Adolf Hitler envió a su retratista de confianza a inmortalizar la despedida de la Legión Condor tras su participación en la Guerra Civil al lado del Ejército franquista. Hugo Jaeger, maestro del color, escondió las imágenes tras la derrota nazi en 1945 para evitar represalias y consiguió venderlas a la revista Life en 1965.
SALVADOR RODRÍGUEZ VIGO Del mismo modo que la Guerra Civil española sirvió al III Reich como campo de pruebas de la eficiencia de su incipiente poderío militar, para el propio Führer el conflicto bélico en España derivó también en la ocasión propicia para mostrar las imágenes de las primeras victorias de su ejército, esto es, la base de un aparato propagandístico muy bien estudiado que, si con el blanco y negro, era ya de por sí rotundo y contundente, a todo color exhibía una espectacularidad casi inédita en la época, pues no olvidemos que, en 1936, eran muy escasos todavía los fotógrafos que se atrevían a experimentar con el color, y mucho menos en exteriores.
Seguramente fue esa la razón por la que, de entre sus tres fotógrafos de confianza, Adolf Hitler eligió a Hugo Jaeger para retratar los homenajes que, tras el triunfo de Franco, se le tributaron en nuestro país a la Legión Condor. Cuando la prestigiosa revista norteamericana Life procedió a clasificar las fotos que había adquirido, en 1965, a Jaeger, creyó que la instantánea del desfile de falangistas correspondía a los actos celebrados en la capital de España cuando, en realidad, pertenecía a los fastos de despedida de las tropas alemanas que tuvieron lugar el 24 de mayo de 1939 en la ciudad de Vigo.
Lo que a estas alturas no ha podido ser contrastado es si Hugo Jaeger acompañó a la Legión Cóndor desde su mismo viaje de partida a España, al inicio de la guerra, o lo hizo al final. Todo parece indicar que ocurrió esto último, pues no se conserva ninguna foto de Jaeger en primera línea del frente.
Legión Condor fue el nombre con que se bautizó a la fuerza de intervención alemana en España en favor del bando franquista. Surtida, mayormente, por aviones y pilotos de la Luftwaffe, a medida que fue avanzado la guerra incorporó a sus filas a soldados de la Wehrmacht, las fuerzas armadas bajo cuyo peso cayó precisamente tres meses después la invasión de Polonia, es decir, el capítulo inicial de la Segunda Guerra Mundial.
Constituida en su primera fase por 3.800 hombres al mando del coronel Von Richtofen, al final de la guerra el contingente de soldados de la Cóndor que se había movilizado en España ascendía a alrededor de 5.000. Aviones, tanques de combate, artillería antitanque y antiaérea y varias secciones de vehículos de combate constituían el material de guerra de esta unidad.
Homenaje a la Legión Condor
Protagonista de numerosas ofensivas del ejército franquista sobre el territorio en manos dela República, los aviones de la Condor pasaron tristemente a la Historia por ser los artífices del bombardeo indiscriminado que sufrió la ciudad vasca de Gernika -plasmado por Pablo Picasso en su famoso cuadro-, una operación que incluso los propios franquistas atribuyeron a una "iniciativa personal" de Richtofen (hijo del legendario BarónRojo, de la Primera Guerra Mundial). De lo que no cabe duda es de que aquella vanguardia militar del III Reich estaba compuesta por soldados durísimos, bien preparados y dispuestos siempre para cualquier operación.
Finalizada la guerra, cuando se supo que Vigo iba a protagonizar el "acto de despedida" a aquellos alemanes, las nuevas autoridades de la ciudad, emanadas de la victoria fascista, se dispusieron a convertir la del 24 de mayo de 1939 en una jornada histórica. Eso sí, los fastos se engalanaron como de "homenaje al general Aranda" Hugo Jaeger, fotógrafo del Führer, escondió las imágenes tras la derrota nazi en 1945, y diez años después las depositó en una cámara acorazada, para venderlas en 1965.
SALVADOR RODRÍGUEZ VIGO Del mismo modo que la Guerra Civil española sirvió al III Reich como campo de pruebas de la eficiencia de su incipiente poderío militar, para el propio Führer el conflicto bélico en España derivó también en la ocasión propicia para mostrar las imágenes de las primeras victorias de su ejército, esto es, la base de un aparato propagandístico muy bien estudiado que, si con el blanco y negro, era ya de por sí rotundo y contundente, a todo color exhibía una espectacularidad casi inédita en la época, pues no olvidemos que, en 1936, eran muy escasos todavía los fotógrafos que se atrevían a experimentar con el color, y mucho menos en exteriores.
Seguramente fue esa la razón por la que, de entre sus tres fotógrafos de confianza, Adolf Hitler eligió a Hugo Jaeger para retratar los homenajes que, tras el triunfo de Franco, se le tributaron en nuestro país a la Legión Condor. Cuando la prestigiosa revista norteamericana Life procedió a clasificar las fotos que había adquirido, en 1965, a Jaeger, creyó que la instantánea del desfile de falangistas correspondía a los actos celebrados en la capital de España cuando, en realidad, pertenecía a los fastos de despedida de las tropas alemanas que tuvieron lugar el 24 de mayo de 1939 en la ciudad de Vigo.
Lo que a estas alturas no ha podido ser contrastado es si Hugo Jaeger acompañó a la Legión Cóndor desde su mismo viaje de partida a España, al inicio de la guerra, o lo hizo al final. Todo parece indicar que ocurrió esto último, pues no se conserva ninguna foto de Jaeger en primera línea del frente.
Legión Condor fue el nombre con que se bautizó a la fuerza de intervención alemana en España en favor del bando franquista. Surtida, mayormente, por aviones y pilotos de la Luftwaffe, a medida que fue avanzado la guerra incorporó a sus filas a soldados de la Wehrmacht, las fuerzas armadas bajo cuyo peso cayó precisamente tres meses después la invasión de Polonia, es decir, el capítulo inicial de la Segunda Guerra Mundial.
Constituida en su primera fase por 3.800 hombres al mando del coronel Von Richtofen, al final de la guerra el contingente de soldados de la Cóndor que se había movilizado en España ascendía a alrededor de 5.000. Aviones, tanques de combate, artillería antitanque y antiaérea y varias secciones de vehículos de combate constituían el material de guerra de esta unidad.
Homenaje a la Legión Condor
Protagonista de numerosas ofensivas del ejército franquista sobre el territorio en manos dela República, los aviones de la Condor pasaron tristemente a la Historia por ser los artífices del bombardeo indiscriminado que sufrió la ciudad vasca de Gernika -plasmado por Pablo Picasso en su famoso cuadro-, una operación que incluso los propios franquistas atribuyeron a una "iniciativa personal" de Richtofen (hijo del legendario BarónRojo, de la Primera Guerra Mundial). De lo que no cabe duda es de que aquella vanguardia militar del III Reich estaba compuesta por soldados durísimos, bien preparados y dispuestos siempre para cualquier operación.
Finalizada la guerra, cuando se supo que Vigo iba a protagonizar el "acto de despedida" a aquellos alemanes, las nuevas autoridades de la ciudad, emanadas de la victoria fascista, se dispusieron a convertir la del 24 de mayo de 1939 en una jornada histórica. Eso sí, los fastos se engalanaron como de "homenaje al general Aranda" Hugo Jaeger, fotógrafo del Führer, escondió las imágenes tras la derrota nazi en 1945, y diez años después las depositó en una cámara acorazada, para venderlas en 1965.
Eso se llama ser previsor y pensar en el futuro: guardar las imágenes para mejor ocasión.
ResponderEliminarUn saludo.