Alrededor de 250 mil personas han visitado, desde octubre pasado, la exposición “Hitler y los alemanes”, en el Museo de Historia Alemana, de esta ciudad, lo que demuestra el interés que despertó la primera colectiva dedicada a la figura del dictador desde 1945.
A una semana del cierre de la muestra, el recinto comunicó esta estadística, y recordó que debido al gran y constante interés, la exposición tuvo que ser prolongada por tres semanas más, pues estaba programado su cierre a principios de febrero.
Con una mirada a la fascinación que el dictador nazi logró ejercer en la población alemana, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial se realizó una exposición centrada únicamente en la figura del “Fuhrer”.
En total, se mostraron 600 objetos originales y 400 documentos entre fotos, películas y libros, que testimonian la penetración del dictador en la vida diaria de los alemanes, presentados aquí no solo como víctimas, sino como cómplices pasivos de los horrores de la época nazi.
Es evidente que el tema es todavía muy sensible y que el riesgo de que la exposición se convirtiese en una meca de peregrinaje para los nostálgicos o para los jóvenes “neonazis” ha pesado en la preparación de la exposición.
“Desde luego llaman más la atención las exposiciones acerca de personajes negativos que positivos”, dijo en ocasión de la presentación de la exposición el comisario Hans Ulrich Thamer, quien destacó que para evitar que la muestra se convirtiese en una meta de fanáticos, se evitó exponer objetos que pertenecieron directamente a Adolfo Hitler o uniformes originales de sus colaboradores.
Por las razones indicadas, se tuvieron que tomar algunas precauciones: fuera del museo, no están colgadas banderas con imágenes de Hitler o símbolos nazi, tal y como suele suceder con imágenes de publicidad de otras exposiciones, asimismo, el manifiesto de la exposición, no presenta algún tipo de imagen.
“No es un tabú, sino una cuestión legal por la que no se pueden colgar afuera símbolos nazis, dentro podemos hacerlo porque es tema de investigación”, explicó Thamer.
A una semana del cierre de la muestra, el recinto comunicó esta estadística, y recordó que debido al gran y constante interés, la exposición tuvo que ser prolongada por tres semanas más, pues estaba programado su cierre a principios de febrero.
Con una mirada a la fascinación que el dictador nazi logró ejercer en la población alemana, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial se realizó una exposición centrada únicamente en la figura del “Fuhrer”.
En total, se mostraron 600 objetos originales y 400 documentos entre fotos, películas y libros, que testimonian la penetración del dictador en la vida diaria de los alemanes, presentados aquí no solo como víctimas, sino como cómplices pasivos de los horrores de la época nazi.
Es evidente que el tema es todavía muy sensible y que el riesgo de que la exposición se convirtiese en una meca de peregrinaje para los nostálgicos o para los jóvenes “neonazis” ha pesado en la preparación de la exposición.
“Desde luego llaman más la atención las exposiciones acerca de personajes negativos que positivos”, dijo en ocasión de la presentación de la exposición el comisario Hans Ulrich Thamer, quien destacó que para evitar que la muestra se convirtiese en una meta de fanáticos, se evitó exponer objetos que pertenecieron directamente a Adolfo Hitler o uniformes originales de sus colaboradores.
Por las razones indicadas, se tuvieron que tomar algunas precauciones: fuera del museo, no están colgadas banderas con imágenes de Hitler o símbolos nazi, tal y como suele suceder con imágenes de publicidad de otras exposiciones, asimismo, el manifiesto de la exposición, no presenta algún tipo de imagen.
“No es un tabú, sino una cuestión legal por la que no se pueden colgar afuera símbolos nazis, dentro podemos hacerlo porque es tema de investigación”, explicó Thamer.
Esta comprobado que el morbo por lo prohibido llama mas al ser humano.
ResponderEliminarSobre el no exhibir uniformes de colaboradores directos de Hitler lo veo una tontería por lo de que se convierta en un lugar de culto si al fin y al cabo al poco tiempo iban a cerrar la exposición, seria de gran ayuda para coleccionistas e historiadores ver esas piezas tan poco exhibidas en libros.
Un saludo.