El escritor madrileño Carlos Díaz Domínguez ha publicado su último libro, "Tres Colores en Carinhall", una novela que narra el saqueo artístico que vivió Europa en la Segunda Guerra Mundial, a través de la historia de tres mujeres y su mirada particular sobre el Tercer Reich.
"Quería escribir sobre la Segunda Guerra Mundial, pero desde un punto de vista que ofreciera algo distinto", cuenta el autor en una entrevista con EFE, consciente de lo documentado que está el conflicto.
La mansión Carinhall, situada en la periferia de Berlín y que perteneció a Göring, lugarteniente de Hitler, le brinda esa oportunidad. La obsesión por la pintura del jerarca nazi funcionará como ensamblaje de la vida de las tres protagonistas del libro: Teresa, Nicolette y la cruel Erika.
Teresa es una joven madrileña que viaja a Carinhall junto a su marido, Luis, restaurador del Museo del Prado, quien es contratado por Göring para menguar el daño que pueden sufrir los cuadros por la guerra. "España apenas tuvo presencia en este combate, así que el arte tenía que ser lo que acercara la trama hasta Madrid", explica.
Desde París, el escritor crea a Nicolette, una francesa comunista alistada en la Resistencia que lucha contra la ocupación alemana y que viajará a Carinhall en una misión de vida o muerte: hacerse con documentos estratégicos de los nazis.
"Cómo introducir a una francesa en el alma del Reich es lo que más comeduras de cabeza me ha dado", cuenta un autor obstinado en que el lector crea en la verosimilitud de la historia, "que se llegue a preguntar si ocurrió de verdad".
La tercera protagonista, Erika, será la antagonista de estas dos heroínas. Casada con un alto oficial nazi y con una ambición que no tiene límites, Erika hará todo lo posible ascender en la escala social del Führer.
Aunque la crueldad de la alemana pueda estremecer al lector, algunas circunstancias dejan entrever la humanidad de Erika. "A los personajes hay que sacarlos en diferentes entornos porque, como en la vida real, no somos los mismos cuando nos relacionamos con unos u otros", matiza Díaz Domínguez.
En un contexto marcado por el fascismo, la novela, cuarta del escritor ("Los impares de Sagasta", 2006, "Los ascensores dormidos de La Habana", 2007, "Franco morirá en Rodalquilar", 2009, "La pasmosa herencia de José Belmonte", 2010), no deja escapar la oportunidad de hacer una crítica al fanatismo ideológico, sea cual sea la doctrina.
"La fama se la quedaron los nazis, pero el Ejército Rojo cometió verdaderas barbaridades", apostilla Díaz Domínguez.
La fuerte personalidad de las tres mujeres, poseedoras de una increíble belleza, convierten a "Tres colores en Carinhall" en una novela marcada por el poder de la mujer en un mundo, el de la guerra, dominado por los hombres.
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