La ministra austríaca del Interior, Maria Fekter, calificó hoy el plan de saneamiento como un desafío necesario para lograr "una readaptación moderna" de Mauthausen.
"Con ello damos una muestra de que la República asume la responsabilidad nacional e internacional de recordar a las víctimas del régimen nacionalsocialista. Una señal también contra la intolerancia, el racismo y el antisemitismo", afirmó Fekter.
La licitación para la primera fase del proyecto, que además de un saneamiento de uno de los edificios incluye una nueva exposición permanente y otra sobre los asesinatos en masa cometidos por los nazis en Mauthausen, la ganó el grupo de arquitectura "argeMarie".
También se instalará un "Espacio de los nombres" en memoria de todas las víctimas del campo de concentración y exterminio.
Los trabajos deberán estar concluidos en 2013 y costarán 1,7 millones de euros.
Fekter recordó que Mauthausen es el lugar más evidente en Austria sobre la memoria histórica de los crímenes nazis, y subrayó su importancia internacional dado el alto número de otros nacionales recluidos allí durante la Segunda Guerra Mundial.
Mauthausen, a unos 160 kilómetros al oeste de Viena, fue entre 1940 y 1945 un campo de concentración de la categoría III, lo que significaba que los prisioneros enviados allí no debían salir con vida.
Se calcula el centro conmemorativo recibe unas 200.000 visitas anuales.
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