Bruno Delaye, embajador de Francia en España, leyó un discurso de Jean-Marie Bockel, secretario de Estado de Defensa, en el que decía: "Francia no ha olvidado a los gloriosos combatientes españoles que entraron en París el 24 de agosto de 1944 encaramados en lo alto de tanques que llevaban los nombres de Guernica, Madrid o Don Quijote... Esas imágenes quedaron grabadas para siempre en nuestra memoria nacional... Movidos por un ideal de justicia y de fraternidad, los combatientes españoles presentes en Francia durante la Segunda Guerra Mundial marcaron nuestra historia nacional de forma duradera". El Gobierno francés jalonaba así su presencia en el homenaje.
También tomaron la palabra la embajadora del Reino Unido, Denise Holt, que recordó a los brigadistas británicos muertos en España; Ángel Álvarez, presidente de la Unión de la Resistencia Arlesiana; Andrés Ortega, director del Departamento de Análisis y Estudios del Ministerio de la Presidencia; Santos Castro, director general de Relaciones Institucionales del Ministerio de Defensa, y Javier Elorza, secretario de Asuntos Consulares del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Cuantos tomaron la palabra resaltaron la contribución de los combatientes en la Guerra Civil española, y durante la II Guerra Mundial en la construcción de una Europa de libertades, y exaltaron su sacrificio en pos de la justicia y la paz en el mundo. El homenaje había sido convocado por la Asociación de Descendientes del Exilio Español, que preside Ludivina García Arias, y contó con la asistencia de supervivientes republicanos españoles de los campos de exterminio de Mauthausen, Dachau y Buchenwald, y de representantes diplomáticos de Alemania, Rusia, Serbia y Ucrania.
Un soldado español del Regimiento Inmemorial interpretó con corneta el toque de silencio, momento que cobró intensa emotividad en el cementerio madrileño. El acto culminó con el descubrimiento de una placa dedicada a la Brigada Lincoln, de EE UU, más un discurso de Amaya, hija de Dolores Ibarruri, Pasionaria, y una ofrenda floral ante el monumento a los voluntarios soviéticos caídos en España.
Por primera vez en España, un representante diplomático estadounidense, Thomas E. Getton, consejero de Educación de la Embajada norteamericana en Madrid, asistió ayer en el cementerio madrileño de Fuencarral a un homenaje a los brigadistas internacionales y a los combatientes de la Unión Soviética que lucharon en la Guerra Civil española, así como a los republicanos españoles que sufrieron cautiverio y muerte en los campos de exterminio nazis. Su presencia fue interpretada por los asistentes como expresión de la apertura ideológica del Gobierno de los Estados Unidos de América, que preside Barack Obama.
Vía| El País
También tomaron la palabra la embajadora del Reino Unido, Denise Holt, que recordó a los brigadistas británicos muertos en España; Ángel Álvarez, presidente de la Unión de la Resistencia Arlesiana; Andrés Ortega, director del Departamento de Análisis y Estudios del Ministerio de la Presidencia; Santos Castro, director general de Relaciones Institucionales del Ministerio de Defensa, y Javier Elorza, secretario de Asuntos Consulares del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Cuantos tomaron la palabra resaltaron la contribución de los combatientes en la Guerra Civil española, y durante la II Guerra Mundial en la construcción de una Europa de libertades, y exaltaron su sacrificio en pos de la justicia y la paz en el mundo. El homenaje había sido convocado por la Asociación de Descendientes del Exilio Español, que preside Ludivina García Arias, y contó con la asistencia de supervivientes republicanos españoles de los campos de exterminio de Mauthausen, Dachau y Buchenwald, y de representantes diplomáticos de Alemania, Rusia, Serbia y Ucrania.
Un soldado español del Regimiento Inmemorial interpretó con corneta el toque de silencio, momento que cobró intensa emotividad en el cementerio madrileño. El acto culminó con el descubrimiento de una placa dedicada a la Brigada Lincoln, de EE UU, más un discurso de Amaya, hija de Dolores Ibarruri, Pasionaria, y una ofrenda floral ante el monumento a los voluntarios soviéticos caídos en España.
Por primera vez en España, un representante diplomático estadounidense, Thomas E. Getton, consejero de Educación de la Embajada norteamericana en Madrid, asistió ayer en el cementerio madrileño de Fuencarral a un homenaje a los brigadistas internacionales y a los combatientes de la Unión Soviética que lucharon en la Guerra Civil española, así como a los republicanos españoles que sufrieron cautiverio y muerte en los campos de exterminio nazis. Su presencia fue interpretada por los asistentes como expresión de la apertura ideológica del Gobierno de los Estados Unidos de América, que preside Barack Obama.
Vía| El País
No sabía yo que los rusos habían colaborado en la "(...) construcción de una Europa de libertades, y (...) en pos de la justicia y la paz en el mundo. "
ResponderEliminarSorpresas que se lleva uno...
Las naciones en vez de olvidar el pasado y construir un futuro basado en la amistad y colaboración mutua no hacen más que reabrir heridos y despertar rencores posiblemente dormidos.
Así acabaremos en una III Guerra Mundial, bueno, así el bloggero tendrá más trabajo.
y sarcástico tu comentario. Me ha hecho gracia el final... me iré preparando.
ResponderEliminarEn cuanto al contenido, personalmente creo que todos pusieron su granito de arena en menor o mayor medida y el resultodo fue bastante satisfactorio, no?
Hubo gente extranjera que se dejó la piel a tiras en nuestra guerra civil. Hubo gente que peleó en nuestra guerra por defender la legalidad republicana (sistema que eligieron libremente los españoles) y para luchar contra el fascismo internacional que amenazaba con comerse a Europa.
ResponderEliminarAhora bien, también es verdad que en nuestra guerra hubo intereses internacionales en que ganara un bando u otro, y la colaboración de la URSS estalinista no lo hacía por filantropía democrática precisamente.
De todas formas, afortunadamente, el proyecto fascista fracasó. Y hay que ser agradecidos hacia los que lucharon contra él.