La historiografía moderna sitúa en el 1 de septiembre de 1939 el comienzo de la II Guerra Mundial. Fue entonces cuando la Alemania nazi invadió Polonia desde el oeste. Medio mes después, el 17 de septiembre, las tropas soviéticas entraron también en Polonia, pero desde el este. Hay historiadores que consideran que el Pacto Mólotov-Ribbentrop actuó como impulsor de la agresión. Sin embargo, Rusia rechaza ahora las tentativas de poner en el mismo rasante la responsabilidad de Hitler y la de Stalin en el desencadenamiento de la contienda.
«La Asamblea Parlamentaria de los países de Europa puso hace poco a la Alemania fascista y a la Unión Soviética en el mismo nivel, responsabilizándolas por igual. Perdone, pero es una cínica mentira», declaró ayer por la noche el presidente ruso, Dmitri Medvédev, en una entrevista concedida al canal ruso RTR, en relación a una reciente resolución de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
Según sus palabras, hay que diferenciar entre quienes comenzaron la guerra y mataron a millones de personas y quienes «salvaron a la gente, salvaron millones de vidas y, finalmente, salvaron a Europa».
Reparto de Europa
El jefe del Kremlin dijo que, hace 20 ó 30 años, cuando el Pacto de Varsovia estaba en confrontación abierta con la OTAN, «pese a las diferencias ideológicas, todos coincidíamos en que los criminales fascistas condenados por el tribunal de Nuremberg recibieron su merecido castigo». Ahora, añade Medvédev, «se observa un claro retroceso en la interpretación de los hechos (...) y ocurren cosas sorprendentes». El presidente ruso se refirió en particular «a la proclamación de colaboracionistas nazis como héroes nacionales» en Ucrania y en las repúblicas bálticas.
El pasado mes de julio, la Asamblea Parlamentaria de la OSCE equiparó en una resolución los crímenes cometidos en el siglo XX por los regímenes de Hitler y Stalin. Apoyó además la iniciativa, lanzada por el Parlamento Europeo, de declarar el 23 de agosto Día del recuerdo de las víctimas del nazismo y el estalinismo. El 23 de agosto de 1939, precisamente, los respectivos ministros de Exteriores de Alemania y la URSS, Joachim von Ribbentrop y Viacheslav Mólotov, rubricaron en Moscú, en presencia de Stalin, el acuerdo que luego se conocería con los apellidos de sus firmantes.
El documento incluía un protocolo secreto sobre el reparto de zonas de influencia en Europa, cuyo contenido no se conoció hasta que, tras finalizar la guerra, los americanos lo encontraron en los archivos nazis. En la URSS no se dijo nada al respecto hasta 1989. El Pacto Mólotov-Ribbentrop no sólo dio luz verde a Alemania para ocupar Polonia, sino también a la URSS para atacar Finlandia, a la que arrebató la provincia de Karelia, y para apoderarse de Estonia, Letonia, Lituania y la región rumana de Besarabia, actual Moldavia.
Expectación en Moscú
Una cuarta parte de los oficiales polacos que el Ejército Rojo capturó como prisioneros en el este de Polonia, durante el ataque perpetrado a mediados de septiembre de 1939 -unos 22.000 aproximadamente- fueron fusilados al año siguiente en Katyn (actual Bielorrusia). La suerte que corrieron el resto sigue siendo un misterio. Sólo después de que Hitler decidiera atacar la URSS, el 22 de junio de 1941, Moscú y la resistencia polaca se aliaron.
Las relaciones entre los dos países se encuentran en un momento delicado. A fin de responder a las acusaciones de complicidad con la Alemania nazi en la agresión a Polonia, el Servicio de Contraespionaje Exterior ruso (SVR) presentará mañana en Moscú una recopilación de documentos de sus archivos con los que se pretende demostrar que Varsovia también consensuó con los nazis determinadas acciones contra el Estado soviético.
Vía| ABC
«La Asamblea Parlamentaria de los países de Europa puso hace poco a la Alemania fascista y a la Unión Soviética en el mismo nivel, responsabilizándolas por igual. Perdone, pero es una cínica mentira», declaró ayer por la noche el presidente ruso, Dmitri Medvédev, en una entrevista concedida al canal ruso RTR, en relación a una reciente resolución de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
Según sus palabras, hay que diferenciar entre quienes comenzaron la guerra y mataron a millones de personas y quienes «salvaron a la gente, salvaron millones de vidas y, finalmente, salvaron a Europa».
Reparto de Europa
El jefe del Kremlin dijo que, hace 20 ó 30 años, cuando el Pacto de Varsovia estaba en confrontación abierta con la OTAN, «pese a las diferencias ideológicas, todos coincidíamos en que los criminales fascistas condenados por el tribunal de Nuremberg recibieron su merecido castigo». Ahora, añade Medvédev, «se observa un claro retroceso en la interpretación de los hechos (...) y ocurren cosas sorprendentes». El presidente ruso se refirió en particular «a la proclamación de colaboracionistas nazis como héroes nacionales» en Ucrania y en las repúblicas bálticas.
El pasado mes de julio, la Asamblea Parlamentaria de la OSCE equiparó en una resolución los crímenes cometidos en el siglo XX por los regímenes de Hitler y Stalin. Apoyó además la iniciativa, lanzada por el Parlamento Europeo, de declarar el 23 de agosto Día del recuerdo de las víctimas del nazismo y el estalinismo. El 23 de agosto de 1939, precisamente, los respectivos ministros de Exteriores de Alemania y la URSS, Joachim von Ribbentrop y Viacheslav Mólotov, rubricaron en Moscú, en presencia de Stalin, el acuerdo que luego se conocería con los apellidos de sus firmantes.
El documento incluía un protocolo secreto sobre el reparto de zonas de influencia en Europa, cuyo contenido no se conoció hasta que, tras finalizar la guerra, los americanos lo encontraron en los archivos nazis. En la URSS no se dijo nada al respecto hasta 1989. El Pacto Mólotov-Ribbentrop no sólo dio luz verde a Alemania para ocupar Polonia, sino también a la URSS para atacar Finlandia, a la que arrebató la provincia de Karelia, y para apoderarse de Estonia, Letonia, Lituania y la región rumana de Besarabia, actual Moldavia.
Expectación en Moscú
Una cuarta parte de los oficiales polacos que el Ejército Rojo capturó como prisioneros en el este de Polonia, durante el ataque perpetrado a mediados de septiembre de 1939 -unos 22.000 aproximadamente- fueron fusilados al año siguiente en Katyn (actual Bielorrusia). La suerte que corrieron el resto sigue siendo un misterio. Sólo después de que Hitler decidiera atacar la URSS, el 22 de junio de 1941, Moscú y la resistencia polaca se aliaron.
Las relaciones entre los dos países se encuentran en un momento delicado. A fin de responder a las acusaciones de complicidad con la Alemania nazi en la agresión a Polonia, el Servicio de Contraespionaje Exterior ruso (SVR) presentará mañana en Moscú una recopilación de documentos de sus archivos con los que se pretende demostrar que Varsovia también consensuó con los nazis determinadas acciones contra el Estado soviético.
Vía| ABC
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