Alrededor de un millón y medio de personas perecieron en la 'Shoah por balas', el genocidio perpetrado por las tropas nazis en su avance por países de Europa del Este, según el director de Yahad-In Unum --una organización que investiga las masacres perpetradas contra judíos y gitanos en países como Ucrania, Bielorrusia y Rusia, Patrick Debois--.
En una rueda de prensa en Madrid, el sacerdote católico Debois ha comentado que comenzó las investigaciones hace siete años para devolver la dignidad a los judíos y gitanos masacrados y acabar con cualquier teoría negacionista de la masacre hebrea.
La investigación de Yahad-In Unum versa sobre una parte poco conocida del holocausto nazi, que corresponde a las masacres perpetradas por la Einsetzgruppen, tropas alemanas dedicadas a la matanza de judíos, gitanos y comisarios políticos en la Segunda Guerra Mundial en su avance hacia Rusia (1941-44).
El 'Holocausto por balas' es el precedente del genocidio llevado a cabo a gran escala en los campos de exterminio, cuando se estructuró la matanza de judíos y de otras etnias, ya que, según el sacerdote francés, la matanza de personas indefensas en su avance por el territorio europeo "desmoralizaba a las tropas"
"Cuando los soviéticos comenzaron a liberar todos los pueblos ocupados, se creaba una comisión en cada localidad para esclarecer las matanzas que los nazis habían llevado a cabo", ha explicado Debois, que detalla que llegaron a escribirse más de 16 millones de documentos, muchos con las imágenes de las fosas.
Debois ha detallado que la investigación ha sido posible gracias a que, con la caída del muro de Berlín, los millones de documentos soviéticos han podido ser consultados, y que los testigos de las matanzas han querido hablar sobre lo que presenciaron.
El sacerdote francés cuenta que las ejecuciones llevadas cabo por la Einsetzgruppen, algunas en colaboración con la Policía y los Ejércitos de los países conquistados, eran públicas y eran presenciadas por vecinos de los municipios.
Muchos habitantes de estas localidades eran obligados por los nazis a cavar las futuras tumbas de los ajusticiados, y a recoger la ropa y las pertenencias de las víctimas una vez que se producían los fusilamientos.
TESTIGO DIRECTO
Yosip Patetski, un testigo de las matanzas, ha explicado que en Bibrka, el pueblo donde vivía en la región de Luiv, Ucrania, residían unos 5.000 judíos que se dedicaban al comercio antes de la invasión nazi.
"Una noche, vinieron a coger a mi padre, y como no estaba, me obligaron a salir de casa con una pala", ha explicado Patetski, que en un primer momento no supo por qué le pidieron dicha herramienta. "La pala era para cavar una fosa, que más tarde supimos para qué era", ha relatado.
"Nos alejamos, nos escondimos detrás de unos árboles y vimos cómo les disparaban encima de la fosa, que duró entre una o dos horas", ha explicado. Más tarde, "fueron obligados a ir al gueto, que estaba vacío, coger los muebles y los enseres e ir a un almacén".
Patetski ha contado que no estuvo presente en el incendio provocado en dicho almacén, donde se había encerrado a cientos de judíos del municipio, pero ha contado que tuvo que sacar las cenizas de los asesinados.
El director del Centro de Investigación de Yahad-In Unum, Patrice Bensimon, que realiza viajes a los municipios investigados, ha explicado que la fosa que Patetski ayudó a cavar no estaba protegida, los cadáveres actualmente siguen ahí enterrados, "entre una carretera y un campo sin señalizar".
El testigo ucraniano ha explicado que durante los hechos que presenció, "sólo tenía catorce años y no podía hacer nada". "No sé cómo explicar dicho silencio", ha añadido Patetski, aunque sí que relató los acontecimientos a sus dos hijos cuando tuvieron edad suficiente.
El sacerdote francés ha explicado que después de los alemanes vinieron los soviéticos y se convirtió en un tema tabú a nivel público. "No había nadie a quien pudieran preguntarles nada y no se tenía acceso a los archivos", ha informado.
Desbois también ha explicado que en algunos países de Europa occidental sigue siendo tabú hablar de las personas que colaboraron con los nazis, que el sacerdote católico achaca a "un silencio para lograr la reunificación del país" después de la guerra.
Yahad-In Unum ha conseguido contactar con 1.600 testigos de las matanzas, muchos de ellos gracias a la página web www.holocaustbybullets.com. En algunos casos, se han encontrado con cierta oposición por parte de algunos gobiernos, pero "la población de estas regiones quiere hablar" sobre lo sucedido, en palabras del presidente de la organización.
En una rueda de prensa en Madrid, el sacerdote católico Debois ha comentado que comenzó las investigaciones hace siete años para devolver la dignidad a los judíos y gitanos masacrados y acabar con cualquier teoría negacionista de la masacre hebrea.
La investigación de Yahad-In Unum versa sobre una parte poco conocida del holocausto nazi, que corresponde a las masacres perpetradas por la Einsetzgruppen, tropas alemanas dedicadas a la matanza de judíos, gitanos y comisarios políticos en la Segunda Guerra Mundial en su avance hacia Rusia (1941-44).
El 'Holocausto por balas' es el precedente del genocidio llevado a cabo a gran escala en los campos de exterminio, cuando se estructuró la matanza de judíos y de otras etnias, ya que, según el sacerdote francés, la matanza de personas indefensas en su avance por el territorio europeo "desmoralizaba a las tropas"
"Cuando los soviéticos comenzaron a liberar todos los pueblos ocupados, se creaba una comisión en cada localidad para esclarecer las matanzas que los nazis habían llevado a cabo", ha explicado Debois, que detalla que llegaron a escribirse más de 16 millones de documentos, muchos con las imágenes de las fosas.
Debois ha detallado que la investigación ha sido posible gracias a que, con la caída del muro de Berlín, los millones de documentos soviéticos han podido ser consultados, y que los testigos de las matanzas han querido hablar sobre lo que presenciaron.
El sacerdote francés cuenta que las ejecuciones llevadas cabo por la Einsetzgruppen, algunas en colaboración con la Policía y los Ejércitos de los países conquistados, eran públicas y eran presenciadas por vecinos de los municipios.
Muchos habitantes de estas localidades eran obligados por los nazis a cavar las futuras tumbas de los ajusticiados, y a recoger la ropa y las pertenencias de las víctimas una vez que se producían los fusilamientos.
TESTIGO DIRECTO
Yosip Patetski, un testigo de las matanzas, ha explicado que en Bibrka, el pueblo donde vivía en la región de Luiv, Ucrania, residían unos 5.000 judíos que se dedicaban al comercio antes de la invasión nazi.
"Una noche, vinieron a coger a mi padre, y como no estaba, me obligaron a salir de casa con una pala", ha explicado Patetski, que en un primer momento no supo por qué le pidieron dicha herramienta. "La pala era para cavar una fosa, que más tarde supimos para qué era", ha relatado.
"Nos alejamos, nos escondimos detrás de unos árboles y vimos cómo les disparaban encima de la fosa, que duró entre una o dos horas", ha explicado. Más tarde, "fueron obligados a ir al gueto, que estaba vacío, coger los muebles y los enseres e ir a un almacén".
Patetski ha contado que no estuvo presente en el incendio provocado en dicho almacén, donde se había encerrado a cientos de judíos del municipio, pero ha contado que tuvo que sacar las cenizas de los asesinados.
El director del Centro de Investigación de Yahad-In Unum, Patrice Bensimon, que realiza viajes a los municipios investigados, ha explicado que la fosa que Patetski ayudó a cavar no estaba protegida, los cadáveres actualmente siguen ahí enterrados, "entre una carretera y un campo sin señalizar".
El testigo ucraniano ha explicado que durante los hechos que presenció, "sólo tenía catorce años y no podía hacer nada". "No sé cómo explicar dicho silencio", ha añadido Patetski, aunque sí que relató los acontecimientos a sus dos hijos cuando tuvieron edad suficiente.
El sacerdote francés ha explicado que después de los alemanes vinieron los soviéticos y se convirtió en un tema tabú a nivel público. "No había nadie a quien pudieran preguntarles nada y no se tenía acceso a los archivos", ha informado.
Desbois también ha explicado que en algunos países de Europa occidental sigue siendo tabú hablar de las personas que colaboraron con los nazis, que el sacerdote católico achaca a "un silencio para lograr la reunificación del país" después de la guerra.
Yahad-In Unum ha conseguido contactar con 1.600 testigos de las matanzas, muchos de ellos gracias a la página web www.holocaustbybullets.com. En algunos casos, se han encontrado con cierta oposición por parte de algunos gobiernos, pero "la población de estas regiones quiere hablar" sobre lo sucedido, en palabras del presidente de la organización.
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