miércoles, 31 de julio de 2013

Recuperan 61 toneladas de plata de barco de la II Guerra Mundial






Más de 61 toneladas de plata, cuyo valor comercial ascendería a 38 millones de dólares, fueron descubiertas en un barco británico hundido durante la Segunda Guerra Mundial frente a las costas de Irlanda, en el Océano Atlántico.


El tesoro, que consiste en mil 574 lingotes de plata, estaba en el carguero británico SS Gairsoppa, de 126 metros de eslora, que reposa en el fondo del mar desde que fue torpedeado por un submarino alemán en febrero de 1941, a unos de 400 kilómetros de Irlanda.


La compañía Odyssey Marine Exploration, cazadora de tesoros con sede en Florida, Estados Unidos, hizo el millonario descubrimiento este mes y ya ha recuperado casi la totalidad de las barras de plata, de acuerdo con reportes del diario The Irish Times.


Greg Stemm, jefe ejecutivo de Odyssey, indicó que ya retiraron 99 por ciento de los lingotes, pero que la recuperación del tesoro ha sido una operación compleja en extremo, debido a que una parte estaba almacenada en un compartimiento pequeño de difícil acceso.


Según Stemm, las barras recuperadas son de alta pureza y tienen la marca HM Mint Bombay, pero debido a su peso ya están siendo llevadas a tierra, a un lugar seguro en Reino Unido, donde serán sometidas a análisis y limpieza antes de ser vendidas.

lunes, 29 de julio de 2013

Giovanni Palatucci, una mentira cubierta de gloria

La historia de Giovanni Palatucci se ha escrito encumbrándole como el salvador de más de cinco mil judíos durante el Holocausto. Su nombre figura en plazas y calles de Israel, Italia y Nueva York. Incluso el Papa Juan Pablo II lo declaró mártir. 



Pero ahora, casi setenta años después de su muerte en un campo de concentración de Dachau, un artículo del periódico The New York Times a través de una investigación del Centro Primo Levi ha desenmascarado la verdadera labor de Palatucci. 

Todo comienza en Fiume, (ahora Rijeka, parte de Croacia) una ciudad portuaria del Adriático, donde Palatucci era el jefe de policía. La historia oficial cuenta que cuando los nazis ocuparon la ciudad en 1943, Palatucci destruyó todos los registros civiles que pudo para evitar que los alemanes enviaran a los judíos de Fiume a campos de concentración

Pero la realidad era otra. Una investigación coordinada por Natali Indrini, directora ejecutiva del Centro Primo Levi, encontró los archivos de Fiume supuestamente destruidos, donde se acredita que de los 500 judíos que vivían allí unos 412 terminaron en Auschwitz. Cerca de un 80%, un porcentaje más alto que en cualquier otra ciudad italiana. 

Además, en ellos Palatucci no figuraba como jefe de policía, sino como un adjunto al comisario encargado de hacer cumplir las leyes raciales de la Italia fascista.

¿Y su deportación a Dachau?

Según los documentos, el traslado al campo de concentración no estuvo relacionado con el salvamento de judíos, sino unido a acusaciones de malversación de fondos alemanes y traición a la patria.

Se estima quedurante la Segunda Guerra Mundial fueron deportados desde Italia aproximadamente 9000 judíos, pero los expertos señalan que, a pesar de que 45000 judíos fueron pereguidos en Italia, muchos sobrevivieron a la guerra.

Sin embargo, muchos eruditos describen que algunos italianos salieron en el último momento para salvar judíos como parte de un intento por reformular el pasado fascista de Italia. La declaración por defecto de cada líder fascista después de la guerra fue «Ayudé a los judíos», puntualiza Indrini.

No obstante, el informe dejaba abierta la posibilidad de que Palatucci hubiera ayudado a algunas personas, aunque no está claro si pudo haber sido bajo las órdenes de sus superiores. La narración del altruísmo de Palatucci se convirtió en tema de artículo, libros y película de televisión "Senza Confini".

El Centro Primo Levi envió una carta al Centro de Estudios Judíos de Nueva York donde declaraba que durante 6 años Palatucci fue un «elemento de ejecución voluntaria de la legislación racial fascista». La carta decía que los registros italianos y alemanes no proporcionaba pruebas de que hubiera ayudado a los judíos durante la guerra, y que la primera mención a su persona emergió años más tarde, en 1952.

No hay explicación de como Palatucci pudo apoderarse de esa heroica figura. Algunos expertos dicen que puede deberse a la intención del Gobierno italiano de desligarse de su pasado fascista y su alianza con Hitler. 

Indrini dijo que: «'El mito' en torno a Palatucci utiliza la historia para convencer al gobierno italiano de abonar una pensión a sus padres. En cualquier caso, Palatucci representa el farisaísmo y la sumisión de muchos jóvenes italianos a la última etapa de Mussolini».

Honrado hasta por Israel

Tal vez el mayor reconocimiento de Palatucci fuera ser nombrado en 1990 por el Yad Vashem, institución oficial israelí constituida en memoria de las víctimas del Holocausto como uno de los «Justos entre las Naciones», una final de árboles con cuadros de honor debajo sobre los que rescataron a los Judíos que incluye a Oskar Schindler.

Después de recibir el informe de los historiadores, el Yad Vashem dijo que había comenzado el proceso de examinar a fondo sus documentos

La «Liga Antidifamación» otorgó el premio «Courage to Care» a Palatucci, y la «Fundación Internacional Raou Wallaberg» tiene un himno a él en su sitio web.

Alexander Stille, profesor en la escuela de periodismo de la Universidad de Columbia, revisó algunos documentos concluyendo que el caso Palatucci fue resultado de tres poderosas instituciones, todas con un gran interés en la difusión de lo que parecía ser un cuento heróico. El Gobierno italiano, que ansiaba demostrar que era mejor y más humano que sus aliados nazis. La Iglesia Católica, que también quería contar una historia positiva sobre su papel durante la guerra, y el Estado de Israel, que estaba dispuesto a promover la idea de gente normal que ayudó a salvar a judíos normales.

Un artículo del mes pasado en el periódico italiano Corriere Della Sera dijo que un creciente coro de historiadores e investigadores había llamado a la liberación de Palatucci «una estafa descarada, orquestada por amigos y familiares».

La asociación Palatucci desestimó esta consideración en una indignada carta al periódico. 

Vía| ABC

martes, 23 de julio de 2013

Certificar que la Tierra era hueca y otros objetivos de la misteriosa expedición nazi al Tíbet

Hace 75 años los aventureros y cazatesoros eran bien distintos de los que, hoy por hoy, nos vende la factoría Hollywood. De hecho, más que ir vestidos con un reconocible sombrero de vaquero y armados con un látigo, preferían equiparse con brazaletes con esvásticas y vestirse con el traje negro de las SS. Al menos, esto es lo que dejó claro el extraño viaje al Tibet que varios soldados y estudiosos nazis realizaron para, entre otras cosas, estudiar el origen de la raza aria y la composición de la Tierra

Dirigida por Ernst Schaeffer, esta expedición tenía el sello de identidad de la Ahnenerbe nazi, una organización que, aunque en principio nació para dar validez a las más antiguas tradiciones arias, pronto se destacó como una sociedad cuyos miembros realizaron todo tipo de extraños viajes. Concretamente, se destacaron en el campo de la arqueología al buscar artefactos como la lanza de Longinos o el Santo Grial.

En 1938, la Ahnenerbe se propuso dar un paso de gigante y organizar un viaje a la región del Tibet. «Encabezada por (…) Schaeffer, y compuesta por un grupo de cinco investigadores alemanes acompañados por 20 voluntarios de las SS, en la expedición al Tibet existía un interés arqueológico y antropológico, pero no olvidemos que parte de las actividades de la Ahnenerbe se centraban en el estudio de las leyendas y las tradiciones, y (…) sin duda estaban interesados en los mitos y leyendas tibetanas», determina el investigador José Lesta en su libro «El enigma nazi. El secreto esotérico del III Reich», editado por Edaf.

Primeros objetivos demenciales

No obstante, el artífice real de la expedición no fue otro que el archiconocido líder de las SS Heinrich Himmler, quien, ya en 1936, tenía todo tipo de planes para el grupo de alemanes que viajarían hasta lo que en ese momento era el fin del mundo. Entre sus primeros objetivos, se encontraba el de certificar que el origen de la raza aria se encontraba en el Tibet

«Existe un documento secreto en el que (…) Schaeffer (…) recuerda su primer encuentro con el jefe de las SS: “Himmler me habló de su creencia de que la raza nórdica no había evolucionado, sino que había descendido directamente del cielo para asentarse en el continente desaparecido (Atlántida), y que antiguos emigrantes de ese continente habían fundado una gran civilización en Asia Central. Creía que algunos tibetanos eran descendientes directos de esta civilización y que los arios provenían de esta etnia», determina el autor.
Sin embargo, este no era ni mucho menos su objetivo más rocambolesco, ya que el grupo de viajeros nazis también recibió órdenes de hallar todas las pruebas posibles para demostrar la teoría de que la Tierra estaba hueca. Concretamente, la cúpula nazi se había hecho eco de la leyenda que afirmaba que, dentro de la corteza terrestre, existían un gran número de galerías que conectaban los diferentes países entre sí y que el centro de dichos corredores se encontraba en el Tibet.

En busca del reino de Shambhala

A su vez, y como misión final, Schaeffer debía viajar en busca de la ciudad perdida de Shambhala, un misterioso lugar cuya ubicación era desconocida pero del que se hablaba en la tradición tibetana. No obstante, el interés en este territorio no era arqueológico, sino militar, pues los nazis pensaban que, si hallaban el emplazamiento, podrían invocar a un misterioso héroe tribal, Gesar de Ling, quien les ayudaría a dominar el mundo.
«Gesar de Ling vivió aproximadamente en el siglo XI y fue el rey de la provincia de Ling, al oeste del Tibet. Al término de su reinado, los relatos y leyendas sobre sus logros en cuanto guerrero y gobernante se difundieron por todo el Tibet (…). Algunas leyendas afirman que Gesar de Ling retornará viniendo de Shambhala para someter a las fuerzas de la oscuridad en el mundo», determina el lama tibetano Trungpa en declaraciones recogidas en el libro de Lesta.

El mejor jefe de operaciones

Bajo todas estas pretensiones se preparó la expedición, la cual estuvo comandada por uno de los grandes aventureros alemanes de la época: Ernst Schaeffer. «Schaeffer había estudiado zoología y biología en la Universidad de Botinga y allí empezó a abrazar la causa nazi. Su vida daría un giro de ciento ochenta grados cuando conoció a un joven estadounidense en Hannover (…) al que acompañaría a una expedición con tan sólo 21 años», explica por su parte Oscar Herradón en su libro «La Orden Negra, el ejército pagano del III Reich». 

Este alemán tenía entre sus logros el haber sido el primer occidental en matar a un oso panda y el haber llevado a cabo un viaje hasta el Himalaya. Para acabar de completar su currículum, a una corta edad se afilió a las SS, cuerpo del que ya era oficial cuando se le encargó dirigir el viaje hasta el Tibet. Sin duda, era el mejor hombre para Himmler, que, casi sin dudas, recurrió a su ayuda.
«La expedición contaba también entre sus filas con Bruno Beger, un joven y aplaudido antropólogo que también buscaba los orígenes de la “raza superior”. (…) Junto a estos partirían también hacia el Tibet el geofísico Kart Wienert, y Ernest Krause, entomólogo y fotógrafo. El experto en técnica y organización era Edmund Geer», completa Herradón.

Comienza la aventura

Tras llevar a cabo todos los preparativos, en abril de 1938 comenzó la esperada expedición. Una de sus primeras paradas, ya en Asia, fue el territorio de Sikkim, una puerta natural para entrar en el Tibet. Este lugar fue de gran utilidad para uno de los miembros de la expedición, Beger, quien llevó a cabo todo tipo de mediciones y experimentos con la población local.
«Beger haría minuciosos análisis de los rasgos físicos de los lugareños (…) y realizaría siniestras “mediciones craneales”: medía la longitud, anchura, y circunferencia de sus cabezas (…) de su boca, nariz… Según la ciencia racial imperante en el Reich, los nórdicos, la raza superior, se distinguían (…) por una frente ancha y un rostro alargado», explica Herradón en el texto.
No obstante, estas no fueron las únicas pruebas que haría este doctor. «Utilizaba también máscaras faciales de yeso, material (…) que les provocaba ahogamientos, escozor, e incluso quemaba su piel», determina el español. De hecho, tal era su falta de escrúpulos que en una ocasión casi acabó con la vida de un joven lugareño cuando la pasta penetró por su nariz y boca.

La ciudad sagrada

Después de esta parada, atravesaron el último tramo del trayecto, el que les llevaría hasta la ciudad sagrada de Lhasa. «Durante el viaje, Schaeffer se entregaba de forma enfermiza a la caza para conseguir exóticos especímenes para los museos del Reich. Bruno Beger confirmaría más tarde que Schaeffer, realmente fuera de sí, en ocasiones llegaba a beber sangre de algunas de sus presas tras haberlas degollado. Según este, les conferían fuerza y potencia», añade Herradón.

En 1939, pocos meses antes del inicio de la II Guerra Mundial, la expedición llegó a las puertas de la ciudad, hogar del Dalai Lama, por aquel entonces nada más que un niño. Antes incluso de comenzar las investigaciones de campo, ya habían logrado una gran proeza para Alemania: hacer que los pendones con la esvástica se alzaran en lo alto del Tibet. Una vez alcanzada la aldea iniciaron sus pesquisas recogiendo raros especímenes de todo tipo de especies poco conocidas y llevando a cabo miles de fotografías y filmaciones.
Tras dos meses de investigación, el grupo volvió a casa por orden de la cúpula nazi, temerosa ante el inicio de la contienda contra Polonia. Sin embargo, y aunque no lograron verificar las descabelladas teorías que pretendían, no regresaron con las manos vacías.

Los curiosos regalos del Tibet

Una vez en el corazón del Reich, Schaeffer y sus compañeros fueron tratados como héroes e, incluso, rodaron un documental con todas las imágenes captadas en su viaje. A pesar de todo, todavía tendría que pasar mucho tiempo hasta que finalizara la investigación y el análisis de todos los especímenes que había traído del Tibet.
A su vez, los alemanes trajeron consigo un curioso regalo. «Tras la llegada corrieron rumores sobre la existencia de un documento de singular valor y que Hitler habría colocado en una habitación cerrada y sin ventanas (…) en la sala donde supuestamente meditaba. Pues bien, dicho documento existió. No era otra cosa que un pergamino en el que el Dalai Lama habría firmado un tratado de amistad con la Alemania nazi y reconocía a Hitler como jefe de los arios», explica por su parte Lesta.

Un misterioso final

No obstante, nunca se llegó a saber a ciencia cierta si la relación entre el Tibet y la Alemania nazi era tan estrecha como demostraba aquella carta. «Todas las pruebas sobre la conexión (…) se irían diluyendo con el transcurso de la guerra y los bombardeos», explica el autor de «El enigma nazi».
Lo que si es cierto, según Lesta, es que «cuando al final los rusos entraron en una de las sedes de la Ahnenerbe en Berlín, yacían muertos varios soldados de raza mongola sin distintivos de ningún tipo. Todos portaban unas extrañas dagas ceremoniales y estaban tendidos en el suelo formando un círculo».

Vía| ABC






sábado, 20 de julio de 2013

Bienvenidos a WW2 en imágenes

Hoy me agrada mucho presentaros un nueva web amiga que merece la pena conocer.
Se trata de WW2 en imágenes

 

Un blog sobre la  WW2 en el que visitaremos mediante fotografías los momentos más importantes de la Segunda Guerra Mundial, el conflicto más mortífero de la historia de la humanidad.
 
Recorreremos las zonas donde se decidieron las victorias y las amargas derrotas, pasando por todos los frentes terrestres, sin olvidarnos de los océanos y mares donde se combatió.
 
Las imágenes serán apoyadas con textos, explicándonos exactamente lo que se ve en la instantánea, el lugar y fecha donde ocurrió y parte de la historia que envuelve a ese suceso en concreto.

También se incluye en el Blog una sección llamada "Condecorados en la WW2":
Dividido en secciones podremos acceder a algunos de los más famosos héroes condecorados de los diferentes países que se enfrentaron en la Segunda Guerra Mundial, Alemania, Italia, Estados Unidos, etc.

Cada persona tendrá una breve biografía sobre las condecoraciones que consiguieron y como las obtuvieron.
 
No perdáis la ocasión de pasaros visitarlo, os aseguro que nos os decepcionará.

viernes, 19 de julio de 2013

El soborno británico a España que cambió la historia mundial


Veinticuatro de junio de 1940. Un triunfante Hitler se fotografía sonriente delante de la Torre Eiffel. La perfecta maquinaria militar alemana ha triturado al Ejército francés y tomado París sin disparar un tiro. Los soldados del III Reich parecen invencibles. Cuarenta y ocho horas después, el primer ministro británico, Winston Churchill, tiene en su mesa una propuesta de su embajador en Madrid, Samuel Hoare. Descabellada, insensata, pero factible. A falta de otras ideas mejores, sólo hay espacio para la audacia. 

Veterano diplomático con experiencia en operaciones secretas durante la Gran Guerra, Hoare está convencido de que España se encuentra al borde de entrar en la contienda mundial a favor del Führer. «Este ardid quizá nos salve del desastre», sostiene. Su análisis de la situación es revelador: «Franco desea permanecer neutral pero está aterrorizado por Alemania; (Serrano) Suñer, (el general) Yagüe y el ala izquierdista de la Falange favorece la intervención (en la guerra); el ala derechista (requetés, carlistas, empresarios, la mayoría del Ejército y los campesinos) a favor de la neutralidad». 

Por tanto, no hay otra salida que reforzar y organizar el «ala derechista». «Cualquier potencia que ataque a España será “el enemigo” y nosotros debemos esperar su resistencia activa y pasiva». El razonamiento está incluido en un documento británico que ha permanecido secreto durante 73 años y que acaba de ser desclasificado por los Archivos Nacionales británicos al que ha tenido acceso ABC. Por primera vez, se revela quiénes participaron en esa operación secreta del MI6 y cómo se llevó a cabo.

«Los caballeros»

Denis Symith, un prestigioso profesor de Historia de la Universidad de Toronto, publicó en 1991 un documentado artículo titulado «Los caballeros de San Jorge: Gran Bretaña y la corrupción de los generales españoles (1940-1942)» en el que explicaba, por primer vez, las líneas maestras de la operación secreta. 

Consistía en lograr la colaboración de una treintena de destacados generales y altos oficiales cercanos a Franco para influir sobre el Caudillo y evitar que entrara en la guerra. Para incentivar esta «colaboración», Hoare, con la ayuda del capitán Alan Hillgarth, agregado naval en Madrid entre 1939 y 1943, ideó un sistema de sobornos a través del financiero español Juan March que había iniciado la colaboración con Londres como «doble agente» durante la I Guerra Mundial.
Se denominaron «caballeros de San Jorge» en referencia a las guineas de oro que Inglaterra había utilizado en el pasado para subvencionar a sus aliados continentales en las guerras europeas. En una de las caras de esas monedas aparecía San Jorge, símbolo de Gran Bretaña, a caballo haciendo frente al dragón. 

Sin embargo, y a pesar de sus esfuerzos y conjeturas, Symith nunca pudo confirmar quiénes eran los beneficiarios. «Algún día saldrán a luz porque sus nombres están escritos en los documentos que se guardan en Kew», vaticinó la última vez que hablé con él hace años en referencia a la localidad cercana a Londres donde residen los archivos británicos. Y así ha sido.
El documento desclasificado detalla el funcionamiento de la trama. Constaba de un «núcleo duro» formado por Nicolás Franco, hermano del Generalísimo y entonces embajador en Lisboa; el general Varela, ministro del Ejército; el salvador de Oviedo, general Aranda; el general Gallarza -ministro del Interior- y, por último, el general Kindelán, entonces capitán general de Cataluña, región básica para cualquier operación militar. 

Un segundo círculo de conspiradores estaba constituido por los generales Queipo de Llano, Orgaz, Moreno, Alongo, Solchaga, Asensio y Muñoz Grandes -antes de dirigir la División Azul-, todos ellos al mando de capitanías o territorios claves como Marruecos o Sevilla.

Ingeniería financiera

La documentación desclasificada señala que Churchill autorizó un total de 20 millones de dólares de la época (unos 331 millones al cambio actual) para sobornos que se fueron concediendo por periodos de seis meses hasta finales de 1942, pues a partir de entonces el régimen franquista ya había girado hacia los Aliados. 

Según la documentación británica, Nicolás Franco y los generales Varela y Aranda eran los que más cobraban -dos millones de dólares- seguidos de Gallarza y Kindelán -un millón cada uno-. También hay constancia de que recibieron dinero Queipo de Llano, Orgaz y Asensio, aunque no está claro cuánto exactamente. 

March propuso que el dinero fuera ingresado en la banca suiza en Ginebra y después depositado en una sucursal en Nueva York. Las cantidades fueron transferidas en cuentas separadas conjuntas bajo los nombres de March y de los respectivos beneficiarios. Estos aceptaron cobrar la mitad al principio de cada periodo de seis meses y el resto al final. Sólo una cuarta parte sería en pesetas para no levantar sospechas. 

El esquema funcionó perfectamente durante el primer año pero en septiembre de 1941 surgieron complicaciones cuando Estados Unidos bloqueó las cuentas financieras de March por considerarle sospechoso de trabajar para el enemigo. El problema fue tan serio que requirió la intervención personal de Churchill para desbloquearlas. 

Además de su influencia política, el servicio secreto británico MI6 utilizó a estos generales para montar una organización clandestina que pudiera dar un golpe de estado si Hitler invadía España o era necesario «liquidar» a Serrano Suñer o Yagüe, pero sin derrocar a Franco.

¿Un dinero bien invertido?

Un interrogante justificado se refiere a si, al final, mereció la pena. Algunos piensan que quizá exageraron los peligros para seguir cobrando aunque los telegramas del Foreign Office no ponen en duda su contribución al objetivo final. 

Por ejemplo, llega a considerar como uno de sus resultados más importantes la dimisión a finales de julio de 1940 del entonces ministro del Aire Yagüe. «Los planes están teniendo efecto. El general Yagüe, el protagonista de la entrada de España en la guerra, ha sido destituido. Parece que recientemente dijo a Franco que la guerra terminaría en pocas semanas y que España debía entrar en la guerra ya. 

El ministro de la Guerra que estaba presente en la entrevista se opuso firmemente a este planteamiento y Franco le apoyó de forma igualmente firme». España no entró finalmente en la Segunda Guerra Mundial pero, lo que sí es cierto, es que en el camino algunos políticos y generales mejoraron su situación económica a costa, en este caso, de los contribuyentes ingleses.

Vía| ABC

jueves, 18 de julio de 2013

Alemania devuelve a Grecia arte robado por los nazis en la Segunda Guerra Mundial


El Ministerio de Cultura griego ha anunciado que las autoridades del Museo alemán Pfahlbaunmeseum devolverán a Grecia el próximo mes 8.000 fragmentos de cerámica neolítica. Se trata de fragmentos de vasijas y otros recipientes provenientes de una excavación arqueológica ilegal que tuvo lugar en el año 1941 en una zona cercana a Velestino, en Tesalia (centro de Grecia) y que fueron exportados ilegalmente a Alemania durante este año. Será la primera vez que Alemania devolverá antigüedades robadas durante la Segunda Guerra Mundial.

Durante el 2010, la Dirección de Protección de Bienes Culturales griega había sido informada por el responsable científico del Pfahlbaumeseum que en los almacenes del museo se guardaban antigüedades provenientes de esta excavación, que había descubierto un poblado neolítico en Tesalía. El ministerio respondió de inmediato y ha sido confirmada oficialmente la llegada de las antigüedades este mes de junio. La Dirección General de Antigüedades griega ha reunido a su vez toda la información e indicios sobre objetos culturales y tesoros arqueológicos que fueron sustraídos durante el periodo de la ocupación alemana.
 
El Ministerio de Asuntos Exteriores, en una respuesta escrita dirigida al diputado conservador Lefteris Avgenaki aclaró que la cuestión de la restitución de bienes culturales griegos exportados ilegalmente está incluida en las reclamaciones de Grecia contra Alemania por su ocupación durante la Segunda Guerra Mundial. Grecia no solo tuvo muchas víctimas mortales debidas a la guerra y especialmente a las represalias alemanas contra su población civil (mujeres ancianos y niños). También sufrió las consecuencias del saqueo de alimentos (incluyendo grandes cantidades de alimentos requisionados y exportados como aceite de oliva, cuero, tabaco, algodón) y prohibiciones que causaron la muerte por inanición de más de 300.000 personas. Y son incalculables los daños producidos por la destrucción y el saqueo de museos y colecciones particulares, bibliotecas y demás instituciones culturales del país durante la ocupación alemana, inmediatamente después de la ocupación italiana. 

El ministerio de Cultura griego junto con el ministerio de Asuntos Exteriores está trabajando intensamente para conseguir la firma de acuerdos bilaterales con muchos países, consiguiendo de esta forma la protección de sus bienes culturales y el evitar su comercio ilegal. Ya existen acuerdos de cooperación con Suiza (país utilizado por muchos comerciantes internacionales para tráfico ilegal de objetos de arte), China, Estados Unidos y recientemente Turquía. 


Vía| ABC