lunes, 10 de mayo de 2010

Tom Hanks: "La campaña del Pacífico fue una guerra de racismo y terror"


"Sus antepasados fueron parientes directos del presidente Abraham Lincoln y su padre, veterano de la segunda guerra mundial. Pese a ello, el interés de Tom Hanks por la historia no se despertó hasta hace unos 15 años, cuando protagonizó Apolo 13, y poco después, Salvar al soldado Ryan. Junto a su amigo, el conocido director Steven Spielberg, en calidad de productores ejecutivos, están detrás de la serie The Pacific, cuya emisión está entrando en su recta final en Canal+.

¿A qué se debe su interés en contar la campaña del Pacífico?
Porque después de hacer Hermanos de sangre nos preguntamos si deberíamos continuar con la parte del Pacífico. Encontramos un material muy rico desde el punto de vista personal, varios soldados que participaron en la campaña, y decidimos que eso era lo que queríamos contar: la historia desde la perspectiva de tres soldados: John Basilone, Eugene Sledge y Robert Leckie.

¿Y qué aportaron éstos?
Cada uno de ellos nos cuenta su versión de lo que significó ser marine estadounidense, pelear en el Pacífico y regresar a casa y a la vida civil. No queríamos contar lo que pasó, sino cómo pasó, cómo lograron sobrevivir y cuáles fueron los efectos de la guerra tras su vuelta a casa.

¿Cómo fue el proceso de selección de los tres actores protagonistas?
Largo y exhaustivo, pero gracias a que contamos con la ayuda de Meg Liberman, que es una experta en pruebas de selección y que conoce a todo los talentos que pululan por el mercado de actores, fue más fácil.

¿Qué buscaban en los candidatos?
Nos encontramos con extraordinarios actores, todos perfectos en muchos sentidos, pero al final la selección se basó en una actuación delante de la cámara que les hizo Steven. Esa fue la prueba de fuego y tanto Jon Seda como James Badge Dale y Joe Mazzello la pasaron con creces, porque supieron añadir una textura y un color a los personajes que no existía en el guión. Todo el mérito es de ellos.

¿Se imagina usted en la piel de uno de esos soldados? ¿Hubiera sido capaz de sobrevivir a esa guerra?
Es imposible involucrarse en una serie como ésta sin preguntarte a ti mismo cómo hubieras actuado tú en esas circunstancias. Cuando leí el guión, llamé loco al guionista Grahan Yost. Hubo un comando canadiense que participó en el bombardeo de Dieppe y con los marines en New Gloucester, y que después de la guerra se suicidó. Creí que se lo inventaba. Pero no: está documentado. Cuando lees eso te preguntas qué ha tenido que pasar para que un hombre que ha vivido tan horribles experiencias en la guerra decida ponerse una pistola en la sien para acabar con su vida. ¿Qué le impidió no seguir adelante con su vida? La respuesta está enraizada en nuestra propia humanidad y es la que nos lleva, una y otra vez, a visitar estos episodios de la historia. Es como las grandes tragedias de Shakespeare: es lo que nos hace leer una y otra vez Ricardo III, por ejemplo.

¿Se habría alistado usted?
Si hubiera tenido 19 años el 8 de diciembre de 1941, me hubiera unido a las filas. De eso no tengo duda alguna. No es que hubiera querido aniquilar a todos los japoneses que pudiera o exterminarlos con una bomba atómica, pero sí hubiera sido uno de los que se planteó que había que hacer algo. Y nadie lo iba a hacer al menos que lo hiciéramos todos juntos.

Su tercera incursión en la segunda guerra mundial llega cuando Estados Unidos está metido de lleno en Afganistán. ¿Han querido con ello mostrar la diferencia entre la guerra de entonces y la de ahora?
No. No lo hemos hecho con una intención política pero, individualmente, todo el que ha visto la serie se da cuenta de que la campaña del Pacífico fue una guerra de racismo y terror. Terror, en la forma en la que se usaron horribles tácticas para asustar y asesinar al enemigo, y racismo, por el color de la piel y los rasgos de la cara, la naturaleza de la cultura del país de donde procedían y su herencia cultural, social y teológica. Se odiaban mutuamente. Esto suena familiar, ¿no le parece? No sé si la gente se dará cuenta, pero el hecho es que los norteamericanos, hace 60 años, sentíamos por el imperio japonés algo muy parecido a lo que hoy sentimos por ciertos aspectos del mundo musulmán, la misma desconfianza y odio. Es un mensaje subliminal el que se puede percibir con la serie y que nos hace reflexionar un poco sobre qué vamos a hacer para que los habitantes de este planeta consigamos llevarnos bien.

¿Por qué cree usted que no lo conseguimos?
Creo que hoy en día hay menos gente en el mundo que desea la guerra que nunca en la historia de la humanidad, porque los efectos y las consecuencias que se derivan de ella son demasiado palpables. Estoy seguro de que si nos dan la posibilidad, un 90% de la población puede llegar a encontrar el modo de evitar una guerra a toda costa. Pero hay otro 10% que se levanta pensando que merece comer y vivir mejor que el resto del mundo y hace lo que sea para conseguirlo. Creo que es el porcentaje de la población ignorante, poco evolucionada o cruel que piensa que tiene que liarse a palos con el vecino para poder comer mejor.

¿Cuál espera que sea la reacción del público con la serie?
Creo que con diez horas de película estamos proporcionando al público suficiente material como para crear debate y hacerse muchas preguntas. Estamos en la generación del Twitter y tengo curiosidad por ver cómo enviarán sus mensajes los twitteros durante la emisión de la serie. No me sorprendería nada ver a la gente twitteando constantemente durante el quinto y sexto episodio y buscando en Google Earth dónde demonios cae Peleliu y Pavuvu y si todavía existen las pistas de aterrizaje en esas islas.

¿Qué papel ha jugado la cadena HBO a la hora de llevar a cabo este proyecto?
Obviamente un papel vital, porque sin ellos hubiera sido imposible contar una historia de esta envergadura en la pantalla grande. Si miramos las series que más éxito están teniendo en la tele, desde Los Soprano hasta Mad men, pasando por Damages o The Wire, nos damos cuenta de que en sí son películas y que si no fuera por la televisión por cable no contarían con el seguimiento masivo que están teniendo. En estos momentos los dramas que estamos viendo en esta televisión son lo mejor que se ha visto nunca en la pequeña pantalla."

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