miércoles, 4 de marzo de 2009

El espía portugues que pudo comabiar el curso de la guerra

¿Habéis oido alguna vez aquello de "Te gastas menos que Portugal en espías"? Pues mirad por donde hoy os traemos una historia de espías portugueses...

Un espía portugués pudo haber cambiado el curso de la Segunda Guerra Mundial, según documentos desclasificados este martes en Londres que revelan que si no hubiese sido descubierto, el agente nazi habría hecho fracasar la operación de desembarco de los Aliados en el norte de África, en 1942.

El portugués Gastao de Freitas Ferraz era un simple operador de radio en el barco de pesca 'Gil Eannes', que estaba autorizado a navegar en el Atlántico debido a la neutralidad de Portugal durante la Segunda Guerra Mundial.


Pero desde el inicio de la guerra, los nazis pagaban a De Freitas para pasar información a los submarinos alemanes sobre los movimientos de los navíos estadounidenses en el océano Atlántico, indica el expediente desclasificado por los Archivos Nacionales británicos.

Según esos documentos, desde su barco, el portugués habría podido detectar los buques con tropas estadounidenses destinadas al desembarco en el norte de África, y habría pasado la información a los alemanes. Con esa información, los servicios de inteligencia alemana habrían seguramente descubierto las intenciones de los Aliados, que habían tratado de hacer creer a los nazis que un desembarco iba a producirse en las costas de Francia.

De Freitas representaba por ello una amenaza para el plan de los Aliados de lanzar un desembarco en el norte de África, lo que había que impedir a toda costa, según los archivos.

Ese plan, conocido bajo el nombre en clave 'Operation Torch', buscaba abrir un segundo frente de guerra de cara a los alemanes, que estaban concentrados en la Unión Soviética.

Moscú había presionado a Estados Unidos y a Gran Bretaña para abrir un segundo frente, que redujera la presión de las fuerzas nazis sobre las tropas rusas, según los documentos.

Gran Bretaña propuso abrir el segundo frente en África, lo que serviría para mejorar el control del Mediterráneo y para preparar una invasión en la Europa ocupada por los nazis.

El portugués en su barco habría podido hacer fracasar todo ese plan, ya que al interceptar los movimientos del contingente aliado habría hecho fracasar la ofensiva aliada en Marruecos y Argelia, territorio nominalmente en manos del gobierno francés de Vichy, que tenía unos 100.000 soldados en el norte de África.

Pero De Freitas fue arrestado a tiempo, por orden del MI5, el servicio de contraespionaje británico. Según los archivos, los mensajes en código que enviaba De Freitas llamaron la atención de los servicios de inteligencia británicos en los meses anteriores al lanzamiento de esa operación.

"No hay duda posible de que De Freitas es un agente alemán", escribió el director general del MI5, Sir David Petrie, en una nota al ministerio de Exteriores británico, con fecha del 24 octubre de 1942. Petrie juzgó que el riesgo de que el barco 'Gil Eannes' se percatara del convoy de buques estadounidenses era demasiado alto, por lo que ordenó interceptar en el mar a De Freitas, se lee en este apasionante expediente que mezcla elementos que parecen salidos de una novela de espionaje con hechos históricos.

Tras su detención, el portugués fue trasladado a Gibraltar y luego a Londres, donde fue interrogado por los servicios de contraespionaje y reconoció que era un espía nazi. Después de la guerra, De Freitas fue expulsado.

Y el éxito de la 'Operation Torch', lanzada en las playas africanas el 8 de noviembre de 1942, cuando 600 buques desembarcaron a 70.000 soldados aliados, fue decisiva para la victoria aliada sobre los nazis.

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