El criminal de guerra nazi de origen holandés Klaas Carel Faber, décimo en la lista de criminales más buscados
del Centro Simon Wiesenthal, ha muerto a los 90 años en Ingolstadt, en
el sur de Alemania, según fuentes médicas. Su muerte se produjo el
jueves.
Klaas Faber -que colaboró con los nazis en la ocupación de Holanda
durante la Segunda Guerra Mundial, entre 1940 y 1945- era el último
criminal de guerra holandés de la Segunda Guerra Mundial que todavía
estaba libre, según la radio holandesa RNW.
El nonagenario era reclamado por la Justicia holandesa desde hace años. Antiguo miembro del comando de las SS Silbertanne, fue condenado a muerte en su país en 1947, por haber matado a 22 judíos.
Su pena fue finalmente conmutada por cadena perpetua. En 1952, Faber y otros seis criminales convictos escaparon de la cárcel de Breda a Alemania.
En 1957 se celebró un segundo proceso, pero fue sobreseído y Faber vivía en la pequeña localidad bávara de Ingolstadt.
En 2004, los Países Bajos intentaron conseguir que Faber purgase en
Alemania la condena dictada por la justicia holandesa, pero esta demanda
fue rechazada por un tribunal alemán por el sobreseimiento de 1957.
En noviembre de 2010, La Haya volvió a la carga, emitiendo una
eurorden de arresto contra Faber. La Justicia alemana rechazó de nuevo
la extradición porque Alemania no extradita a sus ciudadanos, y el
nonagenario había conseguido la nacionalidad alemana al servir en las SS, según una ley emitida por el régimen nazi.
No obstante, la legislación contempla que un país europeo que niega
una extradición ejecute la condena por la cual se ha emitido dicha
orden. A comienzos de este año, se había iniciado un procedimiento en
este sentido.
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