Suerte Lorenzo, y bienvenido al club.
La URSS había intentado alcanzar un acuerdo de seguridad colectiva contra la Alemania nazi con Francia y Gran Bretaña. La firma de los acuerdos de Munich en septiembre de 1938, dejó a los soviéticos ante la perspectiva de enfrentarse en solitario a la expansión nazi en Europa oriental. Stalin inició, por consecuencia, una nueva orientación diplomática. Sustituyó a Maksim Litvinov, judío y partidario de la seguridad colectiva, como ministro de exteriores, sustituyéndolo por Molotov, quién inició inmediatamente negociaciones con Von Ribbentrop, ministro nazi de asuntos exteriores. Aunque las negociaciones con los occidentales continuaron, Stalin optó por el pacto con Hitler para conseguir el tiempo necesario que le permitiera reconstruir su ejército, fuertemente debilitado por las purgas de 1937. Para Hitler, el pacto le abría la posibilidad de invadir Polonia y volverse posteriormente con Gran Bretaña y Francia.
El pacto, finalmente, fue firmado en Moscú por Ribbentrop y Molotov en presencia de Stalin.
Por el pacto de no agresión, ambos países acordaron no atacarse, ni independientemente ni en alianza con otros estados; no apoyar a otro tercer país que pudiera atacar a la otra parte del pacto; continuar las consultas sobre los temas de interés común; no unirse a ningún grupo de potencias que directa o indirectamente pudiera amenazar a cualquiera de las partes firmantes; y a resolver sus diferencias mediante la negociación. El pacto tendría una duración de 10 años.
A este tratado se le unió un protocolo secreto que dividía la Europa oriental en zonas de influencia germana y soviética. Se acordó la partición de Polonia y se dejó a Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania y la Besarabia en el área de influencia soviética.
Así cuando Alemania invadió Polonia el 1 de septiembre de 1939, las tropas soviéticas entraron en el país, estableciéndose la mutua frontera en el río Bug. En noviembre de 1939, la URSS atacó Finlandia y la forzó a ceder el istmo de Karelia. Las repúblicas bálticas fueron también anexionadas por Stalin, pasando a configurarse como repúblicas soviéticas en agosto de 1940.
Finalmente, el pacto de no agresión fue roto por Hitler el 22 de junio de 1941, cuando las tropas nazis se lanzaron a la invasión de la URSS.
El pacto, finalmente, fue firmado en Moscú por Ribbentrop y Molotov en presencia de Stalin.
Por el pacto de no agresión, ambos países acordaron no atacarse, ni independientemente ni en alianza con otros estados; no apoyar a otro tercer país que pudiera atacar a la otra parte del pacto; continuar las consultas sobre los temas de interés común; no unirse a ningún grupo de potencias que directa o indirectamente pudiera amenazar a cualquiera de las partes firmantes; y a resolver sus diferencias mediante la negociación. El pacto tendría una duración de 10 años.
A este tratado se le unió un protocolo secreto que dividía la Europa oriental en zonas de influencia germana y soviética. Se acordó la partición de Polonia y se dejó a Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania y la Besarabia en el área de influencia soviética.
Así cuando Alemania invadió Polonia el 1 de septiembre de 1939, las tropas soviéticas entraron en el país, estableciéndose la mutua frontera en el río Bug. En noviembre de 1939, la URSS atacó Finlandia y la forzó a ceder el istmo de Karelia. Las repúblicas bálticas fueron también anexionadas por Stalin, pasando a configurarse como repúblicas soviéticas en agosto de 1940.
Finalmente, el pacto de no agresión fue roto por Hitler el 22 de junio de 1941, cuando las tropas nazis se lanzaron a la invasión de la URSS.
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