Un total de 493 canadienses fueron capturados por las tropas japonesas en diciembre de 1941, tras la toma de Hong Kong, y enviados a campos de prisioneros en China y Japón.
Al final de la guerra, en agosto de 1945, sólo 226 sobrevivieron a años de trabajos forzados en minas y factorías así como a los maltratos físicos.
Otros 290 soldados canadienses murieron durante el asedio al entonces territorio británico de Hong Kong.
El ministro de Asuntos de Veteranos de Canadá, Steven Blaney, dijo a través de un comunicado que las disculpas japonesas "son un paso crucial en la reconciliación y un hito significativo en las vidas de todos los prisioneros de guerra. Reconoce sus sufrimientos a la vez que honra su sacrificio y coraje".
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, John Baird, señaló: "las disculpas de hoy ayudarán a curar las heridas a medida que nuestros dos grandes países avanzan".
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