Las heroicas acciones de un diplomático chino que salvó a miles de judíos del Holocausto al concederles visados para huir de la Austria nazi son honradas en una exposición en el Congreso de Estados Unidos.
Desafiando órdenes superiores, Feng Shan Ho, cónsul general de China en Viena de 1937 a 1940, facilitó la partida de judíos antes de la Segunda Guerra Mundial.
Las acciones de Ho no fueron reveladas hasta después de su muerte en 1997, gracias a las investigaciones de su hija periodista.
Ho vivió sus últimos años en San Francisco (California, oeste estadounidense) tras jubilarse en 1973, cerca de algunos de los que había salvado y que lo ignoraron.
"Él no buscaba publicidad, no buscaba reconocimiento, no buscaba compensación. Para él era suficiente saber que había hecho lo que hizo", declaró a AFP Martin Gold, miembro de la Comisión de Preservación del Patrimonio Estadounidense en el Exterior. "Todos los elogios vinieron después de su muerte", agregó.
La exposición titulada 'Sobre los rastros de un fénix: El Doctor Feng Shan Ho y la salvación de judíos austríacos', abierta el lunes, fue preparada por esta comisión con la ayuda de la hija del diplomático.
Manli Ho, ex periodista del Boston Globe, a partir de una pequeña frase pronunciada por su padre mientras ella era niña (que él había tenido un incidente con la Gestapo por ayudar a un amigo judío a escapar) decidió lanzar una amplia investigación e identificar a los fugados.
"Fue una mezcla de oportunidad y perseverancia", dijo a AFP Manli Ho, de 57 años. "Si no hubiese tenido el factor oportunidad, todo esto habría sido enterrado con él", agregó.
Nacido en la provincia china de Hunan, Ho fue testigo en su puesto consular en Viena del 'Anschluss', la anexión de Austria por parte de Alemania en 1938, y la instauración de leyes nazis contra los judíos que vivían allí.
Numerosos judíos buscaron entonces escapar de Austria, pero no encontraban ningún país de acogida.
Algunos de los que entonces obtuvieron visas chinas pudieron huir a Shanghai, desde donde continuaron hacia América del Norte, Sudamérica, Filipinas o Cuba.
Las visas chinas servían también para obtener visas de tránsito en países como Italia, que exigía las pruebas de un país de destino.
Ho se encontraba entre los escasos diplomáticos que emprendieron "extraordinarias gestiones con riesgos personales para sí mismos" con el fin de salvar judíos, dijo Martin Gold.
El diplomático japonés Chiune Sugihara, que era vicecónsul de Japón en Lituania, también está entre ellos, pues ayudó a huir del país a miles de judíos, entre ellos numerosos refugiados de Polonia, al otorgarles visas de tránsito que les permitían dirigirse a Japón.
Ho recibió a título póstumo la medalla 'Justo entre las Naciones', la más alta distinción civil concedida por Israel a las personas que salvaron judíos del exterminio nazi. Sugihara fue honrado un año antes de su muerte, en 1986.
Es la historia de otro héroe anónimo que nos recuerda a la recientemente fallecida Irena Sendler.
Desafiando órdenes superiores, Feng Shan Ho, cónsul general de China en Viena de 1937 a 1940, facilitó la partida de judíos antes de la Segunda Guerra Mundial.
Las acciones de Ho no fueron reveladas hasta después de su muerte en 1997, gracias a las investigaciones de su hija periodista.
Ho vivió sus últimos años en San Francisco (California, oeste estadounidense) tras jubilarse en 1973, cerca de algunos de los que había salvado y que lo ignoraron.
"Él no buscaba publicidad, no buscaba reconocimiento, no buscaba compensación. Para él era suficiente saber que había hecho lo que hizo", declaró a AFP Martin Gold, miembro de la Comisión de Preservación del Patrimonio Estadounidense en el Exterior. "Todos los elogios vinieron después de su muerte", agregó.
La exposición titulada 'Sobre los rastros de un fénix: El Doctor Feng Shan Ho y la salvación de judíos austríacos', abierta el lunes, fue preparada por esta comisión con la ayuda de la hija del diplomático.
Manli Ho, ex periodista del Boston Globe, a partir de una pequeña frase pronunciada por su padre mientras ella era niña (que él había tenido un incidente con la Gestapo por ayudar a un amigo judío a escapar) decidió lanzar una amplia investigación e identificar a los fugados.
"Fue una mezcla de oportunidad y perseverancia", dijo a AFP Manli Ho, de 57 años. "Si no hubiese tenido el factor oportunidad, todo esto habría sido enterrado con él", agregó.
Nacido en la provincia china de Hunan, Ho fue testigo en su puesto consular en Viena del 'Anschluss', la anexión de Austria por parte de Alemania en 1938, y la instauración de leyes nazis contra los judíos que vivían allí.
Numerosos judíos buscaron entonces escapar de Austria, pero no encontraban ningún país de acogida.
Algunos de los que entonces obtuvieron visas chinas pudieron huir a Shanghai, desde donde continuaron hacia América del Norte, Sudamérica, Filipinas o Cuba.
Las visas chinas servían también para obtener visas de tránsito en países como Italia, que exigía las pruebas de un país de destino.
Ho se encontraba entre los escasos diplomáticos que emprendieron "extraordinarias gestiones con riesgos personales para sí mismos" con el fin de salvar judíos, dijo Martin Gold.
El diplomático japonés Chiune Sugihara, que era vicecónsul de Japón en Lituania, también está entre ellos, pues ayudó a huir del país a miles de judíos, entre ellos numerosos refugiados de Polonia, al otorgarles visas de tránsito que les permitían dirigirse a Japón.
Ho recibió a título póstumo la medalla 'Justo entre las Naciones', la más alta distinción civil concedida por Israel a las personas que salvaron judíos del exterminio nazi. Sugihara fue honrado un año antes de su muerte, en 1986.
Es la historia de otro héroe anónimo que nos recuerda a la recientemente fallecida Irena Sendler.
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