El tercer criminal nazi más buscado, Samuel Kunz, de 89 años, falleció el pasado jueves sin llegar a ser procesado por crímenes contra la humanidad, según informó la fiscalía de Bonn. Kunz, guarda del campo de concentración nazi de Belzec (Polonia) desde enero de 1942 hasta julio de 1943, estaba acusado de haber matado personalmente a diez personas y de participar en el asesinato de otros 430.000 prisioneros.
El juicio contra Kunz estaba previsto para la próxima primavera tras varios retrasos, el último a petición del propio juez, quien solicitó nuevas investigaciones sobre el acusado en el registro de criminales de guerra de Dortmund. Tras la guerra, Kunz vivió cerca de Bonn hasta su jubilación como operario del ministerio federal de la Construcción. Las investigaciones contra Kunz se iniciaron durante el proceso que se sigue actualmente en Múnich contra el supuesto criminal nazi John Demjaniuk por la muerte de 27.900 judíos en el campo de concentración nazi de Sobibor.
El fiscal Andreas Brendel ha lamentado la suspensión del juicio y ha señalado que "hubiera sido una buena oportunidad para aclarar la masacre judía, en especial la del campo de la muerte de Belzec".
El director del Centro Wiesenthal de Jerusalén, Efraim Zuroff, expresó su decepción por el hecho de que Kunz no pueda ser juzgado. "El hecho de que Kunz pudiera vivir durante décadas en Alemania sin ser juzgado es el resultado de un fallo en la estrategia de investigación: la de que quien no fuera un oficial desconocía el Holocausto", dijo Zuroff. El director del Centro Wiesenthal conminó a las autoridades alemanas a "solucionar rápidamente otros casos similares dada la elevada edad de muchos de los acusados".
En la lista de criminales nazis más buscados permanecen, entre otros, el húngaro Sandor Kepiro, ex oficial de policía que presumiblemente participó en una matanza de 1.200 civiles en Novi Sad (Serbia), o el entonces jefe de policía croata Milivoj Asner, quien colaboró en la deportación de serbios y judíos. Entre los alemanes más buscados por crímenes de guerra está Adolf Storms, suboficial de las SS que asesinó presuntamente a 58 trabajadores forzosos judíos.
El juicio contra Kunz estaba previsto para la próxima primavera tras varios retrasos, el último a petición del propio juez, quien solicitó nuevas investigaciones sobre el acusado en el registro de criminales de guerra de Dortmund. Tras la guerra, Kunz vivió cerca de Bonn hasta su jubilación como operario del ministerio federal de la Construcción. Las investigaciones contra Kunz se iniciaron durante el proceso que se sigue actualmente en Múnich contra el supuesto criminal nazi John Demjaniuk por la muerte de 27.900 judíos en el campo de concentración nazi de Sobibor.
El fiscal Andreas Brendel ha lamentado la suspensión del juicio y ha señalado que "hubiera sido una buena oportunidad para aclarar la masacre judía, en especial la del campo de la muerte de Belzec".
El director del Centro Wiesenthal de Jerusalén, Efraim Zuroff, expresó su decepción por el hecho de que Kunz no pueda ser juzgado. "El hecho de que Kunz pudiera vivir durante décadas en Alemania sin ser juzgado es el resultado de un fallo en la estrategia de investigación: la de que quien no fuera un oficial desconocía el Holocausto", dijo Zuroff. El director del Centro Wiesenthal conminó a las autoridades alemanas a "solucionar rápidamente otros casos similares dada la elevada edad de muchos de los acusados".
En la lista de criminales nazis más buscados permanecen, entre otros, el húngaro Sandor Kepiro, ex oficial de policía que presumiblemente participó en una matanza de 1.200 civiles en Novi Sad (Serbia), o el entonces jefe de policía croata Milivoj Asner, quien colaboró en la deportación de serbios y judíos. Entre los alemanes más buscados por crímenes de guerra está Adolf Storms, suboficial de las SS que asesinó presuntamente a 58 trabajadores forzosos judíos.
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