Esto es según informa el diario The Times. El plan consistía en desencadenar el terror en esa ciudad norteamericana volando fábricas, negocios propiedad de judíos, presas, carreteras y ferrocarriles, señala el periódico.
Pero el submarino alemán en que viajaban los saboteadores encalló, uno de ellos se emborrachó en un bar parisino antes de comenzar la aventura, mientras que otro se entregó al FBI, que en un principio no le creyó.
La llamada “Operación Pastorius”, de la que se tiene conocimiento ahora con la publicación de los archivos del MI5 (espionaje británico), fue uno de los episodios más extravagantes de la Segunda Guerra Mundial, aunque en su momento era algo muy serio. La operación la dirigía George Dasch, un ciudadano alemán que había vivido muchos años en Estados Unidos, y la mayoría de los saboteadores eran nazis convencidos, aunque no Dasch, que antes incluso de abandonar Alemania había decidido pasarse al otro bando.
Los cuatro integrantes de la expedición, que habían recibido instrucciones sobre cómo fabricar todo tipo de explosivos, debían mantenerse ocultos en EE.UU. durante algún tiempo antes de pasar a la acción y llevar a cabo operaciones de sabotaje contra la maquinaria de guerra estadounidense: volando puentes, destruyendo trenes o perturbando la producción de aviones. El complot empezó, sin embargo, a hacer aguas antes incluso de que comenzara la operación: tras una cena de despedida en París, uno de los saboteadores llamado Herbert Haupt se emborrachó en el bar del Hôtel des Deux Mondes y anunció en voz alta a los reunidos que era un espía.
El submarino encalló luego cerca de la playa de Amagansett en Long Island el 13 de junio de 1942 y, como escribió más tarde Victor Rothschild, jefe de contraespionaje del MI5, “sólo por culpa de la pereza y estupidez de la guardia costera norteamericana no se atacó aquel submarino”. Los saboteadores remaron en un bote de goma hasta la orilla, vestidos todos ellos con sus uniformes nazis para asegurarse de que si los sorprendían, no los fusilasen por espionaje.
Cuando se disponían a enterrar los uniformes en la playa, se vieron sorprendidos por un guarda costero, al cual explicaron que eran pescadores y que su barca había encallado, tras lo cual pudieron tomar libremente un tren para llegar a Nueva York. La cooperación se frustró una semana más tarde cuando Dasch telefoneó al FBI en Washington y explicó que era un saboteador y quería hablar con el director del cuerpo, Edgar Hoover.
Lo hizo con el subdirector, D.M.Ladd, que se mostró escéptico hasta que Dasch sacó de un maletín y puso sobre el escritorio los 84.000 dólares que había recibido para llevar a cabo el plan. Los saboteadores aficionados de ese grupo y de otro que había desembarcado en traje de baño en Florida fueron detenidos rápidamente, declarados culpables y condenados a muerte.
Dasch vio conmutada su sentencia por treinta años de cárcel y puesto en libertad sólo seis años después, en 1948, regresó a Alemania.
Pero el submarino alemán en que viajaban los saboteadores encalló, uno de ellos se emborrachó en un bar parisino antes de comenzar la aventura, mientras que otro se entregó al FBI, que en un principio no le creyó.
La llamada “Operación Pastorius”, de la que se tiene conocimiento ahora con la publicación de los archivos del MI5 (espionaje británico), fue uno de los episodios más extravagantes de la Segunda Guerra Mundial, aunque en su momento era algo muy serio. La operación la dirigía George Dasch, un ciudadano alemán que había vivido muchos años en Estados Unidos, y la mayoría de los saboteadores eran nazis convencidos, aunque no Dasch, que antes incluso de abandonar Alemania había decidido pasarse al otro bando.
Los cuatro integrantes de la expedición, que habían recibido instrucciones sobre cómo fabricar todo tipo de explosivos, debían mantenerse ocultos en EE.UU. durante algún tiempo antes de pasar a la acción y llevar a cabo operaciones de sabotaje contra la maquinaria de guerra estadounidense: volando puentes, destruyendo trenes o perturbando la producción de aviones. El complot empezó, sin embargo, a hacer aguas antes incluso de que comenzara la operación: tras una cena de despedida en París, uno de los saboteadores llamado Herbert Haupt se emborrachó en el bar del Hôtel des Deux Mondes y anunció en voz alta a los reunidos que era un espía.
El submarino encalló luego cerca de la playa de Amagansett en Long Island el 13 de junio de 1942 y, como escribió más tarde Victor Rothschild, jefe de contraespionaje del MI5, “sólo por culpa de la pereza y estupidez de la guardia costera norteamericana no se atacó aquel submarino”. Los saboteadores remaron en un bote de goma hasta la orilla, vestidos todos ellos con sus uniformes nazis para asegurarse de que si los sorprendían, no los fusilasen por espionaje.
Cuando se disponían a enterrar los uniformes en la playa, se vieron sorprendidos por un guarda costero, al cual explicaron que eran pescadores y que su barca había encallado, tras lo cual pudieron tomar libremente un tren para llegar a Nueva York. La cooperación se frustró una semana más tarde cuando Dasch telefoneó al FBI en Washington y explicó que era un saboteador y quería hablar con el director del cuerpo, Edgar Hoover.
Lo hizo con el subdirector, D.M.Ladd, que se mostró escéptico hasta que Dasch sacó de un maletín y puso sobre el escritorio los 84.000 dólares que había recibido para llevar a cabo el plan. Los saboteadores aficionados de ese grupo y de otro que había desembarcado en traje de baño en Florida fueron detenidos rápidamente, declarados culpables y condenados a muerte.
Dasch vio conmutada su sentencia por treinta años de cárcel y puesto en libertad sólo seis años después, en 1948, regresó a Alemania.
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CHAPLIN MONOCULO NOMBRE DE LA ROSA, ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER ,CHOCOLATE Y CREPUSCULO 1 Y2.
José
Ramón...
Ese plan de terror nazi pudo ser una versión antigua de los ataques del 11 de septiembre. Un 9/11 en la segunda guerra mundial no éra esperado por los americanos y tal vez por eso no es de extrañarse que cuando quisieron enterrar los uniformes en la playa el guardia los haya dejado ir sin hacer más preguntas.
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