De acuerdo a la obra, un equipo británico que trabajaba en un puesto de control de pasaportes en Nueva York trató de buscar información sobre "invenciones de materiales de guerra, armas químicas y avances en aviación" por parte del Gobierno norteamericano, según un cable de Ansa.
El MI6 también creó una red para control a grupos comunistas, irlandeses y radicales indios, y según J. Edgar Hoover, más tarde director del FBI, al final de la Segunda Guerra Mundial "los ingleses sabían mucho más sobre las actividades radicales de Estados Unidos, al menos en Nueva York, que el propio Gobierno norteamericano".
El libro también informó que algunos funcionarios estadounidenses, entre ellos Frank Polk del Departamento de Estado, estaban al tanto de las actividades de espionaje de los británicos.
Además, indicó que el MI6 usó semen como tinta invisible durante la Primera Guerra Mundial.
En junio de 1915, Walter Kirke, encargado de la inteligencia militar en Francia, escribió en su diario que Mansfield Cumming, citado en el diario como ’C’, el jefe del servicio de inteligencia británico estaba haciendo "varios descubrimientos para conseguir tinta invisible en la Universidad de Londres".
En octubre, anotó en su diario que "había oído al jefe decir que la mejor tinta invisible era el semen", fluido que no reaccionaba a los métodos de detección usuales en la época. Además, el semen tenía la cualidad de que podía ser leído perfectamente.
Las revelaciones se encuentran en el libro "MI6: La historia del Servicio Secreto de Inteligencia entre 1909 y 1949" del profesor Jeffery al que se le concedió acceso a los archivos secretos de esos años del MI6.
El MI6 también creó una red para control a grupos comunistas, irlandeses y radicales indios, y según J. Edgar Hoover, más tarde director del FBI, al final de la Segunda Guerra Mundial "los ingleses sabían mucho más sobre las actividades radicales de Estados Unidos, al menos en Nueva York, que el propio Gobierno norteamericano".
El libro también informó que algunos funcionarios estadounidenses, entre ellos Frank Polk del Departamento de Estado, estaban al tanto de las actividades de espionaje de los británicos.
Además, indicó que el MI6 usó semen como tinta invisible durante la Primera Guerra Mundial.
En junio de 1915, Walter Kirke, encargado de la inteligencia militar en Francia, escribió en su diario que Mansfield Cumming, citado en el diario como ’C’, el jefe del servicio de inteligencia británico estaba haciendo "varios descubrimientos para conseguir tinta invisible en la Universidad de Londres".
En octubre, anotó en su diario que "había oído al jefe decir que la mejor tinta invisible era el semen", fluido que no reaccionaba a los métodos de detección usuales en la época. Además, el semen tenía la cualidad de que podía ser leído perfectamente.
Las revelaciones se encuentran en el libro "MI6: La historia del Servicio Secreto de Inteligencia entre 1909 y 1949" del profesor Jeffery al que se le concedió acceso a los archivos secretos de esos años del MI6.
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