Stuka es la abreviatura alemana de "Sturzkampfflugzeuge" o bombardero en picada, pero se convirtió rápidamente en el apodo de ese avión tan peculiar pero eficaz.
Fue Ernst Udet, as de la Primera Guerra Mundial (segundo después del Barón Rojo, con 62 victorias) quien, siendo jefe del departamento técnico de suministros de la Luftwaffe, planteó los requerimientos para este nuevo tipo de avión.
En esa época una serie de experimentos demostró que la mejor forma de bombardear con precisión un blanco pequeño era hacer que los aviones picaran sobre él, es decir, cayeran en vuelo controlado hacia ese objetivo, para soltar las bombas a último momento, lo más bajo posible. De esta manera, la bomba continuaría su descenso en picada, y el avión, luego de haberla apuntado con todo su fuselaje, se alejaría, supuestamente a salvo.
Para lograr todo esto se requería un avión muy particular, que se especializara en ese tipo de acciones. Cuando la Luftwaffe planteó las especificaciones, varias empresas alemanas de aviación presentaron sus prototipos: el Arado Ar-81, el Blohm und Voss 137, el Heinkel He-118 y el Junkers Ju-87. Las pruebas descartaron rápidamente a los dos primeros, quedando los prototipos Heinkel y Junkers como finalistas. Curiosamente el primero, aunque no ganó, hizo que la fábrica recibiera la orden de fabricar una docena de modelos para desarrollo posterior.
El Ju-87 fue el ganador debido a lo robusto de su diseño; era un verdadero avión especializado, justo lo que buscaba la comisión técnica. Por el contrario, el modelo Heinkel era más bien un avión de ataque a tierra que podía ser adaptado como avión de bombardeo en picada. Como dato curioso, se sabe que una delegación técnica japonesa estuvo presente en las pruebas. Quedaron impresionados por la alta tecnología del modelo Heinkel, de manera que compraron uno de los prototipos para evaluarlo por su cuenta. Se dice que la configuración de ala de este modelo alemán influyó en el diseño de uno de los más conocidos bombarderos en picada japoneses, el Aichi D3A, conocido para los estadounidenses con el nombre código Val.
Los primeros modelos de producción del nuevo Stuka fueron enviados a la Guerra Civil Española. Conocidos como Ju-87A-1, no tuvieron un gran papel, debido a que eran pocos y tenían muchos problemas técnicos, derivados, como siempre, de su reciente entrada en servicio. En su lugar se siguieron utilizando mucho los modelos biplanos Hs-123.
Sin embargo, solucionados estos problemas el Stuka llegó a combate mejor preparado, demostraron en Polonia su enorme capacidad para atacar y destruir puntos neurálgicos del enemigo con gran precisión: junto con los tanques, el Stuka fue un responsable directo de la victoria alemana en Polonia, devastadora como pocas en toda la Historia.
Pero el modelo Anton adolecía de muchos inconvenientes: no podía llegar a los 322 km/h usando un motor de 640 hp, solamente portaba una ametralladora de 7,92 mm en el ala y otra para la defensa trasera, y solamente podía llevar una bomba de 500 kg, siempre y cuando el artillero se quedara en tierra. Por esa razón, los Anton fueron relegados rápidamente a funciones de entrenamiento.
El modelo Berta comenzó a salir de las líneas de producción hacia los meses anteriores a la guerra. El Berta era un rediseño importante del Stuka, con cambios en el fuselaje y utilizando un motor dos veces más potente. Aunque mucho más aerodinámico que el modelo anterior, ya que tenía las ruedas de aterrizaje con protección más discreta y otros detalles, el Berta generaba molesto gemido cuando caía a 90 grados de su blanco y el aire se arremolinaba a través de los frenos de aire extendidos. Esto era un distintivo del avión, muy molesto para las tropas enemigas que nunca antes lo habían escuchado. Más tarde, se desarrolló una sirena para explotar mejor el efecto psicológico: cuando las tropas alemanas invadieron el oeste de Europa en mayo de 1940, los Stukas quedaron grabados en la memoria de todos los que lo escucharon. Este sonido incluso fue incluido en el himno de las unidades de Stukas, ya que se convirtió en su marca distintiva.
El Berta podía llevar casi el doble de bombas, llevaba otra ametralladora en el ala "vacía", y era 65 km/h más rápido que el modelo Anton. Pero a pesar de esto el Stuka fue una decepción al intentarse doblegar a Inglaterra por aire: era un "pato sentado" para cualquier caza moderno que tuvieran los ingleses. Más de 40 fueron derribados en 6 días de operaciones. Sin embargo, en situaciones en las cuales los alemanes tuvieran superioridad aérea (como en la campaña de Polonia), el Stuka podía seguir demostrando su precisión y su capacidad de soportar gran cantidad de daño y volver a la pista entero. A pesar de ser una desventaja aerodinámica, el tren de aterrizaje fijo le permitía operar en pistas en condiciones desastrosas, que imposibilitaban el uso de cualquier otro aparato.
El modelo Clara se diseñó para operar desde el portaaviones Graf Zeppelin (que se estaba construyendo en el Báltico), y difería del Berta principalmente por sus ruedas especiales, alas plegables y un gancho de arrastre; solamente se construyeron 12 ya que el proyecto fue cancelado hacia el final de la guerra.
El modelo R fue construido en paralelo con el Berta en un esfuerzo por expandir el radio de acción del Stuka. Tanques de combustibles adicionales se montaron en las alas y dos tanques descartables podían ser llevados debajo de ellas. Externamente era igual al Berta y compartía muchas de sus características, pero al usar el combustible extra tenía que llevar menos bombas. Sin embargo el cambio probó ser satisfactorio: el modelo R demostró ser mortífero para los barcos de la Royal Navy que operaban cerca de Noruega y Creta en los primeros años de la guerra. Además operó en Rusia al comienzo de la guerra en el este, siendo muy utilizado en ese momento.
Nuevamente se hicieron muchos esfuerzos para mejorar aerodinámicamente el Stuka; por ejemplo, se cambió de lugar el gran radiador debajo de las alas, pero la velocidad solamente subió a 410 km/h, muy por debajo de cualquier caza. Se construyeron varias subversiones del modelo Dora: el D-2 era un remolcador de planeadores con tren de aterrizaje trasero más fuerte, aunque era sencillo cambiar a cualquier Stuka en un D-2. El D-3 tenía más blindaje que protegía mejor al motor y sus componentes y la parte trasera ya que el Stuka estaba siendo utilizado más para ataques a bajo nivel; además las sirenas fueron removidas ya que habían perdido su efecto. Los modelos D-1 y D-3 pasaron a D-4 para llevar un torpedo; pero como en el rol de torpederos los He-11H y Ju-88A eran mejores (porque podían llevar más torpedos), se volvieron a convertir en D-1 y D-3 sin haber cumplido una sola salida de combate. El D-5 comenzó a salir sin los frenos de caída ya que resultaban innecesarios: hacia mediados del 43 los Stukas eran más usados en el rol de apoyo cercano que como bombarderos en picada. Esto se debía a que, sin la aplastante superioridad aérea demostrada al comienzo de la guerra, los Stukas no podían subir a la altura suficiente como para caer sobre su blanco con la precisión necesaria, a menos que usaran una escolta de cazas. Para eso, los D-5 cambiaron también sus ametralladoras de 7,92 mm por cañones de 20 mm, tenían alas extendidas para reducir la carga del ala y reintrodujeron el tren de aterrizaje descartable del modelo Clara para hacer más seguros los aterrizajes.
Sin embargo, el problema no fue resuelto y luego de la desastrosa operación Ciudadela para vencer la resistencia soviética en la saliente de Kursk, los Ju-87 fueron sacados para siempre de su papel de bombarderos en picada para convertirse en Schlachtgeschwaders (alas de ataque a tierra), atacando a ras del suelo. De esta manera el legendario Stuka tuvo su última acción en donde fue utilizado en su papel clásico.
Sin embargo, los Stukas siguieron volando de día durante toda la guerra, mientras continuaban adquiriendo habilidades especiales. Los modelos Gustav eran cazatanques especializados, apodados Panzerknacker (rompetanques) o Kanonenvogel (ave cañón). Los G-1 era conversiones mínimas de los D-3, mientras que los G-2 eran D-5 reconstruidos, siendo mucho más aerodinámicamente limpios que el G-1. Portaban un par de cañones Flak 18 de 37 mm debajo de las alas, con 12 proyectiles cada uno, aunque el armamento normal era generalmente sacado para ahorrar peso. Estos cañones de 37 mm probaron ser capaces de destruir todos los tanques soviéticos, incluso los más pesados como el Stalin, gracias a tus proyectiles con núcleo de tungsteno. La técnica de ataque, desarrollada por el as de la Luftwaffe Karl Rudel y usada por su escuadra en Kursk, consistía en acercarse al tanque por detrás y disparar sobre el motor que entonces estallaba junto con todo el tanque. De esta manera fueron destruidos inmunerables T-34 soviéticos durante Ciudadela y otras operaciones; sin embargo, solamente funcionaba si los alemanes tenían superioridad aérea.
Publicar un artículo sobre el "Stuka" sin citar a Hans Ulrich-Rudel es como publicar un artículo sobre la historia del boxeo y no citar al marqués de Queensberry. Rudel no sólo fue el mayor as de toda la guerra con los "Stukas", sino que además fue el oficial más condecorado de todas las fuerzas armadas alemanas.Destruyó más de 500 carros de combate en 4 años. Buscad su historia porque merece la pena. Saludos.
ResponderEliminarRealmente necesitaría un par de libros para volcar toda la información de los Stukas y aún así quedaría pendiente una parte muy importante.
ResponderEliminarLa anotación de Hans Ulrich-Rudel es muy cierta y necesaria.
Desde 2GM Blog nos comprometemos a dedicarle una entrada en la actegoría de Biografías y tratar así de salvaguardar su lugar en la historia.
Gracias de nuevo witos.
Sin dudas, el Stuka fue y será unos de los aviones que marcaron historia durante el conflicto de la Segunda Guerra Mundial.
ResponderEliminar¡Felicitaciones por el blog, excelente!
Saludos.
Gracias Pepiche, me alegro que te guste y que hayas dejado un comentario.
ResponderEliminarSaludos.