La fiscalía dijo en un comunicado que Sandor Kepiro, quien regresó a Budapest desde Argentina en 1996, había sido acusado por crímenes de guerra cometidos en una ejecución de civiles en 1942 en Novi Sad.
Kepiro niega cualquier crimen. El Centro Simon Wiesenthal, que localiza a criminales de guerra, ha pedido su procesamiento desde hace cinco años.
Hungría lanzó una investigación sobre el caso en el 2007 y los cargos actuales se basan en documentos obtenidos de archivos en el país y en Serbia, dijo la oficina.
"Tuvimos que pedir los documentos desde Belgrado varias veces porque una y otra vez aparecían nuevos documentos relevantes", dijo Gabriella Skoda, una portavoz de la fiscalía.
Skoda agregó que no estaba claro cuándo la Corte de Budapest podría comenzar el juicio. Unos 1.000 civiles -serbios, judíos y gitanos- fueron asesinados en la masacre de Novi Sad en 1942.
Partes de Serbia fueron ocupadas por tropas húngaras en momentos en que Hungría, aliado de la Alemania nazi, luchaba para recapturar zonas de su territorio perdidas en la Primera Guerra Mundial.
Kepiro negó que haya cometido crímenes o sido testigo, diciendo que su trabajo era sólo supervisar a las patrullas de gendarmes en una incursión de tres días contra miembros de la resistencia en Novi Sad.
"Lo siento por todas las personas inocentes que murieron allí", había dicho a Reuters en una entrevista en el 2007. "Pero no hice nada por lo que debería ser acusado (...) No sé por qué dicen esas cosas imposibles, sólo porque era un oficial de policía", agregó.
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