La comisión gubernamental formada para investigar la movilización forzosa de coreanos por parte de Japón en la era colonial (entre 1910 y 1945) afirma que a los empleados les sirvieron la carne de sus colegas que habían muerto. Así se extrae de una investigación que se ha alargado durante tres años. Las fuerzas niponas se habían quedado sin reservas alimentarias y entonces decidieron camuflar la carne de las víctimas como "carne de ballena".
Los coreanos que sobrevivieron a la tragedia relataron casos de canibalismo, pero esta es la primera vez que el Gobierno avala estos testimonios. De acuerdo con la investigación, los trabajadores mataron a los siete únicos soldados japoneses que supervisaban la construcción de la pista en el atolón Mili.
Los sublevados creían que su rebelión había triunfado y pretendían rendirse a tropas estadounidenses al día siguiente, pero las fuerzas japonesas destinadas a una isla cercana atacaron el atolón. No todos los coreanos fallecieron en el ataque.
Para realizar el informe los investigadores escucharon los testimonios de algunos de los supervivientes. Estos aseguraron que las sospechas comenzaron con la desaparición de algunos de sus compañeros, poco antes de encontrar un cuerpo al que le faltaba parte de la carne.
"El 'incidente japonés de canibalismo' parece ser cierto cuando vemos que no son meras pruebas o testimonios circunstanciales, aunque lo hemos demostrado con dificultad", ha declarado Jo Geon, miembro de la comisión.
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