jueves, 11 de diciembre de 2014

Himmler según la correspondencia de su esposa



Verdadero Jano bifronte, el siniestro Heinrich Himmler, jefe de las SS, se revela en estas cartas, escritas entre 1927 y 1945 (cuando se suicidó después de ser capturado por los británicos), como marido y padre cariñoso. El monstruo narra a su mujer, Marga, reveladores aspectos de su estrecha relación con Adolf Hitler y su papel como principal ideólogo de la "Solución Final". A veces, en la misma carta aparecen palabras amorosas hacia ella y su hija Gudrun, junto a comentarios acerca de actividades políticas que incluyeron la creación de Dachau y otros campos de concentración. Es inevitable la repugnancia que despiertan estas misivas, donde ambos esposos se tratan con apelativos amorosos. Sin embargo, sobrepasada esa reacción hostil del lector, resultan apasionantes en la medida en que ponen a la vista los aspectos cotidianos de la vida del Reischfürer SS y su familia. Plagados de diminutivos (la hija es llamada "muñequita") los textos son relativamente breves, pero están acompañados por detalladas explicaciones de los compiladores acerca de cada cuestión mencionada en ellos. Esta intercalación hace fluida una lectura que, sin esas notas, podría haber sido farragosa.


La correspondencia -compilada por los historiadores Michael Wildt y Katrin Himmler, sobrina nieta del nazi-permite descubrir diferentes facetas de la vida política en la cúpula del Tercer Reich, un aspecto no siempre conocido en su totalidad. Himmler habla a su esposa con confianza, ya que ella era también una apegada militante del partido nazi. Las primeras cartas datan de los años 20 y proporcionan muchos detalles acerca de la vida política antes de que los nazis accedieran al poder. En ellas, Himmler relata diversas actividades organizativas y electorales. En una carta de 1927, se define a sí mismo con estas palabras: "Incluso el peor de los hombres está conectado a la humanidad por un fino alambre". Sin duda, ese fino alambre era su familia. Marga, por su parte, tampoco era inocente: a lo largo de todo el intercambio epistolar habla con soltura de Dachau, adonde suele ir.

Algunas cartas son estremecedoras, no por lo que dicen sino por el contexto en que fueron escritas. Por ejemplo, una cariñosa misiva escrita desde un avión en vuelo hacia la URSS era contemporánea de la orden de "ejecutar a todos los judíos", impartida por Himmler al jefe de las SS en el país invadido. Otras veces, las cartas resultan irónicas, como cuando ella se lamenta por los soldados, no por la guerra en sí sino porque "en África sufren mucho el calor".

Durante la contienda, Himmler tuvo una amante, Hedwin Potthast, ex secretaria del Estado Mayor, con quien fue padre de dos hijos. Ella estaba mucho más enterada que Marga del desarrollo de la guerra y de los planes exterminadores de Himmler, ya que él le revelaba todos sus pasos. La duplicidad en la relación matrimonial también se trasladaba al extraño doble discurso del Reichsfürer SS. En mayo de 1944 finalizaba una carta con estas amorosas palabras: "Para ti, mi querida mami (así llamaba a Marga en las cartas) y para nuestra querida hijita, muchos abrazos y besos de corazón. Con amor. Vuestro papi". En esos mismos días dio un discurso ante militares: "Se ha resuelto el problema judío en Alemania. Se resolvió de una forma inflexible de acuerdo con la lucha a vida o muerte de nuestra nación, en la que la existencia de nuestra sangre está en juego".

La obra tiene una amplísima bibliografía, un detallado glosario de personas nombradas, con breves resúmenes acerca de cada una de los citados y un cuadernillo de fotografías. El apéndice contiene el facsímil del documento que certifica la autenticidad de las cartas.

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