viernes, 4 de febrero de 2011

La oculta vida sexual de Hitler

Siguiendo su habitual redundancia, la Real Academia Española define erotómano (o erotómana), como aquella persona que parece erotomanía. Una segunda consulta nos despeja por fín las dudas: "enajenación mental causada por el amor y caracterizada por un delirio erótico". Y no tiene ningún reparo en definirse así SusanaMoo, la autora del blog que lleva este nombre, en el que hemos encontrado algunas curiosidades y suposiciones sobre la vida sexual de uno de los personajes más controvertidos de la historia.

Se han escrito ríos de tinta sobre la vida de Adolf Hitler, líder, ideólogo y miembro del Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores que estableció un régimen fascista en Alemania entre 1933 y 1945 conocido como Tercer Reich y que fue derrocado tras la Segunda Guerra Mundial, no sin antes suicidarse, como todos ustedes saben. Pero existe muy poca información sobre la vida íntima de este personaje que abogaba por la supremacía de la raza aria, alimentando la xenofobia y la más despiadada violencia contra sus enemigos. Aún más desconcertante resulta saber que las tres mujeres que intimaron sexualmente con él, terminaron suicidándose. ¿Cuáles fueron las causas?

Cuentan las biografías que Hitler era un tipo no muy alto, moreno, calvo con los años, de cadera ancha y pecho hundido y con el defecto congénito de poseer un solo testículo. Es más, ahondando en sus orígenes, hay quién cuestiona su procedencia aria argumentando que su abuela se quedó embarazada siendo soltera cuando trabajaba en casa de judíos. Durante su juventud, fue un apasionado de la pintura y no se relacionó con ninguna mujer hasta tal punto que al ingresar en el ejército, hecho que cambió radicalmente su vida, se enorgullecía de ser casto alegando que su único amor era el pueblo alemán.

Pero todo cambiaría cuando conoció en 1925 a su sobrina Geli Raubal, que por aquel entonces tenía 17 años. Se trataba de una chica alegre y viva, que mostraba un gran respeto por su tío. Hitler, por su parte, sentía por ella un amor morboso y obsesivo hasta el punto de que le prohibía cualquier tipo de amistad o independencia. Sólo su círculo más cercano conocía a ciencia cierta la naturaleza de esa relación, pero pronto se extendieron rumores de que estaba teniendo un romance con su joven sobrina, algo que Hitler desmentía enfurecido. Según leemos en la bitácora erotómana, se llegó a afirmar que él incluso la obligaba a orinar sobre su cabeza. Tal era la presión que sufrió Geli que el 17 de septiembre de 1931 se suicidó disparándose en la cabeza. Aún resuenan rumores de que en aquel momento se encontraba embarazada.

Aunque la muerte de su sobrina supuso un duro golpe para el Führer, que trataba de tener máxima discreción con su vida privada, pronto conoció a la actriz René Müeller durante una fiesta. De nuevo los rumores hablan de que aquella noche la pasaron juntos en cancillería y la chica comentó posteriormente a un amigo que cuando se quedó a solas con Adolf éste se arrojó al suelo insultándose así mismo, denigrándose y suplicando todo tipo de humillaciones. Probablemente. por el miedo a la venganza del dictador, la actriz acabó arrojándose desde una ventana.

El último y más conocido amor de Hitler fue Eva Braun. Su relación empezó en 1930, cuando ella tenía alrededor de 18 años y él 43 y tuvo que consolarlo por la muerte de Rabaul. Hitler se mostraba en público muy rara vez con ella por razones de prestigio, pero el historiador Albert Speer llegó a señalar que proporcionaba un trato desconsiderado, opresivo y vejatorio. El romance duró más de una década y sólo llegaron a casarse un día antes del suicidio común (o no) de ambos que todos conocemos.

2 comentarios :

  1. Me parece mucho más plausible la teoría de que fue virgen hasta los 40 y que por lo visto a Eva Braun le costó Dios y ayuda ponerlo "firme". Iba mucho más con su carácter, con su físico menguante, sus carencias-su dieta vegetariana no cubría sus necesidades proteínicas-y con el hecho de que estaba demasiado ocupado en engrandecerse a sí mismo que en pasar tiempo con nadie. Aunque le encantaban los perros...

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