viernes, 16 de mayo de 2008

Nicholas Alkemade y Alan Magee... esto sí son supervivientes

Nicholas Alkemade


Tras sufrir un golpe de artillería anti-aérea directo en el bombardero en el cual servía como cañonero durante la Segunda Guerra, el sargento de la RAF Nicholas Alkemade se vio ante la encrucijada de saltar sin paracaídas desde 5500 metros de altura y morir aplastado, o morir consumido por las llamas que envolvían a su nave. Prefiriendo el mejor de ambos males, después de todo es preferible morir al instante golpeando el suelo que pasar varios segundos aerdiendo, Nick saltó al vacio. Mientras caía veía resignado como los Junkers Ju 88 disparaban en luminiscentes ráfagas lineales a la flotilla a la cual él había sabido servir, totalmente ignorante del suceso increíble que estaría por ocurrir.

Alkemade tuvo la suerte de saltar sobre un bosque de pino, y fueron las elásticas ramas de estos árboles los que aminoraron la velocidad de su caída hasta tal punto que el colchón de nieve que cubría el suelo lo salvó de sufrir graves heridas -más allá de un tobillo torcido-. Al darse cuenta del increíble suceso, se sentó apoyándo la espalda contra un pino a fumar un cigarrillo. Si bien fue capturado por la Gestapo, posteriormente fue liberado al terminar la guerra. Durante su tiempo prisionero, debieron aislarlo en una celda aparte ya que muchos soldados alemanes incrédulos a lo ocurrido abandonaban sus puestos para ir a verlo.



Alan Magee

Alan Eugene Magee fue otro sobreviviente de una gran caída producto de la infinidad de aviones derribados durante la SGM. Cañonero de un B-17 FF de la USAF, obtuvo varios premios y reconocimientos gracias a la espectacular caída en la que se vio envuelto. Sirviendo como cañonero fue en 1943, mientras volaba una misión sobre Saint-Nazaire, que su aeronave se vio derribada por los temibles cazas alemanes.

El daño al avión fue crítico, sin un ala comenzó a girar descontroladamente cayendo a la tierra a manera de tirabuzón. Alan logra escapar de la torreta de fuego y saltar del avión a unos 6700 metros de altura. Sin embargo, mientras caía, nota lo peor: el paracaídas estaba prácticamente destruido. La altitud lo llevó a perder el conocimiento, con el curioso resultado de caer sobre el techo de vidrio que formaba la terraza de la estación de ferrocarril de Saint Nazaire. Según se cree, el vidrio se flexionó y ejerció resistencia al mismo tiempo, aminorando la velocidad de caída de Magee lo suficientemente como para que este pudiera sobrevivir al golpe.

Capturado por los alemanes, se le ofreció atención y tratamiento médico suficiente como para salvarle la vida. Padecía múltiples heridas, no solo de la caída sino que además tenía varios fragmentos del fuselaje de la nave incrustados en su cuerpo y múltiples quemaduras. Las heridas iban desde sus ojos hasta un brazo que estaba prácticamente desmembrado. Sin embargo, Alan sería liberado al terminar la guerra y viviría hasta la edad de 84 años. Aquí os dejo una recreación (cutre donde las haya) de la caida de Magge.


2 comentarios :

  1. Lol más de 5000 metros de caida y sobrevivieron!
    Una entrada muy curiosa ... lo malo es el video que es realmente cutre xDD

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  2. Sin duda el vídeo es digno de Uwe Boll... menuda recreación :DDDD

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