martes, 8 de febrero de 2011

Caso ‘Cappellini’, el submarino italiano acogido en Ceuta

España nunca entró oficialmente en la Segunda Guerra Mundial, incluso el Gobierno franquista declaró públicamente su neutralidad en el conflicto, pero lo cierto es que durante la contienda el Estado español prestó ayuda a las potencias del Eje, a quienes Franco debía buena parte de su victoria en la Guerra Civil Española.

Uno de estos episodios se vivió en Ceuta, plaza que revestía especial importancia por encontrarse cerca de Tánger, ciudad internacional ocupada por los españoles en 1940, y sobre todo del Peñón de Gibraltar, colonia británica que resguardaba el paso de los buques aliados al Mediterráneo y era por tanto muy codiciada por los alemanes (y, cómo no, por los españoles).

En la madrugada del 15 de junio de 1940 el submarino italiano ‘Cappellini’ atracó en el puerto ceutí, con el permiso de las autoridades españolas, para ser reparado de los daños que había sufrido tras un ataque con cargas de profundidad por los buques de la Armada inglesa en la zona de Punta Almina, momento que inicia un interesante episodio de la guerra que salió del olvido gracias a un trabajo de investigación realizado por Emilio Umbría Cruz y Verónica Rivera Reyes, editado por el Instituto de Estudios Ceutíes en el marco de las ‘VII Jornadas de Historia de Ceuta’ y que está a disposición de quienes deseen leerlo en la página especializada U-historia.com.
El estudio aporta una carta informativa fechada el 15 de junio de 1940 y redactada por el ingeniero naval Serafín Pérez en la que informa a Francisco Jiménez, por entonces jefe de las Fuerzas Navales españolas del Norte de África y el Estrecho de Gibraltar. En dicha misiva el ingeniero indica que, cumpliendo lo ordenado, se había inspeccionado en el Puerto de Ceuta el estado del submarino italiano ‘Cappellini’ y se da cuenta de que estaría reparado en unos quince días.

Dos días después, el ministro español de Asuntos Exteriores, Juan Beigbeder y Atienza, recibe una carta del embajador británico en la que le informaba de que un submarino italiano había atacado a un destructor bajo pabellón de la ‘Unión Jack’ desde aguas jurisdiccionales, en clara violación de las leyes internacionales. Además, el representante de Londres exigía a la diplomacia española que aclarase cuánto tiempo estría dispuesto a permitir el Gobierno español que permaneciese el submarino italiano en sus aguas jurisdiccionales.

Esta carga provoca que Francisco Jiménez redacte un informe para Madrid con el estado de la cuestión. En el documento, el jefe de las Fuerzas Navales en la zona comunica al Gobierno español que “el 14 de junio de 1940 a las 2:00 horas entró en el puerto navegando en superficie y con sus luces de navegación encendidas el submarino ‘Cappellini’” Según la versión ofrecida por el capitán de corbeta italiano Cristiano Masi el submarino había sufrido una avería después de sufrir un ataque con cargas de profundidad por parte de buques británicos cerca de la ciudad de Ceuta. Pérez también daba plazos para la reparación del submarino.

La Embajada británica siguió presionando hasta que el 23 de junio el ‘Cappellini’ abandona el puerto ceutí sin que ningún patrullero británico lograra avistarlo. Londres remitió una dura misiva en la que acusaba a España de desinformación y malas actuaciones para encubrir la huida de los italianos y Madrid se defendió arguyendo varias disposiciones de Derecho Internacional. Se a como fuere el ‘Cappellini’ se salvó.

El ‘Cappellini’ sirvió bajo los tres pabellones del Eje Roma-Berlín-Tokio

Tras el episodio en Ceuta el sumergible italiano ‘Cappellini’ vivió una azarosa trayectoria bélica. En principio, regresó a Italia de donde regresó al Estrecho de Gibraltar, en cuyas aguas hundió el 15 de octubre de 1940 al carguero belga ‘Kabalo’, de 5.186 toneladas. Los italianos recogieron a 16 náufragos del barco enemigo que fueron desembarcados en las Islas Azores. Después regresó al puerto de Burdeos el 5 de noviembre.

A finales de 1940 partió hacia el Atlántico y hundió en un gran duelo al vapor británico armado ‘Shakespeare’, de 5.029 toneladas, cerca de las costas canarias. Continuó patrullando las costas de Sierra Leona donde derribó al vapor británico de transporte de tropas ‘Eumaneus’, de 7.472 toneladas. 23 súbditos de la Gran Bretaña fallecieron.

Finalizado el combate, y mientras acudía a las señales de auxilio británicas, fue alcanzado por dos bombas lanzadas desde un avión. Sufrió severos daños y buscó refugio en el puerto español de La Luz (Gran Canaria) con la autorización de las autoridades, repitiéndose el amparo que había recibido en Ceuta.

Tras una temporada en su base de Burdeos, el submarino zarpó el 17 de noviembre de 1941 hacia las Islas Azores en compañía del submarino ‘Da Vinci’. Después de interceptar al buque británico ‘Miguel de Larringa’, de 5.320 toneladas, regresó en mal estado a Burdeos el 29 de diciembre.

En 1942 volvió al Atlántico donde atacó a un carguero sueco el 19 de mayo y hundió a un petrolero inglés el 31 de mayo. Volvió a Francia.

En septiembre acudió a una misión humanitaria en Sierra Leona y regresó nuevamente a las costas galas de donde partió a Brasil.

En 1943 se convirtió en un submarino de carga. Le aconteció el armisticio italiano en Singapur y pasó a la Armada alemana. Tras la derrota teutona fue utilizado por los japoneses, hasta su rendición. Estado Unidos hundió el submarino en agosto de 1945.

Un apasionado de la historia submarina en el África española

Emilio Umbría Cruz, profesor de Educación Física en el IES Almira, es un apasionado del mundo marino, pero muy especialmente de la historia bélica submarina en torno a las plazas españolas del Norte de África.

Además de ‘La presencia del submarino ‘Cappellini’ en el puerto de Ceuta: La supuesta neutralidad de España en la II Guerra Mundial’, elaborado junto a Verónica Rivera Reyes y editado por el Instituto de Estudios Ceutíes, el profesor Umbría ha estudiado otros aspectos históricos relacionados con el litoral español.

Así, los visitantes de la página especializada U-historia.com encontrarán la investigación ‘Submarinos franceses en el puerto de Ceuta, que analiza la visita que realizaron a la ciudad española una escuadra de buques de guerra galos el 20 de mayo de 1933 que incluía varios sumergibles.

El mismo portal histórico aloja otro trabajo de Umbría titulado ‘Sumergibles Italianos en la Guerra Civil Española y luego en la Segunda Guerra Mundial’, en el que se da a conocer una pequeña síntesis histórica de los sumergibles italianos que combatieron a favor del Ejército franquista desde noviembre de 1936 a febrero de 1939 y su posterior intervención en la II contienda mundial.

Según el caudal de información recopilado por Umbría, un total de 194 buques de la Armada italiana participaron en la Guerra Civil española. 58 de ellos eran sumergibles que realizaron misiones en aguas jurisdiccionales españolas e italianas, algunas exitosas y otras no tanto, y el resto 136 buques de superficie.

Además, Emilio Umbría participó en la serie de conferencias ‘En Guerra ajena, Melilla y el Protectorado en la Segunda Guerra Mundial’ que tuvo lugar en el Centro Asociado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) de Melilla entre los días 20 y 23 de abril del año pasado.

La intervención de Umbría, titulada ‘El incidente del U-617. El submarino de Sammar’, trató sobre el submarino alemán U-617 que, al mando de su comandante Albrecht Brandi, embarrancó cerca de la desembocadura del río Kert perseguido por navíos aliados el 12 de septiem,bre de 1943. Su dotación fue alojada en Taouima, trasladada a Xauen, Ceuta y finalmente al Arsenal de La Carraca en San Fernando, provincia de Cádiz. El propio Brandi, después de numerosas peripecias, volvió a comandar dos submarinos en la contienda.

1 comentario :

  1. Está claro que la posición de España no era la neutralidad sino la no beligerancia, de ahí que aunque no interviniera directamente en guerra sí había colaboración con las potencias del eje, como muestra esta entrada.
    Un saludo.

    ResponderEliminar