martes, 3 de noviembre de 2009

General Philippe Lecrerc, ejército francés



Philippe-Marie Leclerc nació el 22 de noviembre de 1902 en el Château Belloy-Santo-Leonard, Francia y murió el 28 de noviembre de 1947 en Colomb-Bechar, Argelia. Vizconde de Hauteclocque, también fue conocido como Jacques-Philippe de Hauteclocque aunque alcanzó fama mundial como Philippe Leclerc, su "nombre de guerra".

Educado en el seno de una familia de clase alta francesa, Leclerc se graduó en dos prestigiosas academias militares, en la de Saint-Cyr (1924) y en la de Saumur (1925).
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, Leclerc es de los militares franceses que desde un primer momento se alza en contra de los alemanes enfrentándose a muchos de sus compatriotas que no ven con malos ojos la invasión germana. Ingenioso y capaz capitán de caballería (Leclerc es uno de los padres de la "guerra moderna" en esos momentos en Francia, en contraposición a las anticuadas tácticas que siguen vigentes desde la Gran Guerra), lidera una de los pocas ofensivas terrestres contra los nazis pero es herido y capturado en 1939.
Sin embargo Leclerc logra evadirse y consigue llegar a Inglaterra donde se une sin dudar al llamamiento del general Charles de Gaulle quien pretende reunir a los "franceses libres". Es en ése momento cuando adopta el seudónimo de "Leclerc" para evitar represalias de los alemanes contra su familia que aún vive en Francia.

Recién ascendido a coronel por De Gaulle, Leclerc consigue las primeras victorias militares de la Francia Libre en África. Es en Kufra, tras arrebatar un fortín a los italianos, donde Leclerc realiza su célebre juramento: no parar jamás hasta que la bandera francesa ondee en Estrasburgo (Juremos no depositar las armas hasta que nuestros colores, nuestros hermosos colores, ondeen sobre la catedral de Estrasburgo). Estos éxitos le valen su ascenso a general de brigada tras lo que efectúa una espectacular incursión en territorio enemigo de más de 1.600 kilómetros entre Sábalo y Trípoli (Libia), logrando contactar con el 8ú Ejército Británico, tras capturar diversas guarniciones del Eje.
Respetado y admirado por los hombres que sirven bajo su mando, a los que anima a tomar sus propias decisiones, Leclerc encuentra entre los españoles que comanda el "modelo" de combatiente que mejor se adapta a su modo de hacer la guerra. Los veteranos españoles son fervientes antifascistas, en ocasiones demasiado arriesgados, pero Leclerc no lo es menos ya que (a pesar de los reproches del Alto Mando aliado) siempre está en primera línea de batalla, con sus hombres, lo cual lo convierte en un oficial altamente respetado por la tropa y denostado por la alta oficialidad.
Tras la campaña africana, Leclerc es promovido a general y participa en el Desembarco de Normandía el 1 de agosto de 1944. Sus principales logros son las capturas de Alençon y Argentan, sirviendo encuadrado dentro del 3er Ejército de EEUU de Patton. A finales de mes, el Alto Mando aliado duda de la conveniencia de tomar París, una ciudad sublevada contra los alemanes y que espera desesperada la llegada de los aliados.
Sin embargo Eisenhower decide en primera instancia que París es un serio problema de logística para sus ejércitos por lo que ordena que se rodee la capital. El 20 de agosto las unidades de la 2ª División Blindée, con la 9ú Compañía siempre en vanguardia, se halla a pocos kilómetros de París, pero recibe la orden de replegarse hasta recibir nuevas órdenes.

En su retirada, la columna del capitán Dronne, quien comanda a los queridos "cosacos" de Leclerc se encuentra precisamente con éste, apoyado sobre su bastón en un lado de la carretera.
Con tono enfadado, Leclerc le pregunta a Dronne que a dónde demonios va y éste le replica que ha recibido órdenes de replegarse. Es aquí donde Leclerc formula una de sus más célebres citas: Dronne, las órdenes estúpidas no se cumplen, tome cuanto necesite y marche hacia París. Tome París con la seguridad de que mañana toda la división estará allí.
Así es como se forja la leyenda de la toma de París. El capitán Dronne forma una improvisada columna mecanizada con varios semi-orugas M3 montados por españoles pertenecientes a la 9ú Co. "La Nueve" y varios carros de combate medios M4 Sherman del 501ú Regimiento de Carros de Combate. El resto es de sobras conocido.
No acaban aquí sus éxitos. El 23 de noviembre de 1944 consigue cumplir su juramento y libera Estrasburgo a lo que sigue la captura del Nido de las Águilas en Berchtesgaden, en dura pugna con la 101ª División Aerotransportada de EEUU que persigue el mismo objetivo (pese a lo que digan los autores norteamericanos, las primeras tropas en alcanzar este reducto alemán fueron los hombres de Leclerc, con los españoles una vez más, a la cabeza).

En julio de 1945, Leclerc es nombrado Comandante de la Fuerza Expedicionaria francesa en Extremo Oriente; año en el que cambia legalmente su nombre real, Philippe-Marie, vizconde de Hautecloque, por el de Jacques-Philippe Leclerc de Hautecloque, aunque continúa usando su seudónimo de tiempo de guerra.
En marzo de 1946 es enviado a Indochina ocupada por los franceses, donde se da cuenta de que la naturaleza de los problemas que hay allí es más política que militar por lo que despierta recelo en Francia. Aunque desmiente formalmente esas insinuaciones, renuncia al puesto por lo que es nombrado Inspector General de las Fuerzas Francesas en África del Norte en julio de 1946.
Su muerte tiene lugar tras un accidente de aviación el 28 de noviembre de 1947 en Colomb-Béchar, Argelia. Su entierro se efectúa en la Cripta de los Inválidos.

En 1952 el gobierno del francés lo nombra a título póstumo mariscal de Francia.

4 comentarios :

  1. Un personaje interesante, un referente para los republicanos españoles que combatieron en Francia, y un ejemplo de vida entregada a una causa para los franceses.

    ResponderEliminar
  2. Un gran general francés, eclipsado por la figura de De Gaulle.

    ResponderEliminar
  3. Un criminal de guerra que fusilo a 12 soldados franceses que habián combatido en Rusia con los Alemanes sin formación de juicio

    ResponderEliminar