lunes, 13 de abril de 2009

El tren de Hitler

Cuando Hitler quería desplazarse, no lo hacía andando. Por tierra tenía a su disposición una flota de vehículos Mercedes de alta gama, tanto cerrados, descapotables como todoterreno (una versión especial de seis ruedas), por mar un yate privado, y por aire para los trayectos largos, un Junkers Ju-290 en lo que hoy llamaríamos modelo ejecutivo, que solo despegaba del suelo rodeado de una nube de cazas. Pero este último vino más tarde, y por lo que parece a Hitler no le gustaba volar a menos que fuera imprescindible, por ello tenía un medio, menos imponente, pero no por ello menos espectacular: un tren privado.



El primer Staatssonderzug (tren especial del Estado) o más abreviado Sonderzug de Hitler data de 1933-1934. En aquellas fechas disponía de diez vagones de tamaño estándar, pintados de color verde oscuro y tirados por dos locomotoras. Durante la ocupación de Checoslovaquia y a partir de 1939 se le añadieron dos vagones vagones antiáreos (a veces cuatro, según el riesgo), uno tras las locomotoras y otro a la cola, con lo que el tren llegaba a los doce-catorce vagones. Cada vagón antiaéreo llevaba dos cañones Flak tipo zwilling de 20 mm con una tripulación de 20 a 30 hombres agregados al destacamento Führer-Flak y que según parece jamás hicieron un disparo real en toda la guerra.

En contra de lo que pueda creerse, no era una fortaleza rodante; de hecho, los vagones no se blindaron hasta 1944; por tanto, hasta esa fecha era un tren singular, pero en el fondo común y corriente.

Cuando no se utilizaba, estaba estacionado en Anhalter (Berlín) en una terminal de vía directa a Munich y cerca de la Cancillería.

El Füherzug (hay que notar que otros jefes como Goering o Himmler tenían sus propios trenes), no era un simple transporte, sino un cuartel general móvil. Para saber como era podemos guiarnos de una descripción del mismo que hizo un oficial de enlace del ejército, el Oberleutnant von Vormann al inicio de la campaña polaca, precisamente para señalar su inadecuación a tales menesteres:

“El Führerzug era extremadamente largo. Al final de cada tramo había vagones especiales con cañones antiaéreos ligeros bajo una cubierta blindada. Nunca fui al coche de cabeza, que estaba ocupado por Hitler y su estado mayor personal, por lo que nada puedo decir sobre ello. El segundo vagón era el coche de operaciones, en el cual se concentró la vida durante los días siguientes. La mitad delantera era una habitación con una gran mesa de mapas, tres teléfonos y algunos asientos móviles. La central telefónica y de señales estaban en la mitad trasera. Luego venía un coche-cama para los guardas SS, dos coches-cama más para ayudantes, doctores, soldados, etc., y un coche-comedor. El resto del tren estaba ocupado por el Reichspressechef Dietrich. Von Ribbentrop, Lammers y Himmler con sus estados mayores estaban en el segundo Sonderzug, Heinrich, que siempre seguía al Führerzug...”



Los vagones no tenían nada que envidiar a la habitación de un hotel de lujo: las paredes eran de madera y el suelo estaba forrado de terciopelo. El tapizado de los muebles era diferente en cada coche y los lavabos tenían agua caliente y fría. E incluso había un vagón-baño, con duchas y bañeras. Para iluminación se usaban apliques de latón y lámparas de araña en todos los coches.

Lógicamente había vagones restaurante y coches salón, que podían modificarse como salas de reunión. Todos ellos tenían teléfono con los que uno podía comunicarse con otra parte del tren.

Esto en lo que respecta a la disposición general, pues pocos testigos tuvieron ocasión de entrar en los dos vagones de uso exclusivo para Hitler.

El Führerzug sirvió como CG del Führer hasta el 26 de septiembre de 1939. Luego seguiría siendo empleado por Hitler en las campañas posteriores, aunque ya no como único CG. En realidad existía un programa de construcción que preveía la entrega en 1941 de 388 coches para los diferentes trenes de los dirigentes del Tercer Reich, lo que posibilitaría la puesta en marcha de 25 Sonderzüge, siendo el más grande (llamado Enzian) el operado por el Chef des Nachrichtenwesens der Luftwaffe (Jefe de Señales de la Luftwaffe), con nada menos que 35 coches.

Este fabuloso tren recibía el sobrenombre de “Amerika” (en realidad, nunca he sabido por qué). Lógicamente este nombre despareció con la estrada en guerra de los Estados Unidos.

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Extraído de un post del foro Mundo Historia, redactado por Wurger

2 comentarios :

  1. Buenísimo, como siempre interesante, no suelo comentar, pero siempre sigo tus post. Seguí así, gracias.

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  2. Gracias a tí JU4NMA por seguir el blog a diario.

    Gracias a vuestras visitas y a vuestros comentarios renovamos a diario las ganas de seguir adelante.

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