domingo, 19 de septiembre de 2010

¿Por qué tras la SGM los aliados no se vengaron de Bernhard Rogge?

Aunque botado en 1937, el buque crucero auxiliar HSK Atlantis zarpó para su primera misión de guerra el 31 de marzo de 1940 como nave corsaria. Esto es, como un falso buque mercante que, luciendo banderas diversas, debía cortar las líneas de aprovisionamiento de la Armada aliada.

Al mando del Atlantis, la Kriegsmarine del III Reich puso al capitán Bernhard Rogge (1899-1982), que se convirtió pronto el leyenda por tres razones.

Primera, por sus dotes de mando sobre una tripulación de 347 hombres, a quienes condujo con habilidad y maestría cuando la nave se convirtió en objetivo preferente del Almirantazgo británico.

Segunda, por su extraordinaria eficacia en la misión encomendada. En diversos escenarios y mares llegó a capturar o hundir 22 buques enemigos, hasta ser hundido por el crucero pesado HMS Devonshire el 22 de noviembre de 1941.

Y tercera y sobre todo, por el excepcional comportamiento de Rogge con las tripulaciones enemigas. No sólo se guió en los asaltos por el principio del menor daño compatible con el objetivo de neutralización, sino que, cuando fue imprescindible cañonear y echar a pique un barco, hizo siempre todo lo posible por rescatar del agua hasta el último de los supervivientes. Curiosamente, el Devonshire no actuó igual y no recogió del mar a Rogge (que voló el barco al abandonarlo) y sus hombres, ante el temor a la presencia cercana de un submarino alemán.

La excepcional historia del Atlantis y su comandante acaba de ser editada por Edhasa, bajo el título Bajo diez banderas, escrita en la postguerra por el mismo Bernard Rogge y Wolfgang Frank. En 1960 fue llevada al cine, con Van Heflin y Charles Laughton en los papeles estelares.

Rogge ganó durante la guerra la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con Hojas de Roble, y recibió del emperador Hiro Hito una espada de samurai que sólo entregó también a Hermann Göring y Erwin Rommel. No fue juzgado por el Tribunal de Nüremberg, y en 1957 se reincorporó como almirante a la Marina alemana. Nadie tenía nada que reprocharle.

1 comentario :

  1. Afortunadamente hubo personas honradas que cumplieron con su deber y se comportaron con honor

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