Un documental que recorre la biografía de Josef Mengele, el "Ángel de la Muerte" del nazismo, registra el paso del criminal de guerra por Uruguay y corrige algunas imprecisiones acerca de sus incursiones en el país.
Quizá por rigor histórico, o por la fuerte atracción que ejerce saber que uno de los asesinos más terribles en la historia de la humanidad vivió en calma durante un buen tiempo en esta región, desde que se conoce el paso de Josef Mengele por Sudamérica en el último tramo de su vida, han sido numerosas las investigaciones y conjeturas acerca de su estadía en Uruguay. Ese pasaje va quedando más claro con el paso del tiempo y la recopilación de pruebas reunidas por investigadores que siguen la pista de distintos miembros de la ralea parda que emigraron a este lado del mundo, huyendo de los juicios y de la persecución de los servicios de inteligencia israelíes.
Uno de esos investigadores es el argentino Carlos De Napoli, quien desde hace cinco años investiga la trayectoria del famoso "ángel de la muerte". El investigador, cuyo documental sobre la vida de Mengele podrá verse en el canal de TV History Channel dentro de dos meses, explicó a El País por qué la corta estancia del alemán en Uruguay no tiene un simple valor anecdótico, sino que más bien responde a cuestiones familiares. Casarse implicaba unificar y mantener las posesiones de la familia burguesa en la que nació y vivió sus primeros años sin dar indicios de en lo que se convertiría años después.
"La importancia de sus estadías (en Uruguay) es mayor a la que se cree. Se casó allí, en Nueva Helvecia, ya que su padre estaba gravemente enfermo, y la intención familiar era mantener unido el enorme patrimonio", explicó.
Los bienes de la familia Mengele incluían la fábrica alemana de maquinaria agropecuaria Kart Mengele e Hijos, campos en Alemania y una cantidad de laboratorios como el Fadrofarm SCA en Argentina, y estancias de las que se conocen pocas ya que actuaba como socio oculto en sociedades o a través de fideicomisos. "No sería extraño que poseyera estancias en Uruguay", añadió el investigador.
Mengele desembarcó en Montevideo el 14 de julio del año 1949 utilizando el nombre falso de Helmut Gregor. Llegaba de la ciudad italiana de Génova. En 1958 volvió a casarse y pasó unos ocho días en una finca de Nueva Helvecia. Hacia 1960, cuando Alemania presenta un pedido de extradición a Argentina, y asustado por la captura del teniente coronel del ejército nazi Adolf Eichmann, Mengele huyó a Paraguay y luego a Brasil, donde murió ahogado en 1979, en la playa de Bertioga, cerca de San Pablo. "Lo que es muy difícil que se sepa es cuánto tiempo debió quedarse en Montevideo antes de poder irse a Argentina", señaló De Napoli. Mengele estaba informado por una agencia extraoficial que se encargaba de cobijar nazis en Argentina y los ponía en contacto con el gobierno de Juan Domingo Perón.
LA TELARAÑA. "Los nazis no llegaban a Argentina desordenadamente, sino que lo hacían por intermedio de tres organizaciones", explicó De Napoli. "Una era oficial, y los hacía llegar contratados por el gobierno argentino con casa, comida y trabajo. Uno de ellos fue el premio Nobel Friedrich Bergius, contratado por el general Perón para desarrollar los llamados Planes Quinquenales, y al doctor Karl Peter Vaernet, cuya función en el Ministerio de Salud argentino fue "curar" homosexuales con un tratamiento hormonal de su invención. Luego había otra organización más humilde llamada Odessa, conocida también como la Ruta de las Ratas, mediante la cual llegó Eichmann. Pero la más importante era La Telaraña, en cuyo centro estaba el argentino Ricardo Walter Darré, principal ideólogo racial, junto a Alfred Rosenberg, del Tercer Reich", comentó el investigador.
Darré fundó el esquema racial de los nazis a través de la RuSHA, Oficina Principal de la Raza y el Reasentamiento. Fue junto a Himmler desarrollador principal de las SS como fuerza racial de elite. Además fue director de proyectos raciales, con especial referencia a experimentación para obtener partos múltiples y rejuvenecimiento, entre otros cargos. "Aquí lo secundaban Gerhard Malbranc y Roberto Mertig, el industrial dueño de (la fábrica de electrodomésticos) Orbis". Este último sería uno de los mencionados por el hijo de Mengele cuando las autoridades lo investigaron y le consultaron acerca de los amigos de su padre.
EN COLONIA. En 1958, cuando Mengele se casó en segundas nupcias con su cuñada Marta María Will en Nueva Helvecia, Colonia, logró pasar inadvertido e incluso consiguió testigos locales que, por supuesto, no sabían quiénes eran los contrayentes, algo de lo que se enteraron muchos años después.
La hija de los testigos que figuran en el registro civil reafirma que en Uruguay nadie asociaba el nombre de Mengele con las atrocidades que había cometido. "Incluso, después del casamiento mis padres fueron a comer con unos amigos judíos y ellos tampoco lo conocían. En ese momento era muy común venir a casarse a Uruguay", contó Ana Karina Germán, hija de dos de los testigos, al periodista Andrés López Reilly, que en su libro Páginas perdidas dedica un capítulo a la presencia de Mengele en Uruguay.
"Mi padre recién supo quien era al reconocerlo en una fotografía, años después. Para mi familia fue un calvario, un diario publicó que mi padre era `el abogado del criminal nazi`. Y comenzaron las amenazas. Una vez, estando yo en tercero o en cuarto de liceo, me encontraba en la casa de una amiga y mis padres llamaron para decirme que volviera porque tenían miedo que me pasara algo en la calle. Se la agarraron con mi padre y también con mi hermana mayor, no sé por qué", dijo Germán, a fines de 2008.
Héctor Amuedo, investigador uruguayo experto en nazismo que trabajó junto a De Napoli en la recolección de las pruebas, explicó que han existido versiones contradictorias al respecto del paso de Mengele por Uruguay. Incluso en algún momento se pensó que Mengele había vivido varios años en el país, algo que se probó como falso.
Refugiado, empresario y prófugo
Josef Mengele era uno de los médicos responsables del campo de Auschwitz-Birkenau. Allí fueron asesinadas 1.100.000 personas. Un millón eran judías.
En ese período se ganó el apodo de "Ángel de la Muerte". Mengele decidía quiénes morían en la cámara de gas y quiénes lo harían siendo utilizados como conejillos de indias para diversos experimentos.
Quizá por rigor histórico, o por la fuerte atracción que ejerce saber que uno de los asesinos más terribles en la historia de la humanidad vivió en calma durante un buen tiempo en esta región, desde que se conoce el paso de Josef Mengele por Sudamérica en el último tramo de su vida, han sido numerosas las investigaciones y conjeturas acerca de su estadía en Uruguay. Ese pasaje va quedando más claro con el paso del tiempo y la recopilación de pruebas reunidas por investigadores que siguen la pista de distintos miembros de la ralea parda que emigraron a este lado del mundo, huyendo de los juicios y de la persecución de los servicios de inteligencia israelíes.
Uno de esos investigadores es el argentino Carlos De Napoli, quien desde hace cinco años investiga la trayectoria del famoso "ángel de la muerte". El investigador, cuyo documental sobre la vida de Mengele podrá verse en el canal de TV History Channel dentro de dos meses, explicó a El País por qué la corta estancia del alemán en Uruguay no tiene un simple valor anecdótico, sino que más bien responde a cuestiones familiares. Casarse implicaba unificar y mantener las posesiones de la familia burguesa en la que nació y vivió sus primeros años sin dar indicios de en lo que se convertiría años después.
"La importancia de sus estadías (en Uruguay) es mayor a la que se cree. Se casó allí, en Nueva Helvecia, ya que su padre estaba gravemente enfermo, y la intención familiar era mantener unido el enorme patrimonio", explicó.
Los bienes de la familia Mengele incluían la fábrica alemana de maquinaria agropecuaria Kart Mengele e Hijos, campos en Alemania y una cantidad de laboratorios como el Fadrofarm SCA en Argentina, y estancias de las que se conocen pocas ya que actuaba como socio oculto en sociedades o a través de fideicomisos. "No sería extraño que poseyera estancias en Uruguay", añadió el investigador.
Mengele desembarcó en Montevideo el 14 de julio del año 1949 utilizando el nombre falso de Helmut Gregor. Llegaba de la ciudad italiana de Génova. En 1958 volvió a casarse y pasó unos ocho días en una finca de Nueva Helvecia. Hacia 1960, cuando Alemania presenta un pedido de extradición a Argentina, y asustado por la captura del teniente coronel del ejército nazi Adolf Eichmann, Mengele huyó a Paraguay y luego a Brasil, donde murió ahogado en 1979, en la playa de Bertioga, cerca de San Pablo. "Lo que es muy difícil que se sepa es cuánto tiempo debió quedarse en Montevideo antes de poder irse a Argentina", señaló De Napoli. Mengele estaba informado por una agencia extraoficial que se encargaba de cobijar nazis en Argentina y los ponía en contacto con el gobierno de Juan Domingo Perón.
LA TELARAÑA. "Los nazis no llegaban a Argentina desordenadamente, sino que lo hacían por intermedio de tres organizaciones", explicó De Napoli. "Una era oficial, y los hacía llegar contratados por el gobierno argentino con casa, comida y trabajo. Uno de ellos fue el premio Nobel Friedrich Bergius, contratado por el general Perón para desarrollar los llamados Planes Quinquenales, y al doctor Karl Peter Vaernet, cuya función en el Ministerio de Salud argentino fue "curar" homosexuales con un tratamiento hormonal de su invención. Luego había otra organización más humilde llamada Odessa, conocida también como la Ruta de las Ratas, mediante la cual llegó Eichmann. Pero la más importante era La Telaraña, en cuyo centro estaba el argentino Ricardo Walter Darré, principal ideólogo racial, junto a Alfred Rosenberg, del Tercer Reich", comentó el investigador.
Darré fundó el esquema racial de los nazis a través de la RuSHA, Oficina Principal de la Raza y el Reasentamiento. Fue junto a Himmler desarrollador principal de las SS como fuerza racial de elite. Además fue director de proyectos raciales, con especial referencia a experimentación para obtener partos múltiples y rejuvenecimiento, entre otros cargos. "Aquí lo secundaban Gerhard Malbranc y Roberto Mertig, el industrial dueño de (la fábrica de electrodomésticos) Orbis". Este último sería uno de los mencionados por el hijo de Mengele cuando las autoridades lo investigaron y le consultaron acerca de los amigos de su padre.
EN COLONIA. En 1958, cuando Mengele se casó en segundas nupcias con su cuñada Marta María Will en Nueva Helvecia, Colonia, logró pasar inadvertido e incluso consiguió testigos locales que, por supuesto, no sabían quiénes eran los contrayentes, algo de lo que se enteraron muchos años después.
La hija de los testigos que figuran en el registro civil reafirma que en Uruguay nadie asociaba el nombre de Mengele con las atrocidades que había cometido. "Incluso, después del casamiento mis padres fueron a comer con unos amigos judíos y ellos tampoco lo conocían. En ese momento era muy común venir a casarse a Uruguay", contó Ana Karina Germán, hija de dos de los testigos, al periodista Andrés López Reilly, que en su libro Páginas perdidas dedica un capítulo a la presencia de Mengele en Uruguay.
"Mi padre recién supo quien era al reconocerlo en una fotografía, años después. Para mi familia fue un calvario, un diario publicó que mi padre era `el abogado del criminal nazi`. Y comenzaron las amenazas. Una vez, estando yo en tercero o en cuarto de liceo, me encontraba en la casa de una amiga y mis padres llamaron para decirme que volviera porque tenían miedo que me pasara algo en la calle. Se la agarraron con mi padre y también con mi hermana mayor, no sé por qué", dijo Germán, a fines de 2008.
Héctor Amuedo, investigador uruguayo experto en nazismo que trabajó junto a De Napoli en la recolección de las pruebas, explicó que han existido versiones contradictorias al respecto del paso de Mengele por Uruguay. Incluso en algún momento se pensó que Mengele había vivido varios años en el país, algo que se probó como falso.
Refugiado, empresario y prófugo
Josef Mengele era uno de los médicos responsables del campo de Auschwitz-Birkenau. Allí fueron asesinadas 1.100.000 personas. Un millón eran judías.
En ese período se ganó el apodo de "Ángel de la Muerte". Mengele decidía quiénes morían en la cámara de gas y quiénes lo harían siendo utilizados como conejillos de indias para diversos experimentos.
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