La muestra, titulada "En los campos nazis", se compone de esculturas, cuadros, dibujos o maquetas elaboradas por supervivientes del campo de concentración austríaco.
Salvo uno de los autores, ninguno era profesional del arte, pero todos ellos vieron la necesidad de transmitir lo vivido para luchar contra la ignorancia de los crímenes cometidos.
Entre los creadores figuran Manuel Alfonso Ortells, Ramón Milá Ferrerons, Juan García Gisbert, Enrique Martín Hernández, Francisco Mateu Sanchís y Eduardo Muñoz, éste último artista profesional y amigo de Picasso.
Ramiro Santiesteban, de 88 años, uno de los supervivientes españoles de Mauthausen, ha estado presente hoy en la inauguración de la exposición en el Archivo Histórico de Álava, junto al director general del Libro, Archivos y Bibliotecas del Gobierno español, Rogelio Blanco, el delegado del Gobierno en el País Vasco, Mikel Cabieces, y el director del Archivo, José Antonio Sáinz.
Las piezas expuestas proceden de dos colecciones donadas al Ministerio de Cultura por la Federación Española de Deportados e Internados Políticos (FEDIP) y por la familia de Ángel Hernández García (Hernán), todas ellas conservadas en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca.
El director general del Libro, Archivos y Bibliotecas ha hecho hincapié en el "dramatismo" de las piezas que se exponen en la muestra y ha indicado que el objetivo es que los deportados que sobrevivieron a aquella experiencia no caigan en el olvido porque eso sería "una segunda violencia".
Ha confiado en que esta muestra, que ya estado abierta al público en Salamanca y ahora en Vitoria, recorra otras ciudades españolas y europeas y ha recordado que fueron 7.000 los españoles que fueron deportados a campos de concentración nazis, de los cuales sobrevivieron alrededor de un tercio.
Blanco ha subrayado el esfuerzo que está haciendo el Gobierno por poner nombres y apellidos a las víctimas españolas de los campos de concentración nazis y a las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo, y ha dicho que aspiran a poner nombres y apellidos a más de cuatro millones de víctimas que se produjeron entre el año 1936 y 1975.
No creo que se pueda olvidar tan fácilmente el horror aquél.
ResponderEliminarDe todas formas no está mal esa iniciativa.
Un saludo.