jueves, 18 de marzo de 2010

Veteranos de Hiroshima contra los planes de James Cameron

Los veteranos de la Segunda Guerra Mundial han pedido a James Cameron que no ruede una película sobre la tragedia en Hiroshima. El popular director de la versión cinematográfica del mundo fantástico del planeta Avatar quiere basar su nueva obra en el libro de Charles Pellegrino, que muchos testigos del bombardeo del año 1945 consideran demasiado "ficticio" para poder servir de base para el guión de una película histórica.

El libro ‘El último tren desde Hiroshima: Los supervivientes miran atrás’ cuenta las historias reales de 30 personas que, por una fatal carambola del destino fueron víctimas de ambos bombardeos de EE.UU. en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Los miembros de la organización ‘509 Grupo Unido’ que agrupa a los veteranos de guerra implicados en aquel sangriento experimento llevado a cabo para acabar con la guerra, declararon que “muchos fragmentos en la obra de Pellegrino son una invención y dificultan la comprensión de los hechos históricos reales de aquella época".

“Nos parece que el señor Cameron no comprende claramente la escala de la alteración de los hechos reales que se da en el libro de Pellegrino”, afirman los veteranos. Pero ofrecieron al director su ayuda para que pueda rodar “una película históricamente precisa sobre estas importantísimas páginas de la história”. Pese a todo, parece lógico pensar que siendo participantes directos de la guerra y miembros de uno de los bandos, su visión tampoco gozará de una objetividad 'a prueba de bombas', nunca mejor dicho.

Además la casa editorial Henry Holt and Company anunció que se suspende la venta y la impresión de la siguiente edición del libro, que ha provocado una ola de protestas por parte de los testigos de aquellos eventos, así como de algunos historiadores que consideran que muchos hechos descritos parecen una fantasía.

James Cámeron, por su parte, defendió al escritor: “Todo lo que sé es que Charles no se inventó nada y seguro que existe explicación para todos los malentendidos surgidos”. Según el director, hace mucho tiempo planeaba rodar una película sobre los bombardeos en Hiroshima y Nagasaki de 1945. “Y todavía quiero, aunque por el momento no tengo el guión y es dudoso que en un futuro próximo pueda encargarme de él”, afirmó en una entrevista concedida a la agencia AP.

Cameron adquirió los derechos para llevar a la pantalla el libro de Pellegrino en enero de 2010. Aquel mes visitó al último japonés vivo que sobrevivió a las dos bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki, Tsutomu Yamaguchi. El anciano de 93 años, tras conocer los planes del director, le pidió que tratara toda la verdad sobre estos acontecimientos y sus consecuencias y Cameron le prometió hacerlo. Diez días después de este encuentro, Tsutomu murió de cáncer. Fue el único y último cuya presencia durante los bombardeos en ambas ciudades está oficialmente reconocida por las autoridades japonesas.

Según la idea de Cámeron, la película, que duraría seis horas, debería acercarse lo máximo posible a los eventos del año 1945.

La tragédia de Hiroshima y Nagasaki sucedió tras la operación sin precedentes de EE. UU., que decidió lanzar dos bombas atómicas sobre dos ciudades japonesas con el pretexto de acabar con la Segunda Guerra Mundial en el año 1945. Las discusiones sobre si esto aceleró el fin de la guerra o no, se prolongan hasta nuestros días. Según las estimaciones murieron unas 350.000 personas. EE. UU. nunca presentó una disculpa oficial. No obstante, el responsable del gabinete gubernamental de Japón, Koichi Kato, declaró en 1991 que EE. UU. no necesita presentar sus excusas. Afirmó que los bombardeos son “realidades desafortunadas de la guerra que deben guardarse en los corazones” de ambas naciones. “Mejor esforzarse en la construcción de la historia venidera entre las dos naciones en lugar de debatir sobre asuntos concretos”.

En octubre de 2009 los alcaldes de estas dos ciudades japonesas presentaron su candidatura para acoger los Juegos Olímpicos de Verano de 2020. “Pensamos que estas Olimpiadas podrían ser el símbolo de la eliminación del mundo del arma atómica, el símbolo de la paz eterna. Los Juegos Olímpicos se crearon como la fiesta de la paz y en este sentido las candidaturas de nuestras ciudades corresponden a esta idea completamente”, afirmó el alcalde de Hiroshima Tadatoshi Akiba.

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