El nuevo memorial es el cuarto mayor del mundo, después del Museo del Holocausto Yad Vashem de Jerusalén, el Museo Memorial del Holocausto de Washington y el Museo Judío de Berlín.
En marzo de 1943, con Macedonia ocupada por tropas nazis y el país bajo control de una Bulgaria aliada de Hitler, los judíos macedonios comenzaron a ser deportados al campo de exterminio de Treblinka, en Polonia.
La mayoría de ellos fueron arrestados en las ciudades de Skopje, Bitola y Stip durante la noche del 11 al 12 de marzo, introducidos a la fuerza en trenes y enviados a la muerte.
"(Macedonia) perdió una parte vital de su tejido nacional, cultural y económico", reconoció el presidente de Macedonia, Gjorge Ivanov, durante la inauguración del memorial, en el centro de Skopje, la capital del país.
La ceremonia, en la que participaron altos cargos políticos, jerarcas religiosos macedonios y representantes de Israel, comenzó con la introducción en el complejo de tres urnas con cenizas procedentes de Treblinka.
En aquel campo de exterminio se colocó ya en 2008 una placa con la inscripción "Macedonia", en recuerdo de los judíos del país que fueron allí asesinados.
"Recuerdo cómo estuve mirando por la ventana a los soldados fascistas que maltrataban a mis abuelos, a mi tío, a mi sobrino, que tenía entonces, como yo, 5 años. El tren luego los llevó a la muerte. Todavía recuerdo el amargo grito de mi madre", declaró Isaac Adizes, un superviviente de la persecución nazi en Macedonia.
La ceremonia concluyó con oraciones judías y salvas de honor lanzadas por el Ejército macedonio.
El memorial abarca una superficie de 2.700 metros cuadrados, y su construcción ha sido financiada con recursos procedentes de la privatización de los bienes de familias judías sin descendientes que fueron nacionalizados por los comunistas.
El memorial incluye un museo en el que serán guardados documentos y pertenencias de los judíos víctimas del Holocausto, y también un centro para la celebración de ceremonias y actos.
El complejo se encuentra en el antiguo barrio judío de Skopje ("Evrejsko maalo", en macedonio), una zona céntrica a pocos metros de la orilla del río Vardar.
En esa zona se levantaban bellísimas casas de las familias judías más acomodadas, de las que ahora sólo quedan fotografías, ya que muchas de ellas fueron destruidas en un fuerte terremoto que arrasó Skopje en 1963.
Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, las autoridades de Yugoslavia, de la que Macedonia formó parte, condenaron en numerosas ocasiones la matanza de judíos a manos de los nazis.
El historiador Todor Chepreganov, explicó hoy a Efe que, cuando ocurrió la deportación de los judíos, Macedonia estaba bajo la ocupación de Bulgaria. "En esa época no había autoridades macedonias, sino del Estado búlgaro. Si alguien tiene que pedir perdón, es Bulgaria", agregó el historiador.
Hoy día, la comunidad judía en Macedonia es de apenas unos cientos de personas.
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