El documental dramático "La familia de Nicky", del realizador eslovaco Matej Minac, fue estrenado hoy en Praga con la asistencia de sir Nicholas Winton, "el Schindler británico", que salvó a casi 700 niños checoslovacos del exterminio nazi al filo de la Segunda Guerra Mundial.
La película, con una emotiva música de Janusz Stoklosa, reúne testimonios de supervivientes, imágenes de archivo de la época, fotos y grabaciones con cámaras de aficionado, y escenas dramatizadas.
Con la "La familia de Nicky" Minac cierra el ciclo de largometrajes de ficción y documentales dedicados a los niños de Winton, como son "Vsichni moji blizci" (Todos mis parientes), y "Sila lidskosti" (La fuerza de la humanidad), que le supuso un Premio Emmy al mejor documental de 2002.
En la nueva entrega afloran detalles, hasta ahora desconocidos, de la operación humanitaria liderada por el inglés, como el intento de la Gestapo de hacer tambalear la operación, enviando a Winton a una hermosa espía rubia, Kerstin, que al final se pasó al otro bando y logró salvar a 25 niños en Suecia.
"Se trata de un relato fascinante porque mira al futuro. Eso es más ambicioso. No creo que tenga sentido detenerse en el pasado", declaró el protagonista de la epopeya, de 102 años, a una sala llena de gente joven, reunida en el Palacio de Congresos.
Winton, entonces un flamante financiero de 29 años en la nómina de un banco anglo-checo, se convirtió en el verano de 1939 en cerebro de una complicada operación administrativa y logística de salvamento, desde su domicilio de Willow Rd en Hamstead (Londres), y desde el Grand Hotel Sroubek de Praga.
Con esta gesta libró a 669 niños checoslovacos, en su mayoría judíos, del acoso del III Reich, tras erigir Hitler un protectorado sobre la mayor parte del territorio checoslovaco.
La película, con una emotiva música de Janusz Stoklosa, reúne testimonios de supervivientes, imágenes de archivo de la época, fotos y grabaciones con cámaras de aficionado, y escenas dramatizadas.
Con la "La familia de Nicky" Minac cierra el ciclo de largometrajes de ficción y documentales dedicados a los niños de Winton, como son "Vsichni moji blizci" (Todos mis parientes), y "Sila lidskosti" (La fuerza de la humanidad), que le supuso un Premio Emmy al mejor documental de 2002.
En la nueva entrega afloran detalles, hasta ahora desconocidos, de la operación humanitaria liderada por el inglés, como el intento de la Gestapo de hacer tambalear la operación, enviando a Winton a una hermosa espía rubia, Kerstin, que al final se pasó al otro bando y logró salvar a 25 niños en Suecia.
"Se trata de un relato fascinante porque mira al futuro. Eso es más ambicioso. No creo que tenga sentido detenerse en el pasado", declaró el protagonista de la epopeya, de 102 años, a una sala llena de gente joven, reunida en el Palacio de Congresos.
Winton, entonces un flamante financiero de 29 años en la nómina de un banco anglo-checo, se convirtió en el verano de 1939 en cerebro de una complicada operación administrativa y logística de salvamento, desde su domicilio de Willow Rd en Hamstead (Londres), y desde el Grand Hotel Sroubek de Praga.
Con esta gesta libró a 669 niños checoslovacos, en su mayoría judíos, del acoso del III Reich, tras erigir Hitler un protectorado sobre la mayor parte del territorio checoslovaco.
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