domingo, 3 de febrero de 2013

Cuando Hawaii tuvo sus propios dólares

Después del ataque a Pearl Harbor, Estados Unidos temió que el siguiente paso de los japoneses fuera la invasión del archipiélago de Hawaii. Enseguida, gobierno y militares se pusieron manos a la obra para evitarlo. Pero por si todas las medidas resultaban insuficientes y los japoneses acababan haciéndose con las islas, había que pensar cómo evitar que también se hicieran con todos los billetes que había en el archipiélago en manos de particulares, empresas y bancos.

Anverso del billete de 20 dólares | Wikipedia

Las primeras reacciones al ataque del 7 de diciembre de 1941 fueron el despliegue de tropas en la costa de todas las islas y la colocación de barreras en las playas para dificultar el posible desembarco. Todos los aeropuertos de las islas fueron puestos bajo jurisdicción militar y se movilizó la Guardia Territorial y a otras unidades formadas por estudiantes de universidades e institutos.

Pasados unos días, fue declarada la ley marcial y un gobierno militar asumió todos los poderes. Con la toma de esta medida, además, la población civil pasó a estar bajo la jurisdicción militar, una población que se había visto reducida después del ataque, cuando una buena parte de ella huyó al continente. Aunque más tarde se recuperó parcialmente con la llegada de trabajadores voluntarios venidos para participar en la tareas de reconstrucción.

Entre los que no se habían marchado estaban los varios miles los nativos hawaianos y los habitantes de ascendencia japonesa. Estos últimos formaban una comunidad muy numerosa, unas 150.000 personas, y representaban un 35% de la población antes del ataque. Sin embargo, a raíz de él, su lealtad había sido puesta en tela de juicio por parte de las autoridades civiles y militares norteamericanas, hasta el punto de barajarse la opción de deportarlos a todos al continente.



El ataque de Pearl Harbor, foto tomada desde un avión japonés | Wikipedia

Con el tiempo, la idea de una deportación masiva acabaría siendo descartada y sólo serían internados entre 1.200 y 1.800 de ellos, la mayoría en alguno de los cinco campos de internamiento de las islas y sólo unos pocos en otro en el continente. Parece ser que la dependencia que tenía la economía del archipiélago y las dificultades logísticas que hubiera supuesto su traslado acabaron convenciendo a las autoridades de abandonar la idea.

En cualquier caso, como medida de control, el gobernador militar había ordenado que se tomaran las huellas dactilares de todos los habitantes de la isla mayores de 6 años de edad, sin importar su raza o procedencia, y ordenó, también, que se emitieran identificaciones para todos ellos. Más tarde, llegarían los toques de queda, los cortes de la luz, la censura del correo y de las noticias o la prohibición del consumo de alcohol.

Pero si, a pesar de todas estas medidas, lo japoneses conseguían hacerse con las islas, se harían también con una buena cantidad de millones de dólares, todo el dinero que tenían los particulares y el que guardaban los bancos. Como había sucedido en Manila en enero de 1942, cuando la ciudad se rindió a manos japonesas y donde, según algunas fuentes, los japoneses se hicieron con más de 20 millones de dólares en moneda americana y local.

Así que la primera idea fue reducir el efectivo que circulaba por las islas, imponiendo unos límites al dinero que podían poseer particulares y empresas, y así minimizar el dinero que pasaría a manos japonesas en caso de que los japoneses se hicieran con el archipiélago. El límite que se impuso a particulares fue de 200 dólares y de 500 para las empresas. Lo que equivaldría a unos 2.500 y 6.250 dólares en la actualidad, respectivamente.



Reverso del billete de 20 dólares | Wikipedia

Curiosamente, la reacción de la población después del ataque había sido precisamente la contraria: acumular dinero por si acaso. En cualquier caso, las autoridades en seguida se dieron cuenta que la falta de efectivo afectaría la actividad económica de las islas y optaron por una estrategia diferente: La emisión de unos billetes diferentes para Hawaii, unos dólares que se pudieran distinguir del resto de los usados en el país. De manera que si la isla caía en manos japonesas pudieran ser declarados sin valor.

Los nuevos billetes se emitieron el 25 de junio de 1942 y había billetes de un dólar, de 5, de 10 y de 20. Los billetes tenían el sello del Tesoro de Estados Unidos en color marrón, los normales lo tenían azul, pero además tenían sobreimpresa la palabraHAWAII” con lo que se podían distinguir a simple vista. En el anverso la palabra figuraba en ambos extremos del billete y en su reverso estaba impresa con letras más grandes y situada en su centro.

Los ciudadanos tenían hasta el 15 de julio para cambiar sus viejos billetes por lo nuevos. A partir del 15 de agosto, a no ser que se contara con un permiso especial, ningún otro tipo de billete que no fueran los Hawaii. Con los nuevos billetes, la limitación de efectivo desapareció.



Negocio japonés en San Francisco, el día después del ataque de Pearl Harbor | Wikipedia

Se recogieron unos 200 millones de dólares en billetes antiguos. Debido a las dificultades logísticas y de seguridad que hubiera supuesto llevar toda esa cantidad de billetes al continente, se decidió que lo más fácil y seguro sería quemarlos. En un principio, se usaron los hornos del crematorio de un cementerio en la isla de Oahu, sin embargo, la quema no avanzaba a suficiente buen ritmo y al final se optó por utilizar los hornos de una azucarera del archipiélago. Aunque algunas fuentes, por el contrario, sostienen que sí que se acabaron enviando billetes en barco al continente.

Los billetes Hawaii continuaron emitiéndose hasta el 21 octubre de 1944, cuando se levantaron las restricciones y se abolió la ley marcial. A pesar de que en un primer momento se pensó que sólo permanecería en vigor unos meses, lo estuvo durante casi tres años, y, aún después de ser abolida, los toques de queda y las restricciones eléctricas continuaron hasta julio de 1945.



Anverso del billete de 5 dólares | Wikpedia

Los billetes continuaron en uso aún más tiempo, hasta abril de 1946 cuando fueron retirados definitivamente de la circulación. En este tiempo, con el ir y venir de trabajadores entre las islas y el continente, los billetes Hawaii llegaron al resto de Estados Unidos, donde nunca hubo ningún problema para cambiarlos por billetes normales en los bancos. En total, se habían emitido 35 millones de billetes de 1 dólar, 9.5 millones de 5, diez millones y medio de 10, y más de once de 20 dólares. 

PS: Hoy un billete de 20 dólares Hawaii se puede adquirir por algo menos de 100 dólares, , y se siguen contando historias de personas que encuentran grandes cantidades de billetes en algún rincón perdido de sus casas. Una de ellas, la de un hombre que en los 80 encontró más de 100.000 dólares en el desván de su casa.

2 comentarios :

  1. Realmente a los americanos eso de imprimir billetes de dólar les encanta. En realidad de otras monedas también, como cuando quisieron poner en circulación los franco de ocupación estadounidense tras liberar Francia de los nazis.
    http://es.wikipedia.org/wiki/Franco_de_ocupaci%C3%B3n_franco-estadounidense

    http://librosenguerra.blogspot.com.es/

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