guión de alguna de las películas protagonizadas por Indiana Jones. La «secta» paracientífica creada por Heinrich Himmler recorrió el mundo en busca del origen del pueblo ario, de pruebas de su superioridad racial y de «objetos de poder» que le permitiesen dominar el planeta. La organización ocultista también estuvo en España. Los nazis creyeron que en nuestro país podrían encontrar alguna pista de esos preciados tesoros que los iban a hacer invencibles.
La Deutsches Ahnenerbe, o «Sociedad para la Investigación y Enseñanza sobre la Herencia Ancestral Alemana», fue una organización integrada en las SS como sección antropológica y arqueológica que investigó los orígenes misteriosos de la «raza aria». Liderada por el «reichführer» Heinrich Himmler, y dirigida por el coronel Wolfram von Sievers, convirtió el castillo de Wewelsburg, en Westfalia, en su cuartel general y destino de las reliquias que recogía por todo el mundo.

La Lanza y la Piedra

Según cuenta Janire Rámila en La Ahnenerbe y la búsqueda de reliquias, la sección esotérica de las SS quiso robar de la abadía de Westminster la Piedra de Scone sobre la que se coronan los reyes de Inglaterra y que, creían los nazis, fue sobre la que Jacob se recostó antes de soñar con la escalera que llevaba a Dios. Pero el Tercer Reich no consiguió hacerse con esa «poderosa arma».

La Ahnenerbe tuvo también entre sus objetivos la Lanza del Destino, con la que el centurión romano Cayo Casio Longinos hirió en el costado a Cristo. Existían cuatro lanzas, pero los nazis creían que la que se encontraba en el Museo Hofburg de Viena era la auténtica. Cuando el Tercer Reich se anexionó Austria, la pieza pasó a manos de Adolf Hitler. Se suponía que otorgaba la victoria por siempre a su poseedor, y la derrota y muerte a quien la perdiera. Horas antes de que el «führer» se suicidase en su búnker berlinés, soldados estadounidenses habían logrado hacerse con la Lanza de Longinos o del Destino. Sobre la autenticidad de la pieza que robó Hitler no hay duda. Los análisis efectuados en 2003 revelaron que la hoja de la lanza es de los siglos VII u VIII.


Himmler contra el padre Ripol

De entre todos los «objetos de poder» que buscó la Ahnenerbe, la pieza más codiciada por la sección ocultista de las SS era el Santo Grial, que utilizó Jesús en la última Cena y que recogió su sangre cuando moría crucificado. Se supone que José de Arimatea lo llevó a Europa, y que los cátaros fueron los últimos en guardarlo en el Languedoc francés. Allí, en las ruinas de Montsegur, lo buscó infructuosamente uno de los miembros más destacados de la Ahnenerbe, el ocultista Otto Rahn. Tras el fracaso de este gurú del esoterismo nazi, Himmler visitó el monasterio de Montserrat y preguntó por el Cáliz. Como señala Rámila, el «reichführer» quiso visitar los pasadizos subterráneos de la montaña, muy cercana a Montsegur, pero el padre Ripol, que hacía de anfitrión, rechazó la solicitud.

Miguel G. Aracil cuenta en Himmler en Montserrat: en busca del Grial que el líder de las SS exigió ver todos los documentos del monasterio que estuviesen relacionados con el Cáliz. Ante la negativa del padre Ripol, Himmler gritó: «Todo el mundo en Alemania sabe que el Grial está en Montserrat». Aracil cuenta también que el «reichführer» se negó a besar la imagen de la Virgen negra de Montserrat, la Moreneta, y demostró su ignorancia cuando «mientras visitaba el museo del monasterio, al ver unos restos de un hombre íbero de grandes dimensiones, aventuró que se trataba sin duda de un guerrero nórdico. Cuando el padre Ripol le explicó que era un íbero, no un nórdico, el nazi aseguró enojado que los íberos eran oriundos del norte de Europa».

Nazis en Toledo

Según cuenta Janire Rámila en Operación Trompetas de Jericó, otro de los tesoros que ambicionó la Ahnenerbe fue el Arca de la Alianza. Su búsqueda llevó a la sección arqueológica de las SS hasta España. Según las Sagradas Escrituras, Dios ordenó a Moisés construir un arca como símbolo de la Alianza entre Él y el pueblo de Israel. Los judíos la construyeron y guardaron en su interior las Tablas con los Diez Mandamientos, la vara de Aarón y maná en un jarrón dorado. Se trataba de un arma poderosa, pues tocarla provocaba la muerte, y poseerla otorgaba la victoria. Con ella, 40.000 hebreos marcharon durante siete días alrededor de la ciudad de Jericó, el séptimo día los sacerdotes tocaron sus trompetas y la muralla de la ciudad se derrumbó.

Pero a los nazis de la Ahnenerbe se les presentaría un problema en caso de encontrar el Arca. Según la tradición hebrea, sólo un gran rabino judío podría abrirla sin morir, porque para ello era necesario conocer el verdadero nombre de Dios. Únicamente mediante la cabalística, o ciencia que persigue la comprensión de lo divino a través de los números y las letras, podrían los nazis conocer el nombre de Dios y abrir el Arca. La Ahnenerbe buscó un cabalista judío, y lo encontró en Auschwitz. El cabalista, que no quería volver al campo de exterminio, se calló el hecho de que según la tradición, tras la muerte de Jesús en la cruz y el posterior desgarro del velo del Templo de Jerusalén, el pacto entre Dios e Israel se rompió, y el Arca perdió su poder.
Rámila asegura que el cabalista dirigió a la Ahnenerbe hasta la comunidad judía de Toledo. Allí los nazis debieron encontrar alguna pista del Arca, porque poco después el almirante Wilhelm Canaris, máximo responsable del espionaje de la Wehrmacht, decidió dirigirse al madrileño Museo Arqueológico Nacional, donde creía que podría encontrar el Arca entre una colección de piezas del Antiguo Egipto supuestamente recopiladas por una logia masónica. Sin duda los nazis no lograron hacerse con este potente «arma», porque perdieron la guerra.


Las expediciones al Tíbet y Sudamérica

Algunas teorías de los racistas nazis sostenían que el Tíbet pudo ser la cuna del pueblo ario. Según cuenta Heather Pringle en El plan maestro: arqueología fantástica al servicio del régimen nazi, «los investigadores raciales afirmaban que los ancestros de Alemania conquistaron Asia en el pasado remoto, dando lugar a una poderosa clase dominante de cabellos rubios». 

La sección arqueológica de las SS envió una expedición al Tíbet dirigida por el biólogo Ernst Schäfer. Según Pringle, el investigador racial Bruno Beger, encargado de la parte más esotérica de la misión, midió los cráneos de 376 personas y sacó moldes de las cabezas y rostros de 17. El equipo de Schäfer llevó también a Alemania numerosos volúmenes de textos sagrados tibetanos. La Orden Negra, organización paralela a la sección ocultista de las SS, estaba interesada en los rituales de los lamas para contactar con los «seres superiores».
Los nazis de Ahnenerbe también se interesaron por Sudamérica. Heather Pringle cuenta en su obra que el ocultista «Edmund Kiss creía que la antigua capital andina de Tiwanaku era creación de unos colonos nórdicos que habían llegado a Bolivia por mar hacía más de un millón de años [...] Convenció a Himmler de que le enviara en una expedición de veinte hombres a Bolivia, un plan que sólo se vería frustrado por el inicio de la guerra». Según Rámila, un comando de la sección esotérica de las SS, al mando de Karl-Maria Wiligut, viajó a Sudamérica a fin de hacerse con distintos «objetos de poder», como el Martillo de Wotan o las misteriosas calaveras de cristal precolombinas.

Crímenes contra la Humanidad

José Gregorio González recoge en Arqueología «fantástica» estas palabras de Bruno Beger, miembro del equipo que la Ahnenerbe envió al Tíbet: «Soy de la opinión de que el completo exterminio de los judíos en Europa, y fuera de ella, en todo el mundo si es posible, no supondrá que los elementos espirituales del judaísmo, con los que nos encontramos a cada paso, sean plenamente erradicados. De este hecho se deriva el importante papel de la investigación de las almas raciales». 

Ahnenerbe no fue sólo una organización elitista de «arqueólogos» y «antropólogos» al servicio del ocultismo nazi. También surtió de seres humanos a la experimentación médica del Tercer Reich. En la entrevista que hizo González a Heather Pringle, la investigadora habla sobre las atrocidades médicas patrocinadas por la sección de las SS: «August Hirt y Bruno Beger seleccionaron prisioneros judíos para la “colección de esqueletos”. Hirt también los expuso a gas mostaza». La Ahnenerbe inoculó la vacuna del tifus a personas sanas, y también experimentó con gas fosgeno.
Tras el «Proceso de los doctores» de los juicios de Nuremberg, Wolfram von Sievers, director de la Ahnenerbe, fue el único miembro de la sección ocultista de las SS condenado a muerte y ajusticiado por su participación en el suministro de seres humanos a los experimentos médicos que se realizaron en los campos de concentración del Tercer Reich. Los intentos de los nazis por descubrir la esencia aria viajando por todo el mundo y experimentando con seres humanos no dieron fruto alguno. Tampoco pudieron determinar qué era la «raza judía». Pringle afirma que «los investigadores alemanes fueron incapaces de definir científicamente a la raza judía, que no era más que un constructo ficticio. Un estudio revelaba que el 11 por ciento de los niños judíos eran rubios y de ojos azules».

Publicado en ABC





martes, 5 de junio de 2012

Presentarán documental sobre heroína peruana en II Guerra Mundial

En julio se proyectará por primera vez en Perú el documental “Madeleine Truel, la heroína peruana de la "Segunda Guerra Mundial”, filme que salva del anonimato a una mártir de la resistencia francesa contra los nazis.
Con nueve entrevistas a diversos profesionales como Gustavo Gorriti, Hugo Coya y León Trahtemberg, así como a Gonzalo Rosselló Truel, primo de Madeleine, el documental abarca la historia de Madeleine Truel en Lima y en París acompañado de recreaciones de los últimos meses de su vida.
Luis Enrique Cam, director de esta película, explicó que el objetivo de la obra es difundir en el país la historia de un personaje olvidado
.
Incluso, la califica como una Schindler peruana, en referencia a Oskar Schindler, famoso alemán que protegió la vida de innumerables judíos durante la Segunda Guerra mundial.
Según la investigación de Cam, Madeleine Truel fue una peruana de origen galo que se enroló en la Resistencia Francesa como falsificadora de documentos. Gracias a su labor, militares aliados se infiltraron tras las líneas nazis, a la vez que un número indeterminado de judíos lograba ponerse a buen resguardo.
Esta heroína de la lucha antifascista fue capturada por la Gestapo, siendo recluida y torturada en varios campos de concentración, muriendo en el de Sachsenhausen a pocas horas de la llegada de las tropas rusas.

Esta película de 29 minutos fue proyectada en la Casa de América Latina de París el 21 de mayo.

domingo, 3 de junio de 2012

Canabal novela en "París 1945" la lucha de españoles en la Resistencia gala

Durante esa contienda 'tuvieron una gran participación los maquis huidos de España tras la guerra civil' y que 'arriesgaron su vida para salvaguardar la libertad de todos los europeos', ya que 'antes que perder la libertad prefirieron perder la vida', ha destacado el escritor gallego durante la presentación de su sexta obra.
La muerte, continúa Canabal, está 'omnipresente' en 'París 1945', ganadora del I Premio Alexandre Dumas de Novela, ya que a lo largo de sus páginas van muriendo casi todos los personajes que presenta como miembros de la Resistencia.

Y es así, explica, porque 'lejos de la imagen lejana y teñida de un cierto romanticismo que se nos suele presentar de la guerra, tras cada acto de heroísmo hay una historia de terrible sufrimiento'.
Un sufrimiento que no está tan lejos en el tiempo, ya que los hechos de la Segunda Guerra Mundial son 'muy cercanos y hemos de tener mucho cuidado para que no nos veamos convertidos en protagonistas de una historia similar', advierte el autor de 'Luna de Papel' (2008) o 'Marea Baja' (2005), entre otros títulos.
En lo formal, Canabal señala en una entrevista con Efe que 'País 1945' entremezcla varias tramas ambientadas durante la Francia ocupada por los nazis con los que trata de generar un clima de 'intriga y muerte'.
Definida por su editor, Miguel Ángel de Rus, de M.A.R, como 'la novela más realista de Canabal debido al contexto de la guerra', la novela apuesta por personajes 'muy complicados'.

Hay además dos narradores: la cadena BBC, por un lado, establece el hilo histórico de la novela, y por otro, un segundo narrador omnisciente muestra a los personajes en sus diferentes contextos.

sábado, 2 de junio de 2012

A 50 años de la muerte de Adolf Eichmann, exhibirán su pasaporte




Adolf Eichmann, uno de los principales ejecutores del Holocausto, aprovechó la confusión del final de la Segunda Guerra Mundial y logró camuflarse con identidad falsa en distintos campos de prisioneros que las tropas aliadas montaron en el territorio de lo que había sido el Tercer Reich.


Si bien su nombre real figuraba en la lista de 70 mil criminales de guerra que eran buscados por los norteamericanos y británicos, estos todavía no conocían el grado de responsabilidad de este teniente coronel de las SS en el Holocausto.

El "anonimato" de Eichmann se terminó en enero de 1946, cuando en una de las sesiones del Juicio de Nuremberg Dietrich Wisliceny, antiguo ayudante y amigo suyo, comenzó a revelar el funcionamiento de la IV Sección de la Oficina Central de Seguridad del Reich.

La dependencia, a cargo de Eichmann, era la encargada de ubicar y deportar a la población judía que vivía bajo la tutela del Tercer Reich, para ser enviada a los campos de concentración y exterminio.

A partir de estos datos, los aliados intensificaron la búsqueda del Obersturmbannführerde las SS, que había estado bajo custodia de tropas de los Estados Unidos con el nombre falso de Otto Eckmann en centros de internación.

Tras lograr escapar de sus captores, Eichmann se escondió en varias ciudades alemanes, hasta que recaló en Génova, Italia. Allí obtuvo un pasaporte de la Cruz Roja, con visado argentino, bajo el nombre de Ricardo Klement.

Ese documento, que será exhibido a fin de año en el Museo del Holocausto en Buenos Aires, le sirvió a Eichmann-Klement para radicarse en la Argentina en 1950. La profesora Graciela N. de Jinich, directora de la institución, confirmó a Infobae.com que se realizará una muestra con el histórico pasaporte bajo "especiales medidas de protección y seguridad".

Ya en el país, el criminal nazi realizó distintos trabajos, hasta que consiguió un lugar en la fábrica de Mercedes Benz y, sintiéndose seguro, trajo a su familia desde Alemania.

Sin embargo, el ex oficial de las SS fue detectado en Buenos Aires por agentes del MOSSAD, quienes lograron secuestrarlo en mayo de 1960 y llevarlo a Israel, donde fue juzgado. El episodio generó un incidente diplómatico con el gobierno argentino, pero finalmente Eichmann no escapó de su castigo.

Tras un largo juicio, Eichmann fue condenado a morir en la horca, sentencia que se cumplió el 31 de mayo de 1962. Sus últimas palabras fueron: "Larga vida a Alemania. Larga vida a Austria. Larga vida a Argentina. Estos son los países con los que más me identifico y nunca los voy a olvidar. Tuve que obedecer las reglas de la guerra y las de mi bandera. Estoy listo".

Atrás quedaron varias leyendas, como las que aseguraban que era un judío "renegado" que había nacido en Palestina (en realidad era originario de Solingen, Alemania) o la que decía que un pelotón de vengadores de la Haganah lo había ejecutado al finalizar la guerra.

viernes, 1 de junio de 2012

Obama enfada a Varsovia al hablar de «campos de exterminio polacos»

Unas polémicas declaraciones del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sobre los campos de extermino nazi en Polonia durante la Segunda Guerra Mundial han provocado un profundo descontento entre los dirigentes polacos y obligado a la Casa Blanca a emitir un comunicado de disculpa. El incidente se produjo durante un homenaje póstumo al resistente antinazi y católico polaco Jan Karski, que alertó a los aliados de las masacres de judíos por parte de la Alemania de Hitler y salvó a muchas víctimas del Holocausto. En un momento de la ceremonia, Obama denunció los «campos polacos de la muerte», para referirse a los campos de exterminio que construyeron los nazis en Polonia.
 
Las palabras del presidente de EE UU fueron consideradas como una ofensa a la dignidad de los polacos, según manifestó el primer ministro Donald Tusk, quien pidió a la Casa Blanca «una reacción que vaya más allá de la simple disculpa». Tusk dijo que «hablar de campos polacos es minimizar la responsabilidad de los nazis».
Un portavoz de la Casa Blanca, Tommy Vietor, aseguró que Obama se había «expresado mal», a la vez que se difundía una nota oficial de disculpa en la que se aseguraba que «el presidente se equivocó al hablar, se refería a los campos de exterminio nazis en Polonia. Lamentamos este error». Un comunicado «insuficiente» para el ministro polaco de Asuntos Exteriores, Radoslaw Sikorski, que atribuyó las palabras de Obama a la «ignorancia y la incompetencia».